Que Horacio Rodríguez Larreta habilita las salidas a correr y todo se complica. Que Alberto Fernández lo llama a la reflexión y el jefe de Gobierno porteño dice que no va a cerrar ninguna actividad "salvo que la situación se desmadre". Que la "coronafest" en Recoleta. Que un partido de fútbol en el conurbano o un baby shower o un asadito que, como en el juego de la oca, hace retroceder los casilleros de la cuarentena argentina, con lo mucho que cuesta cumplirla y el alto costo de aflojar justamente en este momento en el que los casos crecen exponencialmente. El Gobierno nacional apuesta siempre al diálogo (de hecho esta tarde habrá una reunión tripartita remota entre los ministro de Salud de Nación, la Provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires), pero la letra del decreto del aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) establece claramente que todas las excepciones que se disponen en los lugares que lo tienen que cumplir, como el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se otorgan a través de una decisión del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. Y éste, en función de la situación epidemiológica, tiene siempre la facultad de dejar una excepción sin efecto.
El distanciamiento social
Para quien se tome el trabajo de leer, el tema está claro desde el primer decreto, el 297/20 (artículo 6). El último decreto 520/20 prorroga las normas del 297/20 para todos los lugares que siguen quedando alcanzados por el aislamiento.
El Poder Ejecutivo nacional tiene también la facultad de volver atrás la situación respecto de las provincias que quedaron alcanzadas por el distanciamiento social. Si se verifican situaciones de alarma epidemiológica, el Presidente puede disponer mediante decreto que pase de distanciamiento a aislamiento. Eso también está específicamente detallado en el último decreto 520/20. Y es fuerte el rumor de que el decreto de la cuarentena se prorrogaría hasta el 12 de julio.
Los desacuerdos
Es importante saber quien tiene la última palabra en la situación de pandemia que atraviesa la Argentina porque si bien el Gobierno apuesta al diálogo, los cortocircuitos no faltan. Axel Kicillof manifestó en más de una ocasión su malestar con la manera de transitar la cuarentena que eligió el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta. El propio Alberto Fernández opinó este domingo que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires debería revisarse el tema de la habilitación a los runners
, que deberían reforzarse los controles y que debería restringirse el transporte público.
Según consigna PáginaI12 este lunes en la sede del Gobierno porteño tomaron el consejo presidencial como quien oye llover .
De todos modos, ésta va a ser una semana llena de reuniones en la que las palabras diálogo y coordinación se escuchen muy frecuentemente. Porque la idea es que las decisiones sean consensuadas y no que sea la la lapicera del Presidente la que termine saldando una discusión.
El tiempo dirá si tendrá que usarla.