Los bombos y ruidos más fuertes vienen de otra protesta, a unos metros de ésta, y en verdad acaparan gran parte de la atención. Pero la manifestación que tiene lugar a metros de la entrada principal de la Legislatura Porteña, en la calle Perú, es tan potente visualmente, que los que por allí pasan se detienen a mirar, y por un instante se abstraen de los ruidos y la masividad de la concentración que hay enfrente. “Más títeres, menos violencia”, grita un artista por un altoparlante, en juego con las pancartas que con la misma leyenda levantan sus compañeros. Son los integrantes de la cooperativa conocida como La Calle de los Títeres y están ahí para reclamar que el gobierno de la ciudad les adeuda el pago del subsidio anual que se vota en ese recinto.

La protesta tuvo lugar el martes y fue acompañada, además de por varias de las 72 compañías que componen la cooperativa, por la Asociación Argentina de Actores. Y es que el conflicto que atraviesa el grupo es grave, al igual que el comportamiento del gobierno. Todos los años, los titiriteros realizan funciones –en el Centro Cultural del Sur, en Barracas, o para los programas de Barrios u Hospitales del gobierno de la ciudad–, y en noviembre o diciembre la Dirección General de Promoción Cultural les paga lo trabajado ese año. En mayo de 2016, el grupo recibió el dinero por 2015. Ahora, esa dependencia quiere pagarles el subsidio, pero el correspondiente a este año en curso, lo que implicaría que nunca cobrarían lo de 2016.

“Estamos muy preocupados. Hay muchas familias que dependen de la cooperativa y no saben qué va a pasar. Obviamente, ahora cuando nos paguen el subsidio vamos a pagarle a los compañeros que ya trabajaron, pero no sabemos cómo vamos a hacer las funciones de este año”, contó a PáginaI12 el presidente del grupo, Carlos Pellegrini. “Nos dicen que el problema fue de la gestión anterior. ¿De qué gestión anterior me estás hablando si también eran ustedes? Es la pesada herencia de ellos mismos”, sentenció el titiritero.

En un parate de la protesta callejera, los trabajadores de la cultura dejaron por un rato a los títeres y entraron al recinto a hablar con los legisladores de la Comisión de Cultura que preside el macrista Omar Abboud. Ellos se comprometieron a hacer un pedido de informes para que se aclare la situación y se agilice su resolución. Al final de la manifestación, además, los artistas se disponían a hacerle llegar una carta al ministro de cultura Ángel Mahler, también a la espera de alguna solución. “Vamos a seguir reclamando, aún cuando nuestro trabajo debería ser otro, con el títere en la mano”, cerró el director.