Entre las sensaciones de esta cuarentena, una de las más curiosas es la nostalgia por situaciones que hasta hace poco resultaban comunes y corrientes. Bailar escuchando en vivo a Piscis Machine es una de esas experiencias que quedan por ahora en la agenda, para cuando vuelva acortarse la distancia social. Buenos arreglos, ritmos sensuales y vibraciones positivas caracterizan a este dúo de pop bailable que conjuga clics modernos y un sonido vaporwave con talento musical a la vieja usanza.

El saxofonista y cantante Gustavo Buchiniz y el multiinstrumentista Agustín Della Croce (a cargo de sintetizadores varios) son dos músicos y productores tan caprichosos como sensibles, que lograron sintonizar sus ideas en esta máquina dulce y bailable que durante el confinamiento lanzó a las plataformas digitales The Sun , un temazo con el sello del dúo.

 

Buchiniz y Della Croce se conocieron hace cinco años tocando en la efímera banda solista de Joaquin Levinton, entre el final de Sponsors (donde Della Croce era el arreglador) y el regreso de Turf (donde Buchiniz grabó vibrantes saxofones). Alejados del pop cancionero de esos proyectos, ambos se abocaron desde entonces a la búsqueda de un sonido propio, más enfocados en los climas y el ritmo.

“Agustín es una especie de prodigio de la música“, dice Buchiniz. “Tiene una formación orquestal académica, lo que nos lleva a poder organizar la armonía y la estructura de las canciones en el piano y orquestarlas. Capaz está tocando el teclado y agarra la guitarra, el bajo, y en un rato ya armó todas las partes.” Con esa idea de hacer un pop ambiental, groovero y a la vez orquestado, Piscis Machine ya le dio vida a Espejismos (2014) y Vapores (2016). Y para este agosto promete tener listo un tercer disco que seguro estará entre los mejores del 2020.

La libertad de las máquinas

Buchiniz empezó a tocar el saxo a los 11 en su ciudad natal, Neuquén. “Vine a Buenos Aires para estudiar publicidad: era la excusa perfecta. Acá empecé a equiparme y hospedé un tiempito a Ezequiel Araujo, que fue un maestro para mí: así aprendí a grabar e hice Cumshot, un disco de música porno con influencias de los '70, pero desde la electrónica“.

Agustín y Gustavo coincidieron en sus gustos por sintetizadores de los '80 como el DX7 o el Juno, y ese sonido FM. “Cuando armamos Piscis Machine estábamos escuchando cosas de Stratford Ct, un sello californiano que nos copó a los dos, y bandas como Dâm-Funk, con ese funk maquinal. A los dos nos gusta el pop, sea Virus, Electronic, Roxy Music o Daft Punk. Y Air, una banda que de alguna manera nos unió.”

Aunque a veces no lo crea nos ponemos hard / quitamos la envoltura que nos hace mal / todo lo que nos hace dark, cantan los Piscics Machine en el adelanto The Sun, tema con pasta de hit cuyo videoclip (realizado por Santos Frenkel) muestra una de esas fiestas del mañana que, evidentemente, pasaron ayer nomás.

Otra de las claves del sonido a la vez cachondo y sutil de Piscis Machine es su toque jazzero, ya que aunque toquen con secuencias en vivo el saxo siempre tiene libertad para hacer algo que las máquinas aún no saben hacer: improvisar. “Soy bastante clásico: soy muy fan de John Coltrane pero también de John Zorn, Morphine o John Gilmore, el saxofonista de Sun Ra“, comparte Buchiniz. “Pero la verdad es que, aunque nunca dejé de tocar el caño, arranqué a cantar un poco por la necesidad de salir del saxofón: no quería ser Kenny G.”

#QuedateEnCasa como Buchiniz (arriba) y Agustín Della Croce (abajo), de Piscis Machine | Foto: Cecilia Salas