"Una terrible inequidad de aquel que puede ir a la escuela privada versus aquel que tiene que caer en la escuela pública".

Un Macri auténtico. Lo público le es ajeno. En su ideario nunca una elección puede definirse por aquello que nos iguala.

"No están acostumbrados a ser iguales a todos", repite ante la consulta de PaginaI12 uno de sus ex compañeros del Cardenal Newman. Ese colegio de élite donde compartieron o se sucedieron en las aulas Nicky Caputo, José Torello, Alfonso Prat Gay, Jorge Triaca, Pablo Cusellas, integrantes hoy del gabinete nacional.

La oración también plantea la competencia entre el ámbito de los privilegiados y el resto. Unos contra otros. Una contienda en la que, por supuesto, ganan los que eligen porque son "los elegidos".

Pero la plenitud de la idea presidencial está en el verbo, la contundencia de aquello despreciable para los exitosos: caer. A la educación pública no se llega, no se elige, se cae por descarte, porque no queda otra.

Cambiemos está decidido a modificar la matriz cultural del país, eso también lo dijo Macri. Para lograrlo tiene que aniquilar lo constitutivo de la conformación de la Argentina: la escuela pública.

La estrategia de la demolición de lo valioso de lo público para amasar conciencias que luego acepten y hasta reclamen la solución privada es ya vieja. Lo nuevo es el atreverse con semejante descaro con la educación.

Los padres del Instituto Bernasconi, esa emblemática escuela del barrio de Parque Patricios., recuerdan todavía cuando el Macri que despuntaba en la política los visitó y preguntó con asombro: ¿Esta escuela es pública? En su imaginario una escuela con museo de ciencias, teatro, piletas de natación, no se correspondía con la "caída". Ya Presidente hizo explicita su convicción.

A su lado, el ministro de Educación, Esteban Bullrich, declaró: "Cada provincia, de acuerdo a sus recursos, paga lo que puede pagar". Otra vez la igualdad eyectada al desván de la utopías. El ministro está a punto de retomar en público el paradigma de "provincias inviables".

Al paso que va la gestión de Cambiemos quizás tengamos que agradecerles que de una vez demuestren el fracaso de la educación privada.