Como si faltaran temas para polemizar en la agenda pública, la celebración del Día de la Bandera en Rosario también levantó una corriente de irritación en redes sociales ante la posibilidad de que el presidente Alberto Fernández venga a la ciudad el sábado para ese homenaje. Por eso la organización que coordinan Nación,  Provincia y municipio ya prepara una ceremonia reducida, con más adhesión virtual que presencial y una comitiva presidencial con menos de 10 personas. Pero más de uno cree incluso que Presidencia pueda cancelar la visita del jefe de Estado a la barranca donde Manuel Belgrano izó la celeste y blanca por primera vez.

El intendente Pablo Javkin dijo ayer que el acto previsto para el 200° aniversario del fallecimiento del general Belgrano se hará determinado por las circunstancias que obliga la pandemia de coronavirus. "La prioridad es seguir con los cuidados sanitarios. Trataremos de usar todos los mecanismos de virtualidad para que los chicos de cuarto grado que no pudieron venir a jurar la bandera como se hace habitualmente lo puedan hacer desde sus casas, y que en cada balcón, en cada ventana de la ciudad haya una bandera, pero no habrá un acto masivo, ni de funcionarios ni de público", adelantó. 

El jefe municipal confirmó que Fernández "tiene ganas de venir y desde Presidencia están organizando cómo, en relación con los protocolos de cuidado, para que los que vengan tengan el mínimo riesgo de contagio".

Desde el gobierno nacional no confirmaron la certeza de que el jefe de Estado vendrá a Rosario a encabezar el homenaje belgraniano, pero en caso de cumplirse ya establecieron que la comitiva presidencial se integraría con "no más de ocho personas", según confió a Rosario/12 una fuente de la organización.

Los municipales no temen que el coronavirus llegue en el helicóptero presidencial, pero sí quisieran evitar la posibilidad de una movilización popular hacia el Monumento en caso de que el jefe de Estado aterrice finalmente en Rosario.

La aparición del acto patrio en la agenda periodística de las últimas horas desató una suerte de clamor negativo en redes sociales para con la visita presidencial. En el Palacio de los Leones no descartan un trasfondo de operación política en esa corriente de haters, pero se abstienen de intervenir y cooperan como se hace todos los años en la mesa tripartita que organiza el acto de todos los años. 

Las objeciones a la visita presidencial a Rosario se inspiran en las críticas que hubo a las precedentes de este mes: en Formosa, en Villa La Angostura, Neuquén, y en La Rioja. Luego de eso, el presidente iba a pasar por Catamarca y a último momento decidió no hacerlo y regresar a Buenos Aires. En base a esta última decisión es que en la organización del acto en el Monumento a la Bandera no dan por sentado la presencia del mandatario.

Las opiniones adversas se acumulan en Facebook, Twitter y WhatsApp. Ayer el hashtag #AlbertoQuedateEnCasa fue trending topic. La corriente también prendió de manera explícita en la política. El diputado provincial del bloque antiderechos Somos Vida y Familia Walter Ghione pidió en público que Fernández no venga a Rosario el sábado. Este mismo legislador, que ejerce también como pastor evangélico, ha pedido por otra parte autorización para celebrar reuniones de fieles de su religión.  

Una fuente del Palacio de los Leones consultada por este diario despreció el rechazo social a la visita del Presidente. "Vinieron veinte brigadistas de la Federal a apagar el fuego en la isla y nadie protestó por eso", observó.