Una minoría intensa, ruidosa e inorgánica se congregó ayer por la tarde en el ala este del Monumento a la Bandera. Con el objetivo de defender el “avance” del gobierno nacional sobre la aceitera Vicentin y manifestar su rechazo a la cada vez más lejana expropiación, unas dos mil personas se juntaron para cantar “Argentina, Argentina” y condenar a los “corruptos” e “inmorales” que gobiernan el país. En silencio, fuera del centro de la movida, se sumaron los referentes de Juntos por el Cambio en la ciudad. El único que asomó más que el resto fue el diputado nacional y presidente del PRO provincial, Federico Angelini, que se calzó una camiseta de la selección de fútbol para “defender la República y la Constitución”.
De las bases cambiemistas partió la movida de ayer, que arrancó en el norte y se propagó a otras zonas de la provincia y el país. Los referentes del macrismo santafesino le aportaron estética y logística. Las consignas de “Banderazo en defensa de la propiedad”, “Hoy es Vicentin. Mañana sos vos” y “Campo + Ciudad. Guardianes de la República” pegaron fuerte en un sector de clase media y alta, anti peronista, que salió a expresar bronca y, en algún que otro caso perdido, la convocatoria a “elecciones ya”. El Monumento fue el epicentro, pero hubo quienes prefirieron circular en autos y camionetas por Avenida Belgrano y acompañar con bocinazos estruendosos y, claro, banderas argentinas.
Los distintivos celeste y blanco fueron el denominador común. Los atuendos se mezclaban con el griterío desordenado, propio de pancartas tan disímiles como llamativas. “No somos Venezuela, acá lucharemos, la libertad no se expropia”, rezaba un cartón corrugado. “Inmorales, corruptos, Belgrano los repudia”, le devolvía otro. Un matrimonio sesentón recurrió a los próceres Belgrano y San Martín para, explicó ella, recordarle al gobierno los “errores” que comete. “Seamos libres que lo demás no importa” y “El miedo solo sirve para perderlo todo” postulaban las pancartas. “Otra aerolíneas no”, rogaba otro cartón ante la chance de que la Casa Rosada quiera expropiar Latam, la empresa que perdió más de 300 millones de dólares durante la gestión de Mauricio Macri y ahora anunció que se retira del país.
Pero no todos la pasaron bien. Entre los que sufrieron, estuvo el cronista del canal C5N, permanentemente increpado y vituperado por los manifestantes. Un joven de unos 25 años que se acercó pacífico al Monumento con el cartel “Sí a la nacionalización”. Hubo forcejeos y le pidieron que se retire al grito de “fuera vago” y “camporista pagado, hijos de puta”. Luego otro señor, que apareció de manera espontánea, y se autodefinió “comunista”. También le solicitaron que abandone la concentración porque “Fidel Castro murió y Maduro va a morir”.
A todos y todas las manifestantes los sorprendió un pasacalle que le pedía “fuerza” al presidente Alberto Fernández en su decisión de expropiación, instalado y firmado por un sindicato. Si la marcha empezó a las 16, quince minutos después ya había sido desmontado y pisoteado. Luego se persiguió a una persona que decidió agarrarlo con el fin de que “no aparezca en los medios”. “Tenemos que ser más inteligentes”, le explicó a Rosario/12. Pero la muchedumbre lo confundió con un sindicalista y le pidió enardecida que se retire. “No busqués quilombo, tomatela de acá, no sos bienvenido, no somos como tu gente”, le espetó uno de los más efusivos. Debieron intervenir agentes de Tránsito para calmar las aguas.
“Las circunstancias no acompañaron”, decía por lo bajo un colaborador de Juntos por el Cambio. Hablaba del clima. Es que la manifestación en Avellaneda rondó las quince mil personas y en Rosario ni siquiera se llegó a las tres mil. Los aplausos se hicieron sentir, las cacerolas tronaron, pero la movida careció de intensidad y volumen. A Martín, que vendía tortas asadas, y a Juan, que se preparó unos churros rellenos, les quedó un sabor amargo. “Estamos esperando gente bondadosa que nos compre algo”, lamentaban.