La metáfora puede sonar excesiva, pero la secretaría de Cultura de la Municipalidad de Salta anunció para este fin de semana la exhibición en el autocine municipal de la película El Robo del Siglo.

Quizás en otro exceso, al anuncio oficial municipal le faltó esa advertencia típica que busca evitar interpretaciones inexactas una vez que vió la película: “cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia”.

Obviamente, nadie en la Municipalidad de la ciudad de Salta robó bancos en estos últimos tiempos, pero el título de la película (elegida por la gente en redes sociales) no puede dejar de asociarse con cosas que pasaron hace algún tiempo y también la semana pasada dentro de la Municipalidad, muy parecidas al robo.

Nadie escapó con un gomón por el canal de la Coronel Vidt llevándose millones de las cajas recaudadoras del Centro Cívico Municipal, pero convengamos que las dos empleadas del área de Habilitaciones Comerciales que fueron detenidas la semana pasada durante un allanamiento y todavía siguen en esa condición, emplearon tanta astucia, decisión y perseverancia para falsificar firmas, sellos y expedientes inactivos, como los seis protagonistas del Robo del Siglo, que en 2013 se llevaron 15 millones de dólares de la sucursal Acasusso del Banco Río, escapando por alcantarillas en dos gomones y sin disparar un solo tiro.

Acepto: el paralelo con el Robo del Siglo parece forzado; el título de la película debería ser “El allanamiento”. Imagínese una pantalla con el fondo del CCM mientras se distribuye un reparto estelar. Piense que en enero de 2019 la Justicia Federal allanó, en una causa por facturas apócrifas las oficinas del entonces secretario de Hacienda Municipal, se llevó su computadora; ¿se acuerda que en febrero de 2019 el secretario de hacienda renuncio por “motivos personales”? ¿que un empresario del rubro electricidad estuvo detenido por casi 90 días?

Juegue con la imaginación, anímese, piense quién puede ser el director de la película y quiénes tendrían los papeles principales ¿No me diga que no le surge ningún nombre?

También podemos volver un poco más atrás en el tiempo, cuando el responsable de la Oficina Municipal Anticorrupción, Pedro Garcia Castiella, fue al Concejo Deliberante y explicó, aunque después no hubo consecuencias, la denuncia que hizo ante el Poder Judicial por cobros de contado efectuados dentro del Tribunal de Faltas y que no ingresan por los canales administrativos adecuados; también un poco más atrás en el tiempo, año 2009, la estridente denuncia de un abogado, que luego fue concejal, sobre la entrega ilegal de licencias, que motivó la promoción de acción penal que derivó en un verdadero escándalo a partir del cual en julio de ese año la Autoridad Metropolitana de Trasportes es la única responsable de las adjudicaciones, reemplazos, cesiones y caducidad de las licencias de taxis y remis.

Según un viejo refrán “solo la conducta conduce y enseña”. Tal parece que un número importante de empleados municipales, siguen el precepto y lo aplican.

Un secretario de hacienda debió dejar su cargo salpicado por todas las sospechas posibles, y si esa es la conducta que enseña, las chicas que trabajan en Habilitaciones Comerciales, procedieron en consecuencia.

El ámbito laboral de la Municipalidad está sacudido en el último mes y medio,  y también alborotado, por los recientes allanamientos y detenciones consecuencia de denuncias judiciales por delitos de fraude, falsificación de instrumento público, estafa y asociación ilícita.

La gestión de la intendenta municipal Bettina Romero tiene las complicaciones propias de un período en el que casi toda la humanidad carece de certezas, al tiempo que ella misma se aplicó especialmente, en la persistencia de algunas actitudes que no la favorecen.

Pero se enfrenta a la vez a esa “otra municipalidad”; la del empleado, a quien se allanó el domicilio particular, acusado de gestionar un oficio falso en el Tribunal de Faltas, por $5.500; la de funcionarios políticos, que a sabiendas permitieron todos los trámites previos para demoler una vivienda antigua que no debió derribarse; la de los empleados de tránsito detenidos por la entrega irregular de licencias de conducir y, finalmente, el allanamiento de la semana pasada, por el que quedaron detenidas dos empleadas de Habitaciones Comerciales, que falsificaron firmas y sellos para entregar una habilitación provisoria.

"Es de público conocimiento que existen algunos sectores de la Municipalidad, que a lo único que se dedican; en vez de trabajar por la Municipalidad, se la pasan coimeando a comerciantes a empresarios, desarrollistas de la construcción”, dijo el entonces concejal Alberto Castillo en una de las tantas sesiones del año pasado. Nadie salió a responderle.

La intendenta emprendió una suerte de cruzada moralizadora en la repartición más emblemática de la Municipalidad por la cantidad de sumarios y denuncias de cohecho de su personal: despojó a los inspectores de tránsito de la facultad de hacer multas y controles de vehículos, tarea que quedará cargo de la Policía Vial provincial.

Hubo reacción del sector gremial y el lunes los trabajadores y la intendenta y sus funcionarios podrán (lamentablemente) medir fuerzas en el campo de la acción directa.

La Unión de Trabajadores Municipales anunció y comunicó formalmente un paro de actividades por 48 horas porque teme por la fuente de trabajo y sostiene que, si bien hay casos de corrupción, el método es otro, no la desjerarquización del personal.

Entre lunes y martes se podrá ver cuál es el título del próximo guión para el autocine municipal: “Bettina contra todos” o “El allanamiento IV ” .