Después de muchas gestiones, un apoyo explícito del Concejo Deliberante y la decisión del municipio capitalino, el predio de la calle Catamarca vuelve a pertenecer al Centro Juventud Antoniana. Este espacio actualmente se encuentra a disposición de la Dirección de Tránsito Municipal como depósito de vehículos.
Para Gustavo Klix, esto es “valentía y decisión política tanto de la intendenta Bettina Romero como de todos los concejales que firmaron la resolución de restitución. Siento que Juventud volvió a ser escuchado y que se hizo justicia. Soy consciente de que todos los que pasamos por la presidencia del club hicimos gestiones por este espacio y agradezco a todos mis antecesores por el trabajo que hicieron y aportaron a la institución, pero Dios, la Virgen y el destino me pusieron en el lugar y el momento indicado para recuperarlo”.
De “la Catamarca” como le dicen cariñosamente, se conoce poco: este predio fue donado a Juventud en 1962, momento en el que era dirigido por los curas franciscanos, orden religiosa que fundó el club. “Ellos lo proyectaron con fines de brindar contención cultural, social y deportiva, pero por motivos que desconozco, pasaron décadas y el predio no podía ser restituido”, explicó el dirigente.
El Centro Juventud Antoniana fue fundado el 12 de enero de 1916 por el padre Gregorio Biaggini.
Según se informó desde el municipio a la comisión directiva, la entrega de los papeles del espacio y la llave, se realizarán en un acto en las primeras semanas de julio.
Como replicando la escena de la clásica película “Luna de Avellaneda”, Klix expresó que las decisiones que se tomen a futuro sobre este patrimonio serán discutidas en asamblea luego de la entrega de las llaves.
“Soñamos tanto con recuperar la Catamarca que corresponde someter las decisiones a una asamblea, vamos a escuchar a los socios que son la parte fundamental”, dijo; cuanto a lo personal, el titular del club expresó que tiene "algunas ideas, pero se las quiero comunicar primero a lo socios. Llevaremos adelante esto juntos y siempre pensando en qué es lo correcto”.
Las apreciaciones y sensaciones que Gustavo Klix tiene son de mucha conformidad “personalmente, soy demasiado humano y me cuesta separar lo dirigencial con lo personal y eso se nota. Esto fue para mí una de las satisfacciones más grandes que me tocó vivir. Pienso que es importante recuperar lo simbólico de este club, ser escuchados y hacer justicia”. Y agregó: “hace dos o tres días que estoy satisfecho y tengo la humildad de decir me tocó a mí, pero podría haber sido cualquiera, son poco los patrimonios que tenemos y sentir que cumplí me llenó el alma”.
En relación al marco actual, Klix contó que desde que asumió hace un año y medio proyectó el club en dos etapas; la primera, de fortalecimiento interno y deportivo, “veníamos mal en ambas cosas, sufrimos un descenso y cuando parecía que todo iba a mejorar, nos agarra esta pandemia, a mí me quedaban dos opciones, o parar y llorar o buscar las oportunidades en esta crisis, así que me puse firme con la idea de clarificar la cabeza y comencé a gestionar la recuperación de la Catamarca”.