El martes pasado a la noche una persona encontró llorando y en estado de shock a una chica de 16 años en una calle del pueblo de Rivadavia Banda Sur. En medio del llanto y los nervios, la adolescente logró contarle que la habían violado cuatro hombres. Su madre se enteró cuando la chica estaba ya en la Comisaría, a la medianoche, y allí radicó la denuncia. Ello pese a que, según el relato de la chica, fue amenazada con un arma de fuego para mantener silencio de lo ocurrido.
Frente a los hechos denunciados la fiscala penal de Violencia de Género y Delitos contra la Integridad Sexual de Orán, María Soledad Filtrín Cuezzo, imputó a cuatro hombres por el delito de abuso sexual con acceso carnal doblemente agravado por la participación de dos o más personas y por el uso de arma en perjuicio de la adolescente.
Hasta donde se pudo reconstruir, la chica se había reunido con unas ocho personas (entre varones y mujeres), en el domicilio de uno de los ahora imputados. Allí estaban tomando alcohol cuando en un momento dos de los acusados tomaron de los brazos a la adolescente y abusaron sexualmente de ella, mientras un tercero sostenía el arma y la amenazaba para que no avisara a la Policía.
Desde el Ministerio Público Fiscal se indicó que “surge del decreto de imputación que los acusados abusaron sexualmente de la menor, quien estaba bajo los efectos del alcohol y no pudo consentir libremente el acto que afectó su libertad sexual”.
Las actuaciones de la Fiscalía se iniciaron tras la denuncia de la madre de la víctima, quien precisó que el pasado 9 de junio a las 20, su hija salió de su casa ubicada en comunidad Misión Wichí, ubicada en la periferia del pueblo de Rivadavia Banda Sur y que a la medianoche supo por información de policías que la chica estaba en la Comisaría tras ser encontraba en la vía pública por una persona que la ayudó.
La chica no tiene asistencia psicológica porque en el hospital local no tienen esta especialidad. La fiscala Filtrín Cuezzo tiene previsto entrevistar a la adolecente la semana que viene, con las prevenciones que deben tomarse por la pandemia del coronavirus y los casos de contagios que hubo en Orán, con lo cual se estima que la conversación será a través de medios digitales, con la presencia de una psicóloga.
“No tenemos con qué entretener a la juventud”
Tanto el cacique de Misión Wichí, Demetrio Campos, como el secretario de Pueblos Originarios del municipio de Rivadavia Banda Sur, Bernardino Pizarra, coincidieron en que la problemática en esta comunidad tiene que ver con la situación de abandono en la que se encuentran niños, niñas, y adolescentes indígenas.
Uno de los principales problemas, denunciados en más de una ocasión, tiene que ver con el consumo de alcohol y drogas entre los jóvenes, y hasta niños. Pero también apuntaron a padres y madres por la falta de atención. “Hay veces que vas y son las 12 de la noche y hay chicos de 5 o 6 años que están solos, caminando” en la vía pública, dijo Pizarra a Salta/12.
Si bien la comunidad es “prácticamente vecina del pueblo”, Campos detalló que existe una suerte de división del territorio wichí, de aquel que es criollo. Cerca de 250 familias viven en la comunidad y “como vecinos a veces nos toca esta situación. Hay momentos que anda tomando (bebidas alcohólicas) la gente, y las chicas de aquí también, y pasan estas cosas. De mi comunidad hay padres que no pueden controlar a hijos e hijas que andan en borracheras y son familias bien humildes”, afirmó. En el caso de la familia de la chica que fue víctima del abuso, indicó que se trata de una mamá sola con varios hijos “que vive en un rancho, como todos”. La chica víctima de la violación había sido mamá hace poco.
Si bien ambos referentes reconocieron que “nadie tiene derecho a hacer daño a nadie”, insistieron en el contexto de una complicada vulnerabilidad de los chicos y jóvenes de la comunidad.
Como ejemplo, Pizarra indicó que en la escuela secundaria ingresan entre 40 y 50 niños y niñas en primer año. Pero en esta segunda camada del secundario de la comunidad, solo lograrán recibirse entre cinco y seis chicos. Hay un terciario docente en donde solo “una chica está por ser maestra”.
Pizarra afirmó que desde siempre se pidieron capacitaciones o alguna enseñanza de oficios para los integrantes de la comunidad, como para poder de apuntalar a los jóvenes. “Pero nunca nos llega nada”, dijo. “No tenemos con qué entretener a la juventud”, concluyó.