Miles de estadounidenses llenaron las calles de todo el país para conmemorar el 155 aniversario de la abolición de la esclavitud. Este año, la muerte de George Floyd y varios afroestadounidenses a manos de la policía puso en evidencia el racismo que aún impregna a toda la sociedad. En Washington cientos personas marcharon hasta el monumento en memoria de Martin Luther King. Cerca de la Casa Blanca, otro grupo de manifestantes copó la recientemente bautizada Plaza Black Lives Matter. El sábado el presidente Donald Trump dará una acto en Tulsa, Oklahoma, bajo un fuerte operativo policial.
"Si no votás, no contás"
Desde Nueva York a Los Ángeles hubo marchas festivas y silenciosas con motivo del "Juneteenth" (contracción de junio y 19 en inglés), el día de 1865 en que los últimos esclavos fueron liberados en Texas. En recuerdo a esa fecha, jugadores de los equipos de básquet de Washington, el masculino Wizards y el femenino Mystics, tomaron parte en una marcha que terminó en el monumento a Luther King."No podemos eliminar a todos los policías racistas, pero queremos echar a la mayoría de ellos y hacerles rendir cuentas", dijo Joshua Hager, de 29 años, a la agencia AFP. Su pareja Yamina Benkreira pidió que la historia de la comunidad negra estadounidense se enseñe mejor para que los jóvenes tomen consciencia de las discriminaciones.
La muerte George Floyd por asfixia a manos de un policía blanco provocó una ola expansiva de protestas en todo el país. Algunas estuvieron acompañadas por actos de violencia y saqueos, para denunciar las injusticias raciales. El hermano de Floyd, Philonise, tomó la palabra en nombre de la familia. "La triste verdad es que este no es el único caso", dijo en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. En la capital, la gente llevaba camisetas del movimiento Black Lives Matter. La comentarista deportiva Christy Winters Scott acudió a la marcha de los clubes de básquet con sus hijos de 18, 16 y 13 años. "La gente ya tuvo suficiente y está preparada para el siguiente paso. (…). Votar es el primer paso pero también hay otras cosas que se están haciendo que no se habían hecho en el pasado, y siento que va a ser un cambio enorme", reflexionó la periodista. Hace una semana otro asesinato en Atlanta potenció las protestas: el 12 de junio, un oficial de policía mató de dos balazos en la espalda a Rayshard Brooks, un afroamericano que intentaba escapar de un arresto por ebriedad. Como en Minneapolis, el oficial fue despedido de la fuerza y acusado de asesinato.
Entre el obelisco a George Washington, el primer presidente de EEUU, y el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana, los manifestantes pusieron unas mesas para animar a la gente a registrarse y votar en las elecciones generales del próximo 3 de noviembre. "Si no votás, no contás" o "Mirá, escuchá, leé, protestá, votá" eran los mensajes de algunas pancartas. Laura, una vecina de Baltimore, explicó que decidió trasladarse a Washington porque el presidente, el poder y los legisladores están ahí. "Espero que este impulso continúe. No podemos callarnos y volver a lo que se considera normal, porque lo normal es opresión para mucha gente", sostuvo la mujer.
Trump vuelve al ruedo
En un clima de fuerte tensión, Tulsa se prepara para recibir el mayor acto multitudinario en un espacio cerrado desde que empezó la pandemia: un estadio con capacidad para 19.000 personas que la campaña de Trump planea llenar por completo. "Ya se están formando largas filas y multitudes en Tulsa. Mi campaña no empezó todavía. ¡Empieza la noche del sábado en Oklahoma!", escribió el presidente en su cuenta de Twitter. La fecha y el lugar elegidos por el mandatario exacerbaron las tensiones raciales. Tulsa fue la sede de una de las peores masacres de afroamericanos de la historia. En 1921 murieron allí hasta trecientas personas negras a manos de grupos blancos. El acto republicano había sido programado originalmente para este viernes, algo que fue muy mal recibido por la comunidad negra. Pero hace algunas semanas el equipo de campaña de Trump cambió la fecha para el sábado. Por temor a disturbios, el alcalde había decretado un toque de queda, pero lo anuló el viernes a la tarde.
En paralelo, Trump denunció las muertes de Floyd y Rayshard, pero con un fuertes críticas a los manifestantes. Con ocasión del "Juneteenth", el presidente emitió un mensaje dirigido a la comunidad negra estadounidense. Allí denunció la injusticia inimaginable de la esclavitud. También les hizo una advertencia a los “manifestantes, anarquistas, saqueadores y los delincuentes" que van hacia Tulsa. "Deben entender que no se los tratará como en Nueva York, Seattle o Minneapolis. ¡Será muy diferente!", publicó en Twitter el presidente. La campaña de Trump asegura que recibieron un millón de solicitudes para asistir al acto. El encuentro contradice las recomendaciones de los expertos sanitaristas. Sin embargo, el equipo del presidente insistió en que esas directrices eran opcionales. Además, para acudir es necesario comprometerse a no demandar al equipo electoral de Trump si uno contrae la covid-19 en el acto.