Con tradición francesa
Pocos días antes de que se declarara la cuarentena, Johan Cymermann -dueño de Co Pain - reinauguraba su remodelada boulangerie de Parque Centenario, más amplia, moderna, perfecta para que sus fieles comensales se instalaran a disfrutar algunas de sus muy francesas creaciones. Pero como reza el dicho, el hombre propone y dios dispone: rápidamente hubo que cambiar el rumbo y adaptarse a las circunstancias.
Por suerte, Co Pain tiene con qué hacerlo; desde hace años (de cuando estaba a cargo el panadero francés Franck Dauffouis) este lugar es un ícono del barrio, especialista en panes, budines y facturas, con algunas delicias galas que conquistan el corazón de los porteños. Los métodos de elaboración que utilizan son los tradicionales, los mismos de la época de María Antonieta, con esa épica de las mejores panaderías europeas. Los panes se hacen a base de poolish, una mezcla en partes iguales de agua y harina, sin sal, con muy poca levadura y 12 largas horas de fermentación. Desde la tradicional baguette ($60) hasta el pan de centeno con nuez y pasas ($180) o el boule de campo (el clásico pan casero con forma redonda, $80), todos sus productos tienen el sello inconfundible de este tipo de elaboración que les imprime un aroma y sabor particulares.
La pastelería sigue el mismo camino: entre las facturas hay croissants, solas ($70), con dulce de leche o crema pastelera ($80); pain au chocolat ($80) y rellenas de moras o maracuyá ($80). También hay promos para aprovechar y hacer un pedido por más cantidad (comprar seis facturas y pagar 5; o cuatro croissants por $199) que publican en su cuenta de Instagram. Esta oda a la harina continúa en los budines, pequeños (banana y chocolate, $60) o grandes (mandarina, $330) y en los productos salados, como las quiches ($160), las pizzas (desde $140 la de cebolla) y el Croque Monsieur.
Con una segunda sucursal en Palermo, sobre Av. Scalabrini Ortiz, ambos locales abren desde temprano con delivery y take away. Uno de esos gustos que vale la pena darse.
Co Pain Boulangerie queda en Ambrosetti 901 (martes y miércoles de 8.30 a 14.30; jueves a domingo de 8.30 a 17.30) y en Av. Scalabrini Ortiz 1651 (martes a domingos de 8.30 a 14). Pedidos por Rappi y PedidosYa o en el local.
Del freezer a la mesa
La historia de Pannet -una panadería especializada en productos congelados, listos para terminar de dorarse con un golpe de horno de diez a veinte minutos- es la de muchas pymes que, en medio de la pandemia, tuvieron que reinventarse al nuevo presente. Sus clientes eran locales y restaurantes que, al cerrar sus salones, dejaron de comprarles. Por suerte, poco tiempo antes habían desarrollado Quiero Pannet, una sencilla app de venta, y gracias a ella pudieron rápidamente apuntar a un nuevo nicho, el del consumidor final. La app permite ver los productos y precios: alcanza con poner el código postal para ver si se está en zona de envío (es gratuito en CABA y gran parte de Gran Buenos Aires) y completar los datos de pago con tarjeta. La oferta es amplia, para cubrir todas las necesidades.
Entre los panes hay de campo (4 por $219); sándwich multicereal (8 por $219) y milonguitas (12 por $139), entre otros. Hay algunos combos prearmados como el “Quiero pancitos blancos” que incluyen 120 unidades por $1089 o “Pan calentito” que trae 25 mini baguettes, 30 petit blanco y 30 de salvado listos para hornear y disfrutar aún calientes ($990). Pero lo mejor viene por el resto de la oferta: hay medialunas de grasa y manteca que al entrar al horno se inflan y logran una consistencia fantástica y palmeritas que vienen plegadas como un abanico azucarado y al calentarse se abren y quedan perfectas ($219 la docena). Un gran favorito es el chipá que viene congelado en bolsa de 12 ($199) y hay hasta churros rellenos de dulce de leche, solos o bañados en chocolate (desde $229).
Para las familias numerosas hay combos como el “25 de mayo” que viene con 12 churros simples, 12 rellenos, 12 bañados en chocolate, 12 pastelitos de membrillo y 12 de batata más un frasco de Nutella ($1599) y para los que no se ponen de acuerdo, el “Quiero de todo un poco” cumple con la premisa de su nombre.
Un atracón de harinas, a un golpe de horno de distancia.
Todos los productos están disponibles en la app Quiero Pannet y pueden verse también en su sitio www.pannet.com.ar . Tel: 4878-6350. Mail: [email protected] .
Delivery de pizzas
Pocas ciudades del mundo tienen la oferta pizzera de Buenos, una ciudad que se apropió de esta típica receta italiana y hasta inventó su propia versión, la Fugazzeta, ícono boquense que desde su nacimiento se propagó por todo el país. Sin embargo, desde hace algunos años hay nuevos jugadores en la cancha que recuperaron la tradición de Italia en la ciudad, con la inefable pizza napolitana.
De masa elástica, bordes altos y centro finito, esta pizza sigue estrictas reglas de elaboración: se fermenta al menos por 24 horas y se cocina en menos de dos minutos a fuego muy fuerte, logrando un sabor propio y tradicional. Un sabor que hoy puede encontrarse, por ejemplo, en Antonio’s . Su propietario, hijo de italianos, se fue a estudiar los secretos del oficio a la cuna de sus ancestros, trajo luego un auténtico horno pizzero de Nápoles y fundó este local en la frontera entre Microcentro y San Telmo, hoy dedicado en exclusiva al delivery.
La carta es corta y precisa: seis pizzas individuales entre las más clásicas y otras con algo de permisos propios. Al cortarlas hay que agarrar la porción con cierta pericia para que no chorree y lograr el bocado perfecto. Hay pizza canchera o Marinara, como se conoce a la que solo lleva salsa pomodoro y ajo ($190); la Marguerita suma a la salsa una mozzarella fior di latte y albahaca fresca ($250); la Cipolla se hace con provola ahumada, fior di latte y cebolla ($290); y se recomienda la intensa Antonio’s, con fior di latte, jamón, panceta y pepperoni ($340). Hay también una ensalada capresse y algunas opciones de panini. De postre, la tremenda pizza de Nutella o los más clásicos, Cannoli ($150), ese fascinante cañoncito relleno de ricota que utiliza Connie Corleone (atención, viene un spoiler) para asesinar a Don Altobello en El Padrino 3.
Más allá de los fanatismos de muchos por la pizza porteña, Antonio’s muestra otra tradición que no intenta competir, sino sumar. Tradición napolitana en la ciudad de Buenos Aires.
Antonio’s Pizza queda en Tacuarí 76. Horario de atención: lunes de 12 a 17; martes a sábados de 12 a 23 y domingos de 19 a 23. Pedidos por whatsapp al 11-5882-6372 o por Rappi.