La Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados viajará a Rosario de la Frontera este jueves a las 10 de la mañana para relevar denuncias por violencia policial.
Fue una propuesta del legislador Claudio Del Plá, aprobada por todos los bloques en la sesión del martes. Surgió luego de una reunión que tuvieron en la mañana con vecinos que llegaron desde esa localidad para exponer sus denuncias y las de otras personas contra efectivos del Sistema de Emergencias 911.
Además, advirtieron que habría alrededor de diez víctimas más y dijeron que hay obstrucciones en las comisarías y en las fiscalías para la toma de denuncia contra los policías. La presidenta de la Comisión, Jorgelina Juárez, manifestó que pedirán informes a las autoridades de la Policía de la zona y también sobre la actuación fiscal.
Pablo Arroyo y Julio Padilla viajaron desde la localidad del sur provincial para exponer sus denuncias y las de otros vecinos. Dijeron que el intendente Gustavo Solís y el Concejo Deliberante no accionaron ante el tema cuando lo plantearon. Fueron recibidos por las diputadas Jorgelina Juárez (Frente para la Victoria), Silvia Varg (Salta Tiene Futuro) y por los diputados Claudio Del Plá (Partido Obrero), Santiago Godoy (Partido Justicialista), Adrián Valenzuela (Salta Tiene Futuro).
"Nos parece grave que se repliquen las denuncias por abuso policial incluso en toda la provincia de Salta", sostuvo Juárez.
Del Plá por su parte propuso que integrantes de la Comisión se constituyan en Rosario de la Frontera y se pongan a disposición para relevar las denuncias de los vecinos y vecinas que hayan sufrido violencia policial. Esto fue autorizado en la sesión de la Cámara. El legislador dijo que se reunirán con las autoridades policiales y con fiscales de la zona.
"Es un tema que nos preocupa y que nos ocupa porque entendemos que tenemos que apelar a resguardar la integridad física de cada uno de los habitantes. Los vecinos también hablaban de que los abusos policiales se agravaron o se intensificaron a partir del decreto 255 que faculta a la Policía a poder detener a quienes no cumplen con la cuarentena obligatoria", manifestó Juárez. La diputada añadió que se debería rever el decreto.
Las denuncias
Julio Padilla tiene 33 años y es chofer, su denuncia es contra policías del 911. Relató que el pasado 2 de mayo fue amenazado y torturado. El hombre detalló que estaba en la puerta de su casa, acababa de despedir a un compañero de trabajo quien ya se iba cuando llegó la Policía. Los efectivos querían realizarles infracciones por encontrarse en la calle a las 20.20, cuando el límite horario para circular es hasta las 20. Padilla dijo que quiso explicar que el motivo era laboral.
Sostuvo que los policías le pedían permiso para transitar. "Ingresé a la casa, saqué el permiso y se lo mostré pero me decían que estaba pasado de horario y me iban a hacer una multa. Cuando intenté leer el permiso me bajé el barbijo, lo hice inconscientemente. Uno se puso muy agresivo, me decía 'por qué te hacés el vivito, ponete el barbijo', le pedí perdón y le dije que lo hice sin darme cuenta. En ese momento me dijo que me llevaría detenido. Le manifesté que bueno y que me hable bien porque yo no le estaba faltando el respeto. Me dijo que me quede callado o me iba a ir peor, que no le iba a enseñar a hacer su trabajo", recordó.
El hombre contó que aceptó que le hagan la multa y expresó que al día siguiente haría un descargo. En ese momento, dijo que un policía le torció el brazo derecho mientras que él con el izquierdo cargaba a su hijo de 3 años, ya que su esposa había salido con los hijos cuando vieron lo que estaba pasando. Indicó que entre dos policías lo redujeron al piso, lo esposaron y le tiraron gas pimienta en los ojos y en la boca. "Empezaron con golpes delante de mis hijos, de mi esposa y vecinos. Me cargaron en el móvil y me tuvieron más de 30 minutos dando vueltas en círculos. Me pegaban y amenazaban diciéndome que no iba a vivir tranquilo, que más vale que no intente hacer nada '¿sos machito?' y expresiones insultantes. Yo lloraba y preguntaba por qué me hacían esto, se reían y me pateaban los testículos", relató.
Padilla dijo que lo llevaron demorado a la Comisaría 31 y lo liberaron alrededor de las 3 de la madrugada. Dijo que no le quisieron tomar la denuncia y que el comisario quiso hacerlo desistir de realizarla. Tuvo que volver después, le tomaron la denuncia pero no consiguió que asentaran todo lo que detallaba. Por ello fue luego a la Fiscalía, donde también hubo una negativa para asentarle una ampliación y lo enviaron de nuevo a la 31. Padilla se dirigió a la Comisaría de El Mirador, donde tampoco querían asentar la denuncia hasta que expresó que llamaría a los medios de comunicación. Padilla también dijo que cuando los policías lo llevaron a la revisación médica, el médico del hospital registró menos lesiones que las que constató después cuando volvió al ser liberado.
Pablo Arroyo, es el padre del joven de 20 años Agustín Arroyo, quien denunció que fue demorado y golpeado el domingo 24 de mayo, también por efectivos del 911. Ese día el joven circulaba en el auto de un amigo e iba con la novia a quien llevaba a la casa. Lo demoraron por "incumplimiento de la cuarentena". "A mi hijo le pegaron con guantes que tenían aparentemente un nudillo de plástico, lo tiraron al suelo boca abajo. Uno se arrodillaba y lo golpeaba en las costillas, la panza, la espalda, detrás de la oreja. Lo golpearon en el ojo, no sabe si le pegaron una patada o con un puño, todavía le lagrimea", relató el padre. Las golpizas habrían continuado en el móvil policial por alrededor de media hora. Arroyo también dijo que a la novia del joven la maltrataron verbalmente y la demoraron llevándola en otro móvil policial. Los llevaron a la Comisaría 31 donde después fueron liberados.
Ricardo Saldaño denunció a personal del 911 por hechos cometidos el 9 de mayo a las 13.10. Sostuvo que cuando circulaba en motocicleta por 9 de julio y Calixto Gauna con un primo, dos policías empezaron a seguirlos. El joven precisó que esto no le había preocupado porque llevaban casco y barbijo y tampoco le habían pedido que se detenga ni les advirtieron los motivos.
Según lo relatado, los policías iban cada uno en una moto. Saldaño dijo que cuando llegaron a la altura de la escuela Gurruchaga y mientras iban con la moto en marcha, los policías lo golpearon con cachiporras en "el brazo derecho, la rodilla derecha y en la cabeza". Un golpe en la frente lo hizo perder la conciencia y esto provocó que se cayeran de la moto. El joven denunció que los policías "se dieron a la fuga sin prestar auxilio" y añadió que después fue internado por las lesiones.
José Ramis también denunció a efectivos del 911. Relató que el 5 de abril a las 5 se encontraba durmiendo cuando escuchó que violentaban la puerta de su casa, se levantó y encontró a policías golpeando a un vecino en el comedor. Ramis dijo que cuando pidió explicaciones por esta situación y por haber ingresado a su domicilio, no le contestaron y lo esposaron. Contó que en ese momento su hermano Pablo se levantó a ver lo que ocurría también pidió explicaciones pero tampoco se las dieron. Según lo denunciado, uno de los efectivos desenfundó el arma, le quitó el seguro y apuntó a Pablo en la cabeza, diciéndole "quedate quieto o te quemo".
Los tres hombres fueron trasladados después al móvil policial. José Ramis dijo que los golpearon en "la espalda, el pecho y la cara" con "cachiporras, piñas, patadas y rodillazos". El vecino relató que uno de los oficiales les decía "muchachos cómo se van a caer en el canal machados" para justificar la paliza y los amenazó con que la próxima vez los llevarían "a un descampado y no la contarían".
José Ramis detalló que al hermano lo golpearon en todo momento preguntándole si le gustaba mirar. Indicó que la Policía pasa por su casa "en reiteradas oportunidades", por lo que pidió que se tomen medidas para garantizar su integridad física. Después de la golpiza vio afectada su salud, "con vómitos y fiebres, e infección respiratoria", un traumatólogo le diagnosticó una fractura de costilla. Manifestó que esto le ha generado perjuicios en la salud y también económicos porque tuvo que pedir dinero prestado para para comprar medicamentos.
Por su parte Romina Ávila, la pareja de Pablo Ramis, denunció que la hija de 2 años presenció los hechos de violencia policial ocurridos en la casa familiar y que esto le ha generado daños psicológicos.