Los agentes del espionaje ilegal macrista que salieron a la luz por la investigación judicial estuvieron doce veces en la Casa Rosada, reunidos con una funcionaria de la mayor confianza de Mauricio Macri, la coordinadora de Documentación Presidencial, Susana Martinengo. Los datos surgen de una presentación realizada por Carlos Beraldi, abogado de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, principal víctima del espionaje. En el texto, presentado este viernes ante el juez Federico Villena, se tomó la información surgida del registro de entradas de la Casa Rosada y publicada por Poder Ciudadano.
Leandro Araque, Facundo Melo y Jorge Sáez, todos agentes de la Agencia Federal de Inteligencia, mantuvieron reuniones en el Área Presidencia. También participó de los encuentros un ex policía que después se presentó en el noticiero Telenoche, haciéndose pasar por cartonero, con denuncias sobre las organizaciones sociales y en particular contra Juan Grabois. En el expediente que se tramita en Lomas de Zamora hay evidencias de que la banda de la AFI, que reportaba al director de Operaciones Especiales, Alan Ruiz, se infiltró en movimientos sociales, no sólo para espiar sino para promover incidentes.
La impunidad de las operaciones de espionaje ilegal llama la atención. Los hombres de la AFI, que se mezclaban con narcos, barras bravas y delincuentes de todo tipo, transitaban sin problemas los pasillos de la Casa Rosada y se reunían con Martinengo a pasos del despacho de Macri. No tuvieron la precaución siquiera de encontrarse en algún lugar discreto, como una oficina o una sala de un hotel, sino en la propia sede del gobierno nacional, cerquita del llamado Sillón de Rivadavia. Tampoco se trató de pequeños trámites, citas ocasionales: las reuniones duraron entre dos y tres horas.
Las doce reuniones
*Araque, al que se le encontraron en el celular centenares de fotos, diálogos y videos de las operaciones, ingresó a Casa Rosada el 15 de mayo de 2018 a las 15.08 y salió a las 17.15, o sea más de dos horas. La reunión se hizo en la oficina de Martinengo y estuvo Miguel Alfonso, el ex policía de la Federal, que apareció en Telenoche haciéndose pasar por cartonero. Según consignó en su momento el sitio tiempoar.com, Alfonso se infiltró en La Cámpora y después pasó a militar en la campaña de Cambiemos.
*Dos meses después, el 18 de julio, Araque volvió dos horas a la oficina de Documentación Presidencial, ingresando a las 15.12.
*En su tercera visita batió todos los records. Fue el 6 de septiembre: entró 14.04 y salió a las 23.59, casi diez horas.
*Luego estuvo el 1 de noviembre y ya el 14 de diciembre concurre con Jorge Sáez, otro agente de la AFI, implicado en las operaciones ilegales, según la investigación del juzgado de Lomas.
*En la sexta reunión, el 18 de diciembre de 2018, siempre en oficina de la coordinadora de Documentación Presidencial, participó también una mujer llamada Noelia Belén y un tal Juan José Ferreyra, que sería Juan Jorge Ferreyra, ex militar, que trabajó en el gobierno porteño en épocas de Macri. Ferreyra fue, además, candidato del carapintada Aldo Rico en San Martín.
*Veinte días después, el 9 de enero de 2019, los tres sindicados en la causa de Lomas, Araque, el abogado de barras bravas Melo y Sáez, los tres agentes de la AFI macrista, ingresan juntos a Casa Rosada y se van también juntos.
*El 18 de enero, el 29 de enero y el 6 de marzo, vuelve a entrar Araque a Casa Rosada, una vez solo, una vez con Melo y otra con Sáez.
*El doceavo ingreso se produjo el 6 de junio de 2019 y la reunión agrupó a más personas. Estuvieron Martinengo y Araque, como siempre, pero también Romagnoli, Maximiliano Magistrello, Elba Masino, Federico Mastropierro y Fernando Scanavino. Según señala el diario La Nación, Scanavino es fundador de la ONG Juntos por el Trabajo en Libertad, de la que también formaba parte Silvina Martínez, abogada de Margarita Stolbizer. En el escrito de Beraldi, aunque no se explica el contenido, hay un hecho consignado en la causa de Lomas, el episodio número 9, en el que hay referencias a Martínez y Stolbizer.
La presentación de Cristina Kirchner
El pedido de CFK al juez Villena, a cargo de la investigación, es que se secuestren los registros de ingreso y egreso de la Casa Rosada, la quinta de Olivos, el Ministerio de Justicia, el Ministerio de Seguridad y la AFI. Es que el trío --Araque, Melo, Sáez-- participó en numerosas operaciones, al punto que Melo admitió en el programa ADN que operó en contra de Hugo y Pablo Moyano, a través de un barra brava de Independiente, Damián Lagaronne, detenido en el penal de Melchor Romero. En la investigación también surgió que Melo arregló con un narco, Sergio "Verdura" Rodríguez, que colocara trotyl en el edificio donde había vivido José Luis Vila, ex subsecretario del Ministerio de Defensa. Se ve que la vicepresidenta y su abogado piensan que la banda, que recurría a narcos y barrabravas, no reportaba únicamente a la AFI y a Alan Ruiz, sino que tenía ramificaciones en otros ministerios y que hasta podría haber estado en Olivos. De hecho, el propio Ruiz se supone que tenía como referente a Patricia Bullrich, hoy en día presidenta del PRO.
Si se mira el cuadro de conjunto, no parecen episodios aislados de espionaje ilegal, sino una política global. Las operaciones de aprietes a jueces, empresarios y ex funcionarios se vieron en el expediente que investiga Alejo Ramos Padilla, con policías y agentes de la AFI como protagonistas. La presión sobre el juez Luis Carzoglio para que detenga a Hugo y Pablo Moyano, con directores de la AFI visitando al juez. La instalación de micrófonos en las cárceles, las escuchas a los detenidos cuando hablaban con sus abogados y familiares y ahora las decenas de seguimientos, grabaciones, imágenes tomadas a políticos de todos los colores, incluyendo el macrismo, periodistas, intelectuales, dirigentes gremiales y, por supuesto, a la ex presidenta.
En el último párrafo de la presentación, Beraldi le pide al juez Villena que "actúe con premura y preserve la prueba, ya que se trata de episodios que no registran antecedentes en tiempos democráticos". Esta semana circuló el rumor de que el magistrado podría ordenar la detención del trío, pero Araque, Melo y Sáez presentaron un pedido de eximición de prisión y el juez todavía no resolvió.
Ahora quedan dos altos cargos en la mira. La funcionaria de la Casa Rosada, Susana Martinengo, a cuya oficina fueron los espías en doce oportunidades. La mujer era de máxima confianza de Macri, estaba encargada de responder cartas, pero dejó de hacerlo cuando Juntos por el Cambio perdió las PASO. Después, el 10 de diciembre dejó el cargo. Y, por supuesto, queda también en el centro de la escena Alan Ruiz: todo indica que los espías van a decir ante la justicia que ellos sólo seguían las instrucciones del director de Operaciones Especiales de la AFI, su jefe: una renovada "obediencia debida" del espionaje ilegal.