La policía de la ciudad de Atlanta despidió de su fuerza al agente que mató a tiros el pasado viernes al joven negro Rayshard Brooks . El asesinato de Brooks, en medio de masivas protestas en Estados Unidos y distintas partes del mundo contra el racismo y la violencia policial hacia los afroamericanos, ya había provocado el sábado la renuncia de la jefa de policía local, Erika Shields. También desató una serie de movilizaciones en Atlanta, la segunda ciudad con mayor población negra del país (54 por ciento), que incluyeron el incendio del local de comidas rápidas donde murió el afroamericano de 25 años y desembocaron en represión policial con gases lacrimógenos y la detención de al menos 36 manifestantes.
Un vocero de la policía de Atlanta, Carlos Campos, dijo a primera hora del domingo a varios medios que el agente que disparó a Brooks, identificado como Garrett Rolfe, fue despedido, mientras que su compañero Devin Bronsan, que participó en un forcejeo con la víctima, se encuentra de baja administrativa. Rolfe tiene 27 años, la misma edad que el afroamericano que murió debido a sus disparos, y trabajaba en el Departamento de Policía de Atlanta desde 2013.
La alcaldesa Keisha Lance Bottoms, cuyo nombre suena como posible acompañante del precandidato presidencial demócrata Joe Biden, fue la encargada de anunciar que la jefa de policía de Atlanta, Erika Shields, con más de dos décadas de trabajo en ese departamento, "ofreció retirarse inmediatamente" del cargo. "Si alguna vez vamos a cambiar la narrativa en torno a la policía, debemos comprometernos a ser responsables siempre, independientemente de la situación o el estrés adicional que pueda traer", dijo Shields en una carta en la que anunció su dimisión pero en la que también defendió a los policías acusados.
Brooks fue asesinado a tiros la noche del viernes en el estacionamiento de un local de comidas rápidas de la cadena Wendy's, tras "resistirse a ser detenido, forcejear con dos agentes blancos, quitarles una pistola de descarga eléctrica (taser) e intentar huir", siempre de acuerdo a la versión del Buró de Investigación de Georgia (GBI). La policía acudió a la zona tras recibir un aviso de que un hombre estaba "dormido en un vehículo estacionado delante de la ventanilla" del restaurante, lo que dificultaba el retiro de alimentos a otros clientes, explicó el GBI.
Un video de la cámara que llevaba adherida al uniforme uno de los agentes, difundido este domingo por la policía, muestra que los oficiales hablaron durante casi media hora con Brooks antes de que empezara el enfrentamiento. Brooks, de pie ante los agentes en el estacionamiento, se mantuvo tranquilo, confirmó que había bebido "una copa y media" y cooperó con los agentes, a los que pidió cordialmente que lo dejaran estacionar ahí su auto y caminar hasta la casa de su hermana.
Las nuevas imágenes del incidente muestran además una pelea entre los agentes y el sospechoso, que logra apoderarse de la pistola taser de un oficial y escapa. Pero mientras el GBI sostiene que "Brooks se volvió y apuntó con la taser al oficial, que utilizó su arma", las imágenes muestran que el sospechoso le da la espalda al policía cuando éste dispara y lo hiere. Brooks fue llevado de urgencia a un hospital pero murió después de la cirugía.
El abogado de la familia de la víctima, Chris Stewart, denunció el domingo un uso desproporcionado de la fuerza. "En Georgia la pistola taser no es un arma letal. Los refuerzos llegaron creo que dos minutos después. Lo hubiesen podido acorralar y atrapar. ¿Por qué tuvieron que matarlo? El policía tenía otras opciones que dispararle por la espalda", dijo a periodistas locales. Brooks tenía cuatro hijos y había celebrado el cumpleaños de su hija de ocho años el pasado viernes. "Lo vi en Internet. Lo más doloroso para mí es ver el video, despertarme y ver de vuelta el video", manifestó Decatur Redd, primo de Brooks. "Y yo tengo dos niños pequeños, ellos ven el mismo video", agregó angustiado.
Por su parte la exlegisladora demócrata afrodescendiente, Stacey Abrams, aseguró que la ira de los manifestantes "es legítima". "Un hombre fue ultimado porque dormía en un camino y sabemos que no se trata se un incidente aislado", afirmó. El crimen de Brooks intensificó la indignación en las calles de Atlanta, que ya protestaba como en cientos de ciudades del país por la muerte de otros afroamericanos a manos de la policía, tal como ocurrió con George Floyd en mayo.
A última hora del sábado, un grupo de manifestantes incendió el restaurante Wendy's en cuyo estacionamiento se produjo el incidente y otros manifestantes bloquearon temporalmente una autopista, lo que resultó en al menos 36 arrestos, indicó un vocero de la policía de Atlanta. Previamente, la policía había reprimido las manifestaciones en la ciudad con gases lacrimógenos. Como respuesta, algunas personas se trasladaron hasta la comisaría de la Zona 3 del Departamento de Policía local para continuar con las protestas.
Las protestas que se extendieron primero por todo el país y luego por el mundo pusieron sobre la mesa las herencias del racismo y la violencia blanca contra la comunidad negra y otras minorías, así como la brutalidad de la policía estadounidense.