Por efecto de la pandemia, la recaudación en la Provincia de Buenos Aires creció apenas un 13,7 por ciento interanual en mayo. Si se considera que el aumento de precios en el último año fue de 44,2 por ciento, la recaudación bonaerense cayó 21 por ciento en términos reales. En abril, el aumento nominal interanual había sido de 11,5 por ciento, lo que evidencia una recuperación, aunque todavía muy tenue.
De acuerdo a un comunicado de la Agencia de Recaudación (ARBA), los ingresos totales fueron de 32.465 millones de pesos, impulsado en mayor medida por el Impuesto sobre los Ingresos Brutos que tuvo una caída interanual de 18,2 por ciento en términos reales. Esta cifra significa menores ingresos obtenidos por los comercios, las industrias, empresas agrícolas, financieras o profesionales. Esta caída en las ventas es uno de los primeros indicadores económicos que se conocen de mayo, mes de aislamiento total, pero con cada vez más actividades flexibilizadas: desde el inicio de la pandemia, la Provincia habilitó a más de 600 industrias de las 18.000 empresas habilitadas incialmente, y un gran número de comercios.
El Impuesto de Sellos cayó 18,2 por ciento interanual. Los principales regímenes de este impuesto registraron las mermas más fuertes: Escribanos, 92 por ciento y Registro Seccional Automotor, 46 por ciento. Estas bajas se explican por la parálisis de compraventa de propiedades determinada no sólo por la crisis económica en el contexto de la pandemia sino también por el cierre de las escribanías. De hecho, las inmobiliarias continúan cerradas en la provincia de Buenos Aires como consecuencia de la cuarentena obligatoria impuesta para contener el virus. Por su parte, el régimen de Tarjetas de Crédito, que canalizó la mayoría de las ventas durante la cuarentena, compensó levemente estas caídas con un crecimiento interanual de 37 por ciento.
El aumento de la recaudación en el impuesto Inmobiliario, que tuvo una suba nominal interanual de 77 por ciento, y el de los Automotores, de 13,5 por ciento, se debe a una modificación del calendario de vencimientos por la aprobación tardía de la Ley Impositiva 2020 y por las prórrogas de vencimientos otorgadas como parte de las medidas de alivio en el contexto de la crisis sanitaria. Al hacer la comparación sobre un calendario equivalente, se observan caídas en la cobrabilidad de los impuestos patrimoniales, más pronunciadas en el inmobiliario baldío, edificado y embarcaciones, y menos significativas en el impuesto automotor y el inmobiliario rural.
En el acumulado enero-mayo 2020, la recaudación general en términos nominales aumentó 24,4 por ciento con respecto al mismo periodo del año anterior. Una vez más, al contabilizar la inflación acumulada, evidencia una pérdida significativa de ingresos en términos reales.