Desde el crimen de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado a golpes por un grupo de rugbiers en Villa Gesell, la idea de llevar la Ley Micaela a las instituciones deportivas fue tomando cada vez más fuerza. Pero no fue sino hasta hace veinte días que la propuesta se formalizó en un proyecto de ley presentado en la Legislatura bonaerense por el Frente de Todos. Su impulsor fue un hombre del fútbol, Nicolás Russo, diputado provincial por ese partido, Presidente de Lanús y flamante Secretario Ejecutivo de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA). La iniciativa -que tiene buen pronóstico, pues cuenta con la adhesión de diputados y diputadas de todos los bloques- apunta a implementar capacitaciones para las autoridades de los clubes y entidades deportivas de la provincia de Buenos Aires en temas de género y violencia contra las mujeres. "Es un tema que me ha preocupado a lo largo de toda mi trayectoria como dirigente deportivo, donde me ha tocado vivir diferentes situaciones de discriminación hacia las mujeres", expresa Russo y rápidamente enumera: árbitras, directoras técnicas, periodistas deportivas... todas mujeres que han padecido el rigor del machismo del fútbol.

–Como dirigente, ¿qué abordaje le hubiera dado a un caso como el del jugador de Boca Sebastián Villa, denunciado por violencia contra su pareja?

–Cuando arrancó la cuarentena me junté con los jugadores porque vamos a dar charlas en el club para que vayan concientizándose sobre esto. No es un tema menor, sobre todo ahora, que hubo varias situaciones fuertes en el fútbol. Nosotros vamos a implementar un protocolo en Lanús, no solo para el fútbol, sino para todos los deportes y también para el personal.

–¿Y cuál sería el procedimiento según el protocolo?

–Bueno, sancionar o apartar, según la situación, porque hay que ver cómo se desarrolla, a veces hay que probarlo. Te cuento una situación que nos pasó a nosotros: hace poco contratamos a un jugador al cual su ex pareja lo había acusado públicamente –no judicialmente– por una situación de violencia y lo primero que hicimos fue interiorizarnos y resultó que era una situación totalmente distinta. Si no, no lo hubiésemos contratado, directamente.

–¿Y considera que Boca está actuando bien en este caso?

–No conozco el tema en detalle porque no sé la situación judicial, hay que estar ahí. Te digo lo que yo haría como Presidente de club: en una situación en que tenga una probabilidad muy cierta de que sea real, como mínimo, lo apartaría del plantel.

En línea con la definición de Russo, hace una semana Vélez Sarsfield se convirtió en el primer club del fútbol argentino en activar el protocolo cuando el jugador Miguel Brizuela fue denunciado por su pareja de agresión física y violencia verbal y psicológica. El defensor fue separado preventivamente del plantel y el club emitió un comunicado donde informó que la institución se ponía a disposición de la justicia.

Pero el largo brazo del machismo también afecta a los varones con conductas y prácticas que están fuertemente arraigadas en lo que se define inocentemente como "el folclore" del fútbol, donde la homosexualidad es inadmisible y negada. "Es un tema que yo creo que poco a poco va a salir a luz. Esta es una sociedad muy machista y al hombre todavía le cuesta visibilizarlo, no así a la mujer", dice Russo, con su experiencia de tres décadas como dirigente. "La verdad que cuesta muchísimo que lo visibilicen los jugadores, son temas muy personales. Creo que en algún momento va a haber un caso resonante que se va a animar a comentarlo con sus compañeros, con su técnico y públicamente, y luego se empezará a hacer más frecuente que eso ocurra".

–¿Qué reacción generaría eso?

–Por supuesto que cuando se haga público el primer caso va a generar un ruido mediático importante pero hoy se va a asumir sin problemas. Además yo, por lo menos desde la dirigencia, lo veo como un tema que no tiene ninguna relevancia, simplemente es algo personal.

–Hace un mes vimos la foto de la nueva dirigencia de AFA donde la única mujer es la presidenta de Banfield, Lucía Barbuto, como Vocal suplente. ¿Cómo ve la llegada de la mujer a esa mesa chica del fútbol?

–Es un problema de los clubes porque para ser integrante del comité ejecutivo de AFA, tenés que ser presidente o vicepresidente de club y no hay prácticamente presidentas o vice mujeres. La gerenta de Lanús es una mujer, tenemos varias técnicas trabajando también y ni hablar de jugadoras profesionales, pero a nivel dirigencia es una deuda pendiente. Es algo que debe cambiarse y también la mujer debe involucrarse más, como está ocurriendo en la política.

–¿Se puede pensar en una Ley de cupo en las dirigencias de los clubes?

–Sí, creo que debe instrumentarse una especie de uno a uno pero no es un tema de cantidad de mujeres, sino que también estén en lugares de relevancia. Se necesitan dos cosas: la decisión política desde AFA de impulsarlo y también que la mujer se involucre más, que al producirse esto, eso se va a dar. Hay que ir cambiándolo y tomando decisiones desde AFA o el lugar que corresponda porque al ser obligatorio en los clubes, también en AFA va a tener que ser obligatorio un cupo en ese comité ejecutivo.