El mítico líder sandinista, Edén Atanacio Pastora Gómez , falleció el martes a los 83 años por un paro cardíaco en el Hospital Militar de Managua, Nicaragua. Conocido popularmente como "Comandante Cero", murió en medio de rumores sobre su estado de salud que incluyeron un posible contagio de coronavirus, descartado en su momento por la familia. Con una vida plagada de vaivenes, Pastora pasó de ser el ícono de la revolución sandinista a convertirse en uno de sus más feroces críticos en los inicios de la década del '80. Con el retorno al poder de Daniel Ortega en enero de 2007, el exguerrillero fue nombrado delegado en la comisión de desarrollo del río San Juan y se convirtió en uno de los más activos defensores del actual presidente nicaragüense.
"Hoy, 16 de junio de 2020, su infartado corazón se detuvo", comunicó su sobrino, el periodista Moisés Absalón Pastora, en la madrugada del martes. El estado de salud de Pastora se manejó en las últimas semanas con mucho hermetismo. Frente a diversas especulaciones, su esposa Yolanda Torres debió salir a aclarar que Pastore no estaba contagiado de covid-19, y que una bronconeumonía lo venía afectando desde hace tiempo. El sábado 13 de junio y cuando algunos medios locales lo daban por muerto, sus hijos Álvaro y Emilio reconocieron que Pastore permanecía internado en el Hospital Militar de Managua. Tres días después, confirmaron su muerte de manera oficial.
Idas y vueltas del Comandante Cero
Pastora nació el 15 de noviembre de 1936 en Ciudad Darío, estudió en un colegio jesuita y se trasladó a México para estudiar medicina en la Universidad de Guadalajara. No concluyó sus estudios y volvió a Nicaragua en 1959. Pero la leyenda del Comandante Cero comenzó el 22 de agosto de 1978, cuando Pastora encabezó el movimiento guerrillero que tomó por asalto el Palacio Nacional de Managua y, durante varios días, mantuvo retenidos a más de un millar de congresistas afines al dictador Anastasio Somoza. Tal como destacara el periodista Luis Bruchstein , los miembros del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) exigían "la liberación de presos y desaparecidos, el pago de 8 millones de dólares en Panamá, Cuba y México y que se facilitara su salida con ómnibus y aviones".
Dos meses más tarde, el líder del FSLN y actual presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, nombró a Pastora jefe del Estado Mayor General del Ejército insurgente. Confirmado en 1979 el triunfo de la revolución sandinista, el exguerrillero asumió como viceministro en el departamento de Interior, pero abandonó el cargo descontento por lo que denunció como un alineamiento con Cuba y la Unión Soviética del gobierno encabezado por Ortega. Para que no quedaran dudas, se despidió con una carta pública dirigida a la Dirección Nacional del FSLN y al pueblo de Nicaragua.
A fines de 1982 y ya radicado en Costa Rica, Pastora fundó la Alianza Revolucionaria Democrática (ARDE) junto a Alfonso Robelo, Fernando Chamorro y Donald Castillo Orozco, con el objetivo de enfrentar política y militarmente a los sandinistas, y dirigió una de las facciones de la llamada "Contra". En 1984, durante una conferencia de prensa, fue el blanco de un atentado en la localidad de La Penca, al norte de Costa Rica. Resultó ileso pero murieron 11 personas, entre ellos varios periodistas.
Luego de la derrota electoral sandinista en 1990, Pastora se instaló en Costa Rica, donde obtuvo la ciudadanía y se dedicó a la pesca y al turismo. A su regreso a Nicaragua se incorporó a la vida política y en 1996 intentó ser candidato a la presidencia, pero fue inhibido por el Consejo Supremo Electoral por tener la doble nacionalidad nicaragüense y costarricense.
Tras años de distanciamiento con el FSLN, Pastora se reconcilió con Ortega cuando éste retornó al poder en 2007, y se convirtió en uno de sus más activos defensores. Fue nombrado delegado en la comisión de desarrollo del río San Juan, fronterizo con Costa Rica. El exguerrillero quedó en el centro de una disputa fronteriza entre ambos países que estalló en octubre de 2010, a raíz de las obras de dragado del río San Juan que quedaron a su cargo.
En concreto, Costa Rica acuso a Nicaragua de incursionar militarmente en su territorio y generar daños ambientales. La Corte Internacional de Justicia (CIJ) condenó al país en 2018 a pagar una millonaria indemnización por el caso. En medio del conflicto, Pastora llegó al extremo de ser incluido en la lista de los más buscados por la Organización Internacional de la Policía Criminal (Interpol), a pedido del gobierno costarricense. "Varias veces me ha tocado hacer el papel de chico malo", se defendió Pastora en referencia a aquel episodio, pero resumiendo buena parte de su apasionante vida.