Para el diputado nacional kirchnerista Germán Martínez, las “alternativas superadoras” a la expropiación de Vicentin, que planteó el gobernador Omar Perotti, “están en el título y no en el contenido”. Lejos de entrar en conflicto con el gobierno provincial, el legislador rescató al ministro de la Producción Daniel Costamagna y defendió que haya “voces distintas” dentro del oficialismo. “Tenemos que ser menos fanáticos todos, oficialistas y opositores, y tratar de generar un marco de diálogo real, que nos libere de las anteojeras ideológicas”, consideró en diálogo con Rosario/12.
-¿Qué reflexión le merece todo lo que pasó la semana pasada?
-El presidente tomó decisiones y medidas audaces. Entre ellas, el establecimiento de un diálogo directo con el CEO de la empresa hasta llegar al punto de recibirlo en la mismísima Casa Rosada. Dejó en claro que no hay animosidad para con los que gestionan la empresa, sino lo que hay es una clara decisión política de rescatar a Vicentin de una quiebra inexorable. Y en eso, soy de la idea que hay que desideologizar el debate sobre Vicentin, hay datos objetivos que hablan sobre la situación económica dramática de la compañía y siempre hay que dejarlo en claro. El 5 de diciembre se declaró en estrés financiero, a principios de febrero presenta el pedido de apertura de un concurso preventivo, en la segunda semana de marzo el juez de Reconquista autoriza el concurso preventivo de acreedores, 2.600 acreedores de los cuales 1.800 son productores agropecuarios, y hace una primera estimación de la deuda cercana a los 100 mil millones de pesos. Todo eso pasó antes de la pandemia, lo que agregó el contexto del Covid es un fenómeno que pasa en todo el mundo, compañías que bajan drásticamente sus cotizaciones y el precio de sus empresas, y hay sectores del sistema financiero que están muy empoderados, con mucho poder de fuego y pueden salir a caranchear quedándose con empresas cuyas cotizaciones están por abajo del valor habitual. Ante ese riesgo, el presidente toma la doble decisión, la intervención y el envío de un proyecto de ley de expropiación.
-¿Le hizo ruido la convocatoria del presidente a los directivos de la aceitera?
-Quienes criticaron esa jugada no entienden a Alberto Fernández. El presidente es un cultor permanente del dialogo político y búsqueda de consensos. Tener este tipo de gestos en pleno proceso de ebullición lejos de disminuir su poder político para dirimir el rumbo, al contrario, generan un marco de mayor apertura del presidente y de legitimidad social para poder definir ese rumbo. Estoy convencido que es un estilo que tiene el presidente, que valoro en este tiempo político de la Argentina. Lo seguimos evaluando a Alberto con el prisma de dirigentes que ocuparon la presidencia antes. Algunos piensan que debilita al presidente recibir al CEO, yo creo que marca a las claras el estilo de liderazgo de Alberto, que me parece que es el propio para este tiempo.
-¿Hay alternativas superadoras a la expropiación, como planteó el gobernador Perotti?
-Esas alternativas superadoras están en el título y no en el contenido. Pero tampoco se puede ser necio, si aparecen alternativas superadoras, que por ahora no han aparecido, ¿por qué no contemplarlas? Pensamos que el camino pasa por una expropiación de la compañía con un fuerte liderazgo y un gerenciamiento muy profesionalizado a partir de YPF. Es nuestra hipótesis de trabajo sobre Vicentin, eso no significa que puedan aparecer otros elementos que enriquezcan este plan. Me da la sensación que va a ser difícil modificarlo porque las alternativas superadoras no aparecen de un día para otro ¿Por qué esas alternativas superadoras no aparecieron entre el 5 de diciembre y el 15 de junio?
-Unas horas después de los dichos de Perotti, el ministro Costamagna volvió a rechazar la posibilidad de expropiación, ¿cómo lo tomó?
-Ante un tema de este nivel de sensibilidad, que haya voces distintas no me parece mal. Tenemos que estar acostumbrados a eso, cuando todos pensamos lo mismo nos critican porque todos pensamos lo mismo, cuando algunos dirigentes expresan matices respecto de un rumbo parece que la alianza está debilitada. No es así, este es un tiempo distinto en la Argentina. Con estas diferencias en la mirada que pueda tener Daniel, o con la mía, o con el plazo que trazó el ministro Kulfas, no hay que ver las cosas en blancos y negros, en rupturas y disensos. Acá hay miradas distintas y está bien que las haya. Lejos de condenar la expresión de un compañero que integra el gabinete del gobernador, lo que hay que hacer es pedirle a Daniel que nos ayude a pensar el mejor plan posible para Vicentin. A eso es lo que ha convocado el presidente. Tenemos que ser menos fanáticos todos, oficialistas y opositores, y tratar de generar un marco de diálogo real, que nos libere de las anteojeras ideológicas y nos haga ver lo fundamental, que estamos con una empresa camino a la quiebra, ubicada en un sector estratégico y hay un montón de buitres y caranchos que se pueden quedar con la compañía a un precio más bajo de lo que vale.