Desde Caracas
La crisis del desabastecimiento de gasolina en Caracas se disipa progresivamente. Las colas que parecían interminables comenzaron a reducirse, la reventa perdió clientes, la situación, por ahora, se ha descomprimido luego de alcanzar picos de alarma.
El foco de los debates se trasladó a otro frente medular: la conformación del nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) y las elecciones legislativas que tendrán lugar este año. Renovar el poder electoral era uno de los pedidos de todo el arco opositor, y, finalmente, el cambio de autoridades tuvo lugar.
La forma en la cual fue decidido el nombramiento de los nuevos rectores fue asunto de disputa durante meses y desacuerdos actuales. Según la Constitución, los integrantes del CNE deben ser designados por la Asamblea Nacional (AN) con el voto de las dos terceras partes de sus miembros. Sin embargo, desde el mes de enero existen en Venezuela una AN presidida por Luis Parra y otra que Juan Guaidó afirma continuar presidiendo.
En vista del conflicto, el 8 de marzo fue instalado el Comité de Postulaciones para el CNE, integrado por representantes de las dos partes de la oposición y por diputados del chavismo. El Comité no volvió a reunirse y, ante esa situación, un grupo de dirigentes opositores que forman parte de la Mesa Nacional de Diálogo -un espacio conformado desde septiembre del 2019- pidieron al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) pronunciarse al respecto.
El TSJ -que ratificó el pasado 26 de mayo a la directiva encabezada por Parra y no la de Guaidó- dio 72 horas para el Comité de Postulaciones presentara la lista de los posibles candidatos a rectores. Ante la falta de respuesta del Comité, fue el TSJ quien procedió a designar a los cinco integrantes del CNE.
“Es la quinta vez en 17 años que el TSJ suple la omisión legislativa de la Asamblea Nacional para nombrar directivos del CNE”, explicó el canciller Jorge Arreaza. El CNE estará ahora presidido por Indira Maira Alfonso Izaguirre, quien era magistrada del TSJ desde el 2014, y tendrá de vicepresidente a Rafael Simón Jiménez Melean, quien es parte de la oposición.
La reacción ante esta designación fue la esperada. Guaidó y los cuatro partidos políticos que lo respaldan, conocidos como G4, desconocieron la decisión del TSJ y el nuevo CNE. No participarán de las próximas elecciones legislativas, aunque se especula que algunas fuerzas, como Acción Democrática (AD), podría presentar candidatos sin asumirlos como propios.
Por el otro lado, los partidos de la Mesa Nacional de Diálogo, la AN presidida por Parra, reconocieron la decisión y participarán, junto a los candidatos del chavismo, en las elecciones previstas para este año cuya fecha deberá ser puesta por el nuevo CNE.
Estados Unidos (EEUU), por su parte, mantiene su apoyo a Guaidó, su presidencia en la AN, desde la cual lo reconocen como presidente encargado de Venezuela. La decisión de Guaidó y el G4 de no presentarse en las próximas elecciones es, en realidad, producto de la decisión estadounidense y su estrategia contra el gobierno de Maduro.
Así, mientras una parte del país comience a mirar hacia las elecciones, la administración Trump continuará el intento de derrocamiento de Maduro. Esto significa que seguramente, como ha venido sucediendo, se agudizará el bloqueo económico. Las medidas tomadas durante estos primeros seis meses han apuntado a impedir que PDVSA pueda comerciar con empresas extranjeras, sancionando a socios de PDVSA, como Rosneft Trading y TNK Trading Internacional.
Junto con eso el Departamento del Tesoro ha multiplicado acciones contra barcos petroleros, con el objetivo de que no lleguen a puertos venezolanos. En días recientes fueron sancionadas cuatro embarcaciones y se anunciaron medidas sobre otro conjunto más. La compañía brasilera, Petrobras, se sumó a esa hoja de ruta y no contratará buques petroleros que hayan trabajado con Venezuela en los últimos doce meses.
El objetivo es que PDVSA no pueda vender el crudo, tenga excesos de almacenamiento, y reduzca en consecuencia la producción que ya se encuentra en niveles bajos. Golpear la industria petrolera es afectar el principal ingreso nacional, con su consecuente impacto en la capacidad de maniobra del gobierno y las condiciones de vida del conjunto de la sociedad.
Junto con el cerco económico se prevé que continúen intentos de operaciones armadas encubiertas, como la reciente fallida Operación Gedeón, donde fueron detenidos dos mercenarios estadounidenses. Maduro anunció que se siguen preparando acciones de esa naturaleza.
En ese marco la embajada de EEUU anunció la llegada a Colombia de una Brigada de Asistencia a Fuerzas de Seguridad –SFAB- dirigidas por el Comando Sur. Varios dirigentes, como Gustavo Petro o el senador Armando Benedetti, afirmaron que esa llegada encubre la preparación de acciones armadas contra Venezuela.
La superposición de tiempos y acciones no se detiene en Venezuela. La preparación de las próximas elecciones, que deberán ser anunciadas por el nuevo CNE, se dará en un contexto de bloqueo, amenazas, y escenarios complejos y a veces frágiles. Quedan aún varios meses por delante para los comicios y, en el caso de Venezuela, un mes puede a veces parecer casi un año.