"Nosotros pasamos mal día del padre", lamentó anoche el cacique César Solares, cabeza de la pequeña comunidad Imakta Nekye Wichí (La Nueva Generación) asentada sobre la ruta nacional 86, a 10 kilómetros de la ciudad de Tartagal. El mal día fue por el hostigamiento que sufrieron de parte de policías que les pusieron plazo para que abandonen ese lugar, aduciendo razones vinculadas con la pandemia, que solo fueron expresadas de manera verbal.
La situación fue dada a conocer a través de un comunicado en el que se señaló que los pobladores wichí "utilizan esos territorios para actividades de caza y recolección con lo que sustenta a las familias además de la siembra tradicional".
"La Policía argumenta que en el marco de la pandemia por el COVID 19 tiene la orden de actuar en situaciones de precariedad ocupacional pese a la vigencia de la Ley 26.160, que impide los desalojos en territorios indígenas", se señaló en el comunicado en el que se resaltó que los pobladores "resisten en el predio esperando la presencia de las autoridades competentes".
Ayer otros caciques de la zona fueron a acompañar a la comunidad, uno de ellos fue Juan de Dios López, un sabio wichí, defensor del monte y de la naturaleza en general, que incluso presentó una demanda contra la explotación forestal y los desmontes en su territorio.
Es que la presión para desalojar a la comunidad Imakta Nekye Wichí está vinculada al aprovechamiento del monte que hacen algunos habitantes originarios por razones de necesidad, que suele ser aprovechada por empresarios madereros. El cacique Solares dijo a Salta/12 que ayer la Policía fue a decirles que debían desalojar acompañada por el cacique de Kilómetro 12, Gerardo Rivero. Solares interpretó que Rivero se preocupa porque quedan pocos árboles y que estando su comunidad en ese lugar no podrán cortar.
Solares resaltó que la Policía ya fue cuatro veces a decirles que deben desalojar. La semana pasada, el viernes, el sábado y ayer. "No entendemos por causa de qué vienen porque no nos traen los papeles". Dijo que Rivero aduce que esas tierras son parte del territorio de su comunidad, "y el oficial está a favor de ellos, eso es lo que no entendemos". En realidad toda esa zona es un solo territorio de uso ancestral del Pueblo Wichí, que desde hace años viene soportando la injerencia de gobiernos y particulares no indígenas que generan divisiones internas y el abandono de prácticas ancestrales. Solares destacó que la Policía les dijo que por la cuarentena deben volver a sus casas, "y yo le digo por qué tenemos que volver si ya vivimos acá", sostuvo. La comunidad tiene sus viviendas en este lugar desde agosto del año pasado.
Solares manifestó su preocupación por algunas acciones que vivieron en estos días. Dijo que la familia de Rivero "amenazó de desalojarnos por la fuerza con el oficial". Y "ayer (por el sábado último) me cerraron el camino por donde voy, saco agua a la distancia, en el Kilómetro 6". Además, el sábado fueron "al pueblo a buscar algo como mercadería todo eso y cuando volvimos casi nos hemos accidentado" porque en el camino habían puesto ramas y árboles cortados con motosierra. Los caciques que se solidarizaron con esta comunidad les ayudaron ayer a liberar el camino.
A pesar de estas diferencias, Solares dijo que su comunidad no pretende molestar a la otra y, es más, entienden que deben buscar la unidad. "Nosotros buscamos esa tranquilidad con ellos. Pero ellos no nos entienden", que buscan seguir los pasos de sus ancestros, "seguimos su camino, en eso estamos".
"Yo le estoy pidiendo a Riverito que pare un poquito, nosotros también somos seres humanos, queremos vivir, queremos hacer unos trabajos buenos también y compartir con ellos también", insistió.