El próximo sábado 20 de junio llega el solstico de invierno en el hemisferio sur y el del verano en el hemisferio norte, que marca el fin del otoño y el de la primavera en cada zona, respectivamente. Este será un año particular para observar el fenómeno, de todas formas, por la pandemia del coronavirus, que obligó a restringir la entrada en algunos de los lugares donde se suele celebrar la llegada de la nueva estación.

Qué es el solsticio

Es el resultado de la inclinación del eje norte-sur de la tierra 23,4 grados hacia el Sol. Este proceso genera que cantidades diferentes de luz solar alcancen diferentes regiones del planeta durante la órbita de la Tierra en torno al Sol.

"Durante los solsticios, la Tierra alcanza un punto donde su inclinación está en el ángulo más grande con respecto al plano de su órbita, haciendo que un hemisferio reciba más luz del día que el otro", explica la NASA .

En el solsticio de junio, el Polo Norte se encuentra más inclinado hacia el Sol que durante cualquier otro día del año. Por ende, el hemisferio norte vive el día más largo y la noche más corta del año. En el hemisferio sur ocurre lo opuesto: junio trae el solsticio de invierno y el día más corto del año.

El cambio de agenda por el coronavirus

Desde hace varias décadas, es tradición en Inglaterra acudir al complejo Stonehenge, también llamado "El Templo del Sol", para celebrar la llegada del verano, por lo que se permite el acceso al anillo que forman las piedras a todos aquellos que acudan a esta fiesta anual.

Este año, sin embargo, se espera que el evento sea menos concurrido por la pandemia. Entonces, la English Heritage, institución encargada de organizarlo, realizará una transmisión en tiempo real del momento, que podrá ser vista en cualquier punto del mundo.

En tanto que en Perú la ancestral ceremonia inca al dios Sol o "Inti Raymi", que se celebra cada 24 de junio en la ciudad peruana de Cusco, fue suspendida este sábado debido a la pandemia de coronavirus.

"La tradicional escenificación del Inti Raymi no se realizará este año como una medida preventiva", anunció la Empresa Municipal de Festejos del Cusco, la antigua capital del imperio inca, en el sureste de Perú, que organiza esta celebración que atrae a cientos de turistas de todo el mundo.

Al menos 3.500 personas pagaron el año pasado hasta 150 dólares para ver el espectáculo desde las gradas, pero por lo general la fiesta llega a congregar a unas 80.000 personas que se agolpan en cerros contiguos.

"La decisión deja con grandes pérdidas a la empresa municipal, (pero) la generación de ingresos en los últimos años ha hecho que haya recursos para que la institución pueda operar con solvencia", dijo el presidente de la empresa, Fernando Santoyo.

El 24 de junio es el día en que el Sol, después de haberse alejado, vence a la oscuridad y vuelve a la Pachamama (o Madre Tierra en quechua). Se trata del solsticio de invierno en el hemisferio sur y para los antiguos incas era la fiesta del Sol o "Inti Raymi".

La festividad, que se remonta al imperio inca que floreció en los siglos XV y XVI, dejó de celebrarse durante la colonia española pero fue reintroducida en 1944.