Contra todo pronóstico, Perras On The Beach se convirtió en la revelación del pasado Cosquín Rock, y eso que los mendocinos pisaron por primera vez el festival cordobés en la fecha de clausura, que tuvo a Fito Páez y La Beriso como atractivos. Allí, los liderados por Simón Poxyran no tuvieron complejo en demostrar que son el futuro de la escena. Aunque la desfachatez se paga caro acá, y especialmente en esta época. Pero para eso aparecieron: para romper los esquemas. “Cuando estaba por subirme al escenario, vi a Zeta Bosio bajar y sentí un poco de miedo”, recuerda el frontman. “Somos unos rolingas, tocamos para el orto y hacemos todo mal. Sin embargo, una vez que nos vio la gente, comenzaron a gritar nuestro nombre. Y ahí sentí que podíamos hacer todo lo que queríamos, porque había buena onda. Fue el recital en el que mejor nos portamos. No sé por qué.”
Claro, la agrupación cuyana llegó al escenario Quilmes Garage, en el Aeródromo de Santa María de Punilla, tras protagonizar un escándalo en San Martín de los Andes, con su intervención en el festival El Primer Color, este enero. Al punto de que el subsecretario de Cultura de esa ciudad, Marcelo Gobbo, aprovechó cuanto medio de comunicación pudo para ofrecer una “explicación” de lo sucedido con sabor a demonización. El funcionario llegó a augurar en un noticiero regional que al quinteto le cancelarían todas las fechas después de lo ocurrido, incluyendo su actuación en Cosquín Rock. Es que, según él, Perras On The Beach “escandalizó a un grupo de personas” por aludir a las drogas e insultar a la Municipalidad. ¿Pero qué es el rock sin provocación? Por eso el movimiento pide desesperadamente un recambio, orquestado por la frescura e ideas nuevas y contemporáneas.
Pese a que el indie argentino está preparado hace rato para recoger el guante, por más que la industria local siga dilatando el traspaso, Simón Poxyran es el líder generacional que precisaba esta movida para capitanear la transformación. “Aunque no me gusta lo que hace el Indio Solari, me da pena lo que le pasó”, comparte. “Cuando sucedió lo de San Martín de los Andes, flasheé que iba a ir preso. ‘Tengo 19 años y acabo de cagar toda mi carrera musical’, pensé. Pero ya dejé eso atrás porque soy espontáneo. Mi vida es así.”
Las primeras señales consistentes sobre la existencia de este moderno Prometeo del pop independiente nacional – suerte de híbrido, en cuanto a impronta, sensibilidad y talento, de Mac DeMarco, Pete Doherty, Pity Alvarez, Kendrick Lamar y Luludot Viento– vieron la luz el año pasado, tras la invitación de Poncho para que prestara su voz en su más reciente disco, Joya. Lo que reeditará en vivo próximamente, en la inminente edición del Lollapalooza porteño, cuando se suba a cantar con el trío.
Esa colaboración preparó el desembarco en Buenos Aires, en noviembre pasado, de Perras On The Beach, para una edición especial de la fiesta Batonga, organizada por Javier Zuker, uno de los componentes de Poncho, en Niceto Club, junto a otros dos grupos referenciales de la nueva avanzada del Manso Indie: Las Cosas Que Pasan y Usted Señálemelo. De este último combo, tres músicos, incluyendo al hermano mayor de Simón, Juan Saieg, integraron hasta hace semanas la alineación de Perras. Aquel fue no sólo su memorable estreno porteño sino el espaldarazo que necesitaba su álbum debut, el sensacional Chupalapija (2016), para su legitimación y amplificación. No obstante, en su regreso a esta capital, amén de presentar la nueva formación de la agrupación – que mantiene al bajista Bruno Beguerie– en un único show, Poxyran se dedicará principalmente a mostrar las canciones de su debut solista, SAIEG, lanzado hace unas semanas.
¿Por qué preferiste editar un disco solista antes que otro de la banda?
–Hay canciones que no son para Perras, son muy internas. Y también quería probar si podía separar las cosas. Si bien ya tengo algunos temas para el grupo, prefiero esperar un tiempo y terminarlos con Bruno.
¿No te parece que puede generar confusión? Muchos creen que Perras On The Beach sos vos...
–Sí, pero la verdad es que no me importa. Cuando encaré Perras On The Beach la idea era que fuera un proyecto solista. Aunque empezamos a crecer, y entre todos cada canción la sentíamos como nuestra.
¿En qué se diferencian estas canciones unipersonales de las grupales?
–Más que nada en las letras, pero también en la manera de componer. Perras On The Beach es más para la joda, para divertirse. Mientras que el otro proyecto está encarado desde un lado diferente.
¿Es cierto que aprendiste a tocar la guitarra mientras grababas el disco de Perras?
–Aprendí a tocar la guitarra cuando comenzó Perras. Antes de meternos con el disco, los temas los grababa Lucca (NdR: se refiere al hermano de Bruno e integrante de Usted Señálemelo) y mi hermano tocaba los sintetizadores. Pero al hacer el tema La playa, le pedí que me enseñara. Sólo conocía tres acordes. Así que una vez que empezamos a componer, tocar y grabar, fui aprendiendo. Y ahora sé un poco más, aunque no entiendo. Todo es muy especulativo.
Tenés un tutorial en YouTube en el que enseñás a tocar los temas del grupo, ¿por qué?
–Al estar rodeado por músicos, aprendés un montón. En Perras On The Beach los pibes se cagan de la risa. Sin embargo, cuando era chiquito, entre los 10 y los 13, tocaba el violín. Luego me di cuenta de que no era lo mío y comencé a hacer videos. Así conecté con la música y pasó lo que pasó.
¿Cómo fue la realización de Chupalapija, que sólo tiene edición digital?
–Casi todas las canciones las grabé con mi celular. Hay una app que se llama Cambiador de voz, para que jueguen los bebés. Así hice dos discos de demos que no pensé para Perras. Cuando grabamos La playa, ahí pensé en el grupo. La mayoría de los temas pertenecen al segundo de esos discos. Tocados por los cinco, se convirtieron en algo totalmente diferente. Y no sólo Bruno, sino Lucca, Cocó y Juan sintieron lo mismo. Buscamos un nombre para el álbum y optamos por ése, que representaba lo que percibíamos, pero no en el sentido literal. Era una forma de vida: “Saquemos esto tal como está, no nos enrosquemos en masterizarlo ni nada”.
¿Por qué hay tantas referencias a Australia en el disco?
–Porque la mayoría de la música que escuchamos viene de allá: Tame Impala, Pond, King Gizzard & the Lizard Wizard... También me pareció un lugar re loco. Nunca había escuchado a alguien que hable de Australia. Hay canguros, está copado. Y tras cantar tantas veces esa canción, tengo muchas ganas de conocer ese país, es lo que más quiero en la vida.
¿Te inspira la capital mendocina?
–A mí lo que más me inspira de Mendoza, al igual que al resto de los Perras, es que todo es muy difícil de lograr. Si bien el público mendocino dejó de ser una dificultad, porque ahora hay una revolución musical, en años anteriores era complicado y era muy difícil enfrentarlo, y más con canciones que hablan de cosas de pibes.
Por lo que contás, no se te pasó por la cabeza mudarte a Capital…
–Estoy muy bien en Mendoza y no me quiero perder esta revolución que está pasando. Seguro que me quedaré un tiempo en Buenos Aires, pero para amar más a mi ciudad. Por más que tenga un montón de problemas con el gobierno o la municipalidad mendocina, a la que le hicimos el tema Municipálida, un llamado de atención porque no tenemos dónde tocar.
A causa de tu desparpajo, delirio y autenticidad, te convertiste rápidamente en ídolo generacional y, al mismo tiempo, en figura peligrosa para el establishment. ¿De dónde saliste?
–Salí de varios pedos que tenía la cabeza. Cuando apareció la música de Perras On The Beach atravesaba un momento de mierda. En 2015 me enteré de que mi viejo se había suicidado, y yo no sabía nada. Fue un golpe muy feo y estuve un montón de tiempo medio depresivo. También me enamoré de una mujer que me cambió la vida, mi primera novia. Si no me hubieran pasado cosas malas y lindas, quizás no hubiera agarrado la guitarra. Mi nuevo disco se titula SAIEG, que es el apellido de mi padre. El 90 por ciento de la energía de ese trabajo está influido por su muerte. Si bien falleció en 2005, hasta hoy es una sombra que me persigue. Pero la composición me ayuda un montón.
¿Cómo te llevás con tu hermano?
–Bastante bien. Me ayudó con un montón de cosas. Fue el productor de mi disco solista. Aprendí mucho de él y creo que él de mí, porque somos muy diferentes. Lo admiro y soy fanático de lo que hace. Al igual que al resto de los Usted Señálemelo (NdR: que serán parte del Lollapalooza porteño, donde adelantarán los temas de su nuevo álbum de estudio), con quienes tenemos una relación increíble.
¿Cuándo se conocieron?
–Juan y Lucas iban juntos a la escuela desde séptimo grado y ahí formaron el antecedente de Usted Señálemelo. Luego entró Cocó (Gabriel, su nombre de pila, hijo del folclorista Raúl Tilín Orozco) a tocar la guitarra. Así entré en contacto con Lucca y, por ende, con Bruno, su hermano menor. Y me hice muy amigo suyo. Pero cuando cumplí 15 empecé a hacer la mía, porque él es dos años menor, y dejé de verlo hasta que fuimos todos más grandes.
¿Cuáles son tus influencias musicales?
–Se notan bastante: Mac DeMarco, Tame Impala, Pond, Pink Floyd, que es mi banda favorita, Charly, Spinetta y Cerati. Soy muy actual al momento de hablar de música. Si bien al principio no era así, luego me di cuenta de que hay cosas increíbles. Cuando compongo, trato de no parecerme a nada. Aunque luego me doy cuenta de que me parezco a todo lo que escucho. Pero también está esa porción de Simón que es algo mío. Le doy una vuelta de rosca a las cosas que hago.
¿Y qué dice tu madre sobre tu repercusión?
–La gente que está alrededor mío está contenta porque caí en un pozo y me levanté. También de ahí viene el título del disco de Perras: “Ya fue, se murió mi papá. Chupalapija”. No podía seguir llorando. Tenía que hacer algo. Empecé a hacer canciones. Si bien me jode por decir malas palabras y hablar del porro, o por estar con el torso desnudo en los shows, ella me banca. Creo que teme un poco que me exponga tanto.
¿Por qué la marihuana es un tópico recurrente en tus canciones con Perras?
–Lo hice inconscientemente. Siempre me gustó el porro. Cuando grabamos La playa ni siquiera pensé en lo que estaba diciendo. Casi nadie habla de eso y a mí me encanta hablar de las cosas que me gustan. Fue muy espontáneo.
Por eso, en parte, nadie se olvida de vos en San Martín de los Andes…
–Tenemos un tema nuevo, Una tuca, que es algo así como una canción de amor. El estribillo dice: “Nuestro amor es una tuca en mi bermuda”. Y parece que le molestó mucho a una señora de San Martín de los Andes. Tenía ganas de bajarme del escenario para explicarle que se trataba de una canción de amor. Si no le gusta el porro, problema suyo. No es apología. Te estoy contando una historia hermosa, no podés ser tan mala onda.
¿Y qué pasó con el Subsecretario de Cultura?
–Le dediqué Municipálida a la Municipali-dad de San Martín de los Andes, y parece que ellos organizaban el evento. Yo no sabía, y vino el chabón a decirme que era un desubicado. Le dije que no podía culparme por lo que hago, porque siempre hago lo mismo. Macri gato, a morir. No me gusta pensar en cosas feas. Nunca en mi vida vote ni lo haré.
¿Por qué Poxyran?
–Al principio, cuando me hacía llamar Simón Poxyran, todavía no existía Perras On The Beach. Hacía videos psicodélicos, y Poxyran pegaba con eso. Y luego me quedó porque en la escuela me decían así.
¿Sos youtuber?
–No soy youtuber. Hice videos de cosas que me pasaban. Me iba a la montaña a tomar ácido con mis amigos, lo filmábamos, lo editábamos, le ponía un poco de colores y quedaba psicodélico. Luego empecé a hacer videoclips pero no llegaron a nada. Junto a mi novia (Luciana, la mujer que lo impactó, así como hermana de Cocó) tenía una productora de videos. Pero está disuelta porque nos separamos.
¿Y cómo te ves de más grande?
–No terminé la secundaria. Cursaba el último año en 2016 y fui a ver a Tame Impala al Lollapalooza, el primer festival internacional al que asistí. Flasheé tanto que quise ser músico. Cuando volví, le dije a mi mamá. Al principio me puso cara de culo, pero luego vio que estaba haciendo cosas. Ahora no se toca el tema. Deseo vivir de la música porque nos hace bien a mí y a un montón de personas. Soy feliz con eso.
* Perras On The Beach tocará el martes 4/4 en Niceto Club, Niceto Vega 5510. Y Simón Poxyran presentará su disco solista en La Plata (5 y 6/4) y Buenos Aires (21/4 en Sala Caras y Caretas San Telmo y 30/4 en Fiesta Undertones en Niceto Club).