Este lunes 15 de junio cumpliria años una referente compañera travesti, Lohana Berkins,muy querida y respetada por mí. Me pareció muy importante poder recordarla, más teniendo en cuenta que seguimos en el mes del orgullo, ya que ella supo romper todos los prejuicios y nos hizo salir del lugar de víctimas de una sociedad perversa, machista y patriarcal.
Cuando entré al mundo del travestimo allá por los años 90, sin conocernos las travas estábamos relacionadas. Todas sabíamos de las otras. Yo había escuchado hablar de ella, sabía que era una activista travesti importante, pero no había tenido la oportunidad de acercarme. El tiempo pasó y cada una construyó una gran carrera.
Hace unos años suena mi celular… ¡y era ella! #Muda. Me llamó para invitarme a la presentación de su libro: Los Principios de Yogyakarta, sobre la legislación internacional de derechos humanos relativos a la orientación sexual. Ella trabajaba en el Consejo de la Magistratura de la ciudad de Buenos Aires. Fue la primera travesti que obtuvo un trabajo en el estado.
Su llamada fue muy impactante. Yo estaba en un proceso de transformación personal y sentí que esa llamada llegó en el momento justo. Fui al microcentro, me recibieron unas compañeras travestis y cuando vi a Lohana nos fundimos en un abrazo tan fuerte y profundo que mientras escribo puedo sentir el aroma de su perfume. Fue como esos abrazos que le darias a tu mamá, a tu abuela o alguien que quieras mucho, un momento cinematográfico. Quizás te preguntes ¿Quién fue Lohana Berkins?
Nació en Salta, cerca de Pocitos. A los 13 años su padre la echó de la casa y quedó indefensa en la calle.
Tuvo la suerte de encontrarse con la Pocha Escobar, su mamá travesti de Salta que la llevó a su casa donde cuidaba de muchas travestis que estaban solas y sin protección. No podía evitar que se prostituyeran porque no tenían otra alternativa, pero las cuidaba y les enseñaba a defenderse de la policía y de los civiles.
Lohana entendió muy bien la consigna y la internalizó transformándola en bandera de lucha por los derechos de las travestis. Con esa impronta llegó a Buenos Aires en plena dictadura. Se había convertido en una mujer bella, contundente, femenina y espectacular, pero al poco tiempo se dio cuenta que las travestis éramos mucho más que simples sujetas de deseo.
En 1994 fundó ALITT, Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual. Se anotó en la Escuela Normal para ser maestra y como no la dejaron anotarse con su nombre de mujer, radicó una denuncia en la Defensoría del Pueblo y logró que respetaran su identidad. Esta accion revolucionaria la llevo a ser impolsora de la ley 3062 de respeto a la identidad adoptada por travestis y transexuales aprobada en la Legislatura porteña en 2009. Y años más tarde se convertiría en algo mucho más poderoso: La ley de Identidad de Género que hoy disfrutamos todes. Era brillante la loca, muy inteligente a pesar de no haber podido estudiar. Esa fue una de las cosas que nunca le pudo perdonar a su padre.
Lohana Berkins con Josefina Fernández, autora de una biografía de la militante.
Fue la primera en ponerle el cuerpo y el corazón a la causa travesti de un modo diferente y no se cansaba de decir que “la salida era colectiva”. que la fuerza estaba en unirse, en no ser parias, en asistirse y resistir al atropello de la sociedad, que las comunidades fortalecen e interpelan a la sociedad en sus formas arcaicas. De esa forma logró la caída de los edictos policiales y la incorporación de las causales por discriminación. Adoctrinó para que no sean utilizadas con fines escandalosos. Estamos hablando de años difíciles de verdad, su convicción le dio forma a este gran movimiento travesti.
Sabía emprender una tarea comunitaria, obtener y administrar recursos para sacarles el máximo provecho. Fue una estratega política maravillosa que supo conquistar lugares. Primero el Movimiento Gay Lésbico que se negaba a incorporar a las travestis de quienes se avergonzaban por ejercer la prostitución. También se involucró en el tema de derechos humanos. En eso la ayudó Carlos Jáuregui del cual se hizo muy amiga. Las primeras que se sumaron fueron las Madres de Plaza de Mayo. Terminó siendo amiga de Marta Dillon, de Cabandié. Fue con las travestis a hacer escraches de genocidas. Trabajó con cartonerxs, artistas callejerxs, vendedorxs ambulantes. Tejió redes de alianza con infectólogos para que sus compañeras se hicieran los testeos del VIH. Logró derribar muchos prejuicios machistas para que empezaran a escucharlas en términos de valoración política, para incorporarse al pensamiento logrando romper los mecanismos discriminativos. Supo otorgarle a sus ideas valor y peso político y lograr alianzas fuertísimas con otras travestis argentinas. Tenía mucha potencia en las intervenciones discursivas. Era maravillosa por su claridad, por la manera de desmontar las trampas para hacer caer a las travestis en lugares comunes y despreciativos. Ella sabía de qué hablaba porque había sufrido todo tipo de abusos.
Lohana logró hacer que se comprendiera que las travestis son niñas violentadas que fueron entregadas a la vida sin la protección del amor y sin tener en claro desde dónde tenían que defenderse. La elección de la prostitución no tenía alternativas Niñas violentadas y condenadas a muerte. Convirtió ese estigma en lucha y causa noble hasta el último día de su vida.
Su sepelio se realizó en la Legislatura de la ciudad Autónoma. Fue a despedirla todo el arco político de ese momento. Las feministas, las abolicionistas, las reglamentaristas, las de derecha, las de izquierda, radicales, peronistas, socialistas, anarquistas. Travestis, curas, miembros de comunidad judía. Ella convocó en su despedida a toda la diversidad social. Además de sus amigas que la acompañaron hasta último momento. Y hasta fue Ciudadana Ilustre.
Lohana tuvo la claridad de interpelar desde el amor negado. Luchó para que la infancia trans tenga derechos iguales a otres niñes. Que puedan crecer en una sociedad que sea capaz de incorporarlos con trabajo, contención y sin discriminación. Antes de despedirme quiero compartir una de mis frases favoritas y que le pertenece a Lohana. Cuando termine la columna la voy a escribir en una pared de mi casa.
“Estoy convencida de que el motor del cambio es el amor. El amor que nos negaron es nuestro impulso para cambiar el mundo. Todos los golpes y el desprecio que sufrí, no se comparan con el amor infinito que me rodea en estos momentos”.
Antes de morir pidió ser recordada como una persona feliz y una TRAVESTI ORGULLOSA.
Y asi te recordaremos siempre.
FURIA TRAVA.