Una de las denunciantes de abuso sexual eclesiástico contra el cura Agustín Rosa Torino es la ex monja Valeria Zarza, quien se enteró por los medios de comunicación de la elevación a juicio y hasta el momento no fue notificada formalmente. La sobreviviente dijo que espera "un acto de justicia". La semana pasada se conoció que la jueza Virginia Solórzano rechazó una apelación de la defensa del cura y que éste deberá afrontar el juicio por tres acusaciones de abuso sexual, las otras dos corresponden a las denuncias de ex novicios.
"Me quedé sorprendida, pensé que la pandemia iba a retrasar todo mucho más. Espero que los jueces nos escuchen, Si nos escuchan, solo va a salir el acto de justicia. Esperamos que no haya presiones a fiscales y jueces", manifestó Zarza a Salta/12.
La mujer dijo que siempre hay preguntas de fiscales o jueces sobre por qué no denunciaron antes. Planteó que el cura Rosa Torino ejercía manipulación dentro de la Congregación Discípulos de Jesús de San Juan Bautista.
Zarza sostuvo que con el juicio espera cerrar una etapa. Expresó que ya no tiene miedo y narró que la primera vez que escuchó una mención a situaciones de abuso fue en un retiro espiritual y no sabía nombres de las presuntas víctimas. Consultó con Rosa Torino, quien le habría pedido nombres y a la vez manifestado que se trataba de calumnias y difamaciones. A los días, a Zarza la enviaron a México.
La ex monja contó que la situación de abuso sexual denunciada por ella ocurrió en una de las visitas que hizo Rosa Torino allí. Después la enviaron de regreso a Argentina, donde la mantenían aislada y medicada. Decidió escapar de la Congregación en mayo de 2015.
"Apenas salí del instituto, Rosa me mandaba a los hermanos a que firme un papel donde yo diga que no lo iba denunciar. Estaba sin ropa, sin dinero, sin un lugar donde vivir, no pensaba en denunciar. No sabía que Rosa había abusado de tantos hermanos. Me fui enterando apenas me fui encontrando con otros hermanos y empezamos a contarnos", relató Zarza.
Después de salir del instituto, "me llamó un secretario del padre Rosa para ofrecerme dinero. Me dejaban notas en el jardín, me esperaban en la casa de mi madre. Me decían que firme el papel de que no lo iba a denunciar", indicó.
Luego la ex religiosa retornó a Salta: "Tenía gente conocida que me ofrecía trabajo y vivienda, un día estando en casa, trabajando con la máquina de coser, llegó el primer denunciante, con la denuncia canónica que iba a presentar al Obispado, me quebré y ahí empezó todo", recordó.
"Cuando comenzaron las denuncias, me llamó un ex hermano que lo defiende a él y me dijo que me iba a pasar con su camión por encima a mí y al padre Juan Jotayan. A él le pusieron una bomba en el auto en septiembre de 2017", relató Zarza. "Uno de los sacerdotes me empujo en la calle y después decidí irme a La Rioja".
"Ahora no tengo miedo, me da la sensación de que cuando más te arrinconan, te morís o te fortalecen", afirmó. La ex monja tuvo que afrontar un juicio el año pasado y resultó sobreseída. La denunció una sobrina del padre Josue Salas, cercano a Rosa Torino, por abuso sexual pero no se probó el delito.
"Una vez nos llamó Rosa Torino cuando estaba con el padre Pío. Él había denunciado canónicamente irregularidades de todo tipo, reducción a la esclavitud, maltrato, abuso sexual, irregularidades económicas, insultos, malversación de fondos. La Iglesia no hizo absolutamente nada. Rosa Torino nos dijo 'cuando a mí alguien me pregunte de ustedes voy a hablar con misericordia, espero que hagan lo mismo. Yo sé lo que hicieron'. Se refería a las denuncias porque le cayó el comisariato del Vaticano. Pío no dijo nada y cortó", recordó Zarza.
Zarza sostuvo que espera justicia hace cinco años, cuando salió de la Congregación. Sostuvo que tiene el apoyo de la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico y viene contenida por el psiquiatra Enrique Stola y la psicóloga Liliana Rodríguez.
La jueza de garantías Ada Zunino, quien había dispuesto inicialmente la elevación a juicio, indicó que Rosa Torino está en libertad por decisión del Tribunal de Impugnación. También destacó que será importante que las víctimas se presenten en el juicio. En la radio FM Pacífico, la magistrada sostuvo que no ve con "buen futuro" la situación del juicio porque "se ha movido cierto sector del poder con mucha inquina". Afirmó que la fe, la religión o el culto no tienen nada que ver con "estas acciones o manipulaciones sobre las personas". Adelantó que será complicado. "Se mueven pensamientos, creencias, casi mágicas respecto a esa persona (...) No tienen límites tampoco. Tenemos que ir paso a paso. Lo importante es que la verdad salió a la luz", afirmó.
La jueza relató que la defensa del cura quiso esgrimir que esto es "una cruzada de distintos sectores de la Iglesia, cuestiones que no tenían ningún asidero verídico, es como que vivían en una fantasía". Zunino consideró que la iglesia se ha comportado de forma "neutral" en Salta respecto al procedimiento de la justicia ordinaria.