Activistas brasileños cavaron un centenar de tumbas en la playa de Copacabana, uno de los principales puntos turísticos de Río de Janeiro, en una llamativa acción de protesta contra la política del gobierno de Jair Bolsonaro frente a la pandemia de coronavirus. Las tumbas fueron alineadas sobre la arena en diez filas de cara al emblemático hotel Copacabana Palace, y en ellas se clavaron cruces negras decoradas con pequeñas banderas brasileñas. La intervención estuvo a cargo de la ONG Río de Paz, vinculada a la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Si bien todos los dardos apuntan al presidente de ultraderecha, la turbulencia en uno de los estados más populosos de Brasil también salpica a su gobernador, Wilson Witzel. La Asamblea Legislativa de Río de Janeiro decidió el miércoles por unanimidad iniciar el proceso de su destitución por supuesta mala praxis y corrupción durante la gestión de la covid-19. Brasil registra casi 780 mil casos positivos de coronavirus y roza los 40 mil muertos desde el estallido de la pandemia: es el segundo país del mundo con más casos y ocupa, por el momento, el tercer lugar en número de fallecidos. 

El efecto visual de la intervención recuerda a las dolorosas imágenes de cementerios de muchas ciudades de Brasil, donde se continúan cavando tumbas velozmente debido a la pandemia, especialmente en la ciudad amazónica de Manaos. En las fosas fueron colgadas banderas de Brasil y pancartas en las que se lee "Brasil, el país de las fosas". Entre otros puntos, los miembros del colectivo Río de Paz exigen una mayor asistencia a las familias en situación de vulnerabilidad durante la emergencia sanitaria y económica del coronavirus, un profesional de salud al frente del ministerio de Salud, hoy comandado interinamente por el general Eduardo Pazuello, y la presentación de metas y propuestas efectivas de combate a la enfermedad por parte del gobierno.  

"Los más necesitados están siendo golpeados de frente, están muriendo, siendo enterrados en tumbas poco profundas", explicó Antonio Carlos Costa, presidente de la ONG, en relación a la impactante protesta que es parte de una serie de intervenciones que esa organización realizó durante las últimas semanas en diferentes puntos del país. "Brasil está desnudo ante el mundo. Todas sus injusticias sociales y desgobierno han emergido en estos meses de pandemia", agregó Costa. 


En la última semana el país sudamericano, uno de los epicentros del coronavirus a nivel mundial, registró tres récords consecutivos de muertes y se viene manteniendo por encima de los mil fallecidos por día. De mantenerse la acelerada expansión de la pandemia, Brasil podría sobrepasar en los próximos días en número de muertos al Reino Unido, una "trágica e inaceptable estadística" que "demanda acciones urgente por parte del gobierno federal, alertó Costa. Para él, "si no se produce un cambio de rumbo" por parte de Bolsonaro en la gestión de "esa tragedia social", Brasil se convertirá en "el país con el mayor número de muertos por covid-19", superando incluso a Estados Unidos. "No hay gobierno que esté conduciendo de forma peor esta crisis humanitaria que el nuestro", remarcó.

Desde el inicio de la pandemia, Bolsonaro es duramente criticado dentro y fuera de Brasil por su gestión ante la mayor emergencia sanitaria del último siglo, a la que el presidente ultraderechista insiste en restar importancia e incluso llegó a calificar a la covid-19 como "gripecita" o "neurosis". Bolsonaro sigue exigiendo la reanudación de las actividades económicas mientras la curva de contagios sigue en aumento en el país.

Wilson Witzel, en el banquillo

En medio de la profundización de la pandemia, la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro aprobó el miércoles por unanimidad la apertura de un proceso de juicio político contra el gobernador Wilson Witzel por causas de corrupción vinculadas a su gestión de la crisis sanitaria. El gobernador dijo haber recibido la decisión del poder legislativo estadual "con espíritu democrático y resiliencia", según un comunicado en el que volvió a rechazar las acusaciones. “Estoy absolutamente tranquilo sobre mi inocencia; fui electo teniendo como pilar el combate a la corrupción y no abandoné en ningún momento esa bandera", remarcó Witzel, quien pertenece al Partido Social Cristiano (PSC), la agrupación en la que el presidente Jair Bolsonaro y sus hijos militaron hasta 2018, cuando pasaron al Partido Social Liberal.

Con 69 votos a favor y una ausencia, la Cámara aprobó iniciar un proceso de juicio político por el "crimen de responsabilidad" en varias causas de corrupción. La apertura del juicio fue aprobada incluso por los correligionarios de Witzel en el PSC y por varios de sus aliados. Según informó el presidente de la asamblea, el dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) André Ceciliano, se investigará la responsabilidad del gobernador en la compra con sobreprecios de respiradores para enfrentar a la demanda generada por la pandemia de coronavirus y la licitación bajo investigación de la construcción de hospitales de campaña con el mismo propósito.

También se lo acusa de recibir sobornos de un empresario del área de salud que se adjudicó varios de los contratos de emergencia para hacer frente a la pandemia. Witzel ya es investigado por la policía federal por supuestas irregularidades en esos contratos y tanto el Palacio de Laranjeiras, residencia oficial del gobernador, como sus oficinas y la de su esposa fueron blanco de allanamientos el mes pasado.