Los ministros de Salud de la Nación, la provincia y la ciudad de Buenos Aires acordaron montar un comando unificado de seguimiento del coronavirus en el AMBA, de manera de trabajar en conjunto con los mismos números y estadísticas. Con la unificación de criterios establecerán un ratio de los contagios que se van dando en el GBA y en CABA y, en base a ese porcentaje, resolver de común acuerdo qué medidas tomar. En principio, coincidieron en que deben endurecerse los controles en el transporte público y en la circulación interjurisdiccional, que se incrementó en los últimos días. También profundizar la política proactiva de ir en busca de los contagios, que ya se puso en marcha en algunos barrios. Fue la manera en que los ministros Ginés González García, Daniel Gollán y Fernán Quirós pudieron negociar la tensión que se fue generando respecto a las flexibilizaciones resueltas en la Ciudad y la presión por parte del gobierno nacional y bonaerense para que se vuelvan para atrás ante el crecimiento de los casos.
"Se trata de buscar una metodología común para conformar todos los datos", comentó González García respecto a lo decidido en la conversación con sus colegas. Explicó que en la sala de situación que funciona en el Ministerio, se montará el comando del AMBA, la zona que desde hace tiempo concentra más de 90 por ciento de los contagios diarios que se registran en el país. El ministro habló sobre el incremento de la circulación en las calles, el dato que más intranquiliza al gobierno de Axel Kicillof. "Por supuesto que nos preocupa, más circulación significa más riesgo de contagios", remarcó. Y advirtió: "no nos gusta lo que está sucediendo en el transporte".
En los últimos días se vieron en las redes sociales algunas fotos de vagones de trenes llenos de gente, con pasajeros de pie y sin guardar la distancia social. De acuerdo a las cifras del Ministerio de Transporte, hay un incremento -no explosivo pero sí progresivo- del uso del transporte público desde el inicio de la cuarentena. Por ejemplo, el viernes pasado viajaron 1.155.000 pasajeros en transporte público, cifra que representa apenas el 27 por ciento de los usuarios promedio (más de 4.200.000) de un día hábil previo a la pandemia. Ahí se podría pensar que es un número que está muy bien. Pero ese 1.155.000 pasajeros del viernes pasado significa un 57 por ciento más que los usuarios del primer viernes del aislamiento, lo que muestra claramente cómo se incrementa día a día la cifra de usuarios en actividad.
Fue uno de los datos que analizaron ayer y que los ministros coincidieron que se debía reforzar, con mayor vigilancia y controles. La evolución diaria del transporte será otro de los datos que formarán parte del análisis en la sala de situación del AMBA que se conformará en Salud. Y junto al fortalecimiento del control en el transporte público, principalmente en estaciones de tren y andenes, también se hará lo mismo en todos los pasos y accesos interjurisdiccionales para el transporte privado, un ítem que funciona de manera intermitente, a veces más estricto y muchas veces más relajado.
En la Provincia tenían sus dudas respecto la convicción de la CABA en ir a fondo con estas mayores rigideces. Creían ver algunas diferencias entre la mirada sanitarista del ministro Quirós y la política de Horacio Rodríguez Larreta, apremiado por la ofensiva anticuarentena del sector del macrismo duro. "Quirós mostró preocupación, pero sabemos que para ellos entran en juego otras variables", decían en Provincia.
Del presidente Alberto Fernández para abajo, varios funcionarios nacionales y provinciales insistieron en marcar su preocupación por las flexibilizaciones dispuestas en CABA de cara a las próximos 20 días, que se imaginan serán los del temido pico de la pandemia. "Creo que es una imagen no demasiado buena", deslizó González García sobre la cuestión de los runners. Con un tapaboca de Racing, el ministro le pareció una contradicción que el fútbol continuara vedado por razones epidemiológicas al mismo tiempo que se habilitó el ejercicio aeróbico. "Porqué algunos sí y otros no", se preguntó.
En ese rubro, uno de los más cuestionados, por ahora no habrá novedades, pero podría haberlas esta misma semana. En principio, quedaron en estudiar propuestas alternativas. Gollán insistió en que se volviera para atrás con estas flexibilizaciones, pero con un tiempo determinado de duración -un principio y un fin-, así la gente tenía claro a qué atenerse y sabría de antemano que era sólo cuestión de unos días más. Pero Quirós planteó primero tener en cuenta los datos que surjan de la sala de situación de AMBA, que a partir de ahora concentrará todos los números del área metropolitana con un mismo criterio. Una vez que se establezca la evolución del ratio de contagios, entonces recién tomar las decisiones.
En principio, coincidieron en que debían ser más agresivos en la estrategia de ir en busca de los contagios y hacer más test en los barrios que registran más casos. Como cada vez que se juntan, la ocupación de camas de terapia intensiva -el dato que más inquieta- fue otro dato que se analizó. Por el momento, coincidieron, la curva no impactó mayormente en la ocupación pero hay que volver a revisar los números en unos días. En CABA sostienen que están en un 30 por ciento y en la Provincia en un 43 por ciento, pero si curva se dispara la situación puede cambiar muy rápido.