El Gobierno alertó sobre la aplicación del llamado Síndrome de Alienación Parental (S.A.P.) para desestimar denuncias de abuso sexual en la infancia, advirtió que es “una falacia carente de rigor científico”, “produce severas afectaciones a los derechos de niños, niñas y adolescentes”. Lo hizo a través de un pronunciamiento que lleva las firmas del secretario nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, Gabriel Lerner, junto a otres funcionaries de alto rango, como el viceministro de Justicia, Juan Martín Mena, y más de medio centenar de especialistas en niñez de Unicef, organizaciones de la sociedad civil, ámbitos académicos y de investigación, periodistas y comunicadoras. “Mediante el falso síndrome se pretende colocar un manto de sospecha sobre los dichos de niños o niñas que declaran ser víctimas de violencias, alegando falsamente que los mismos no hacen más que repetir discursos inculcados por otra persona adulta –generalmente la madre- que le habría “metido en la cabeza” que tiene que acusar falsamente al otro adulto. Desde este argumento, todos, o la inmensa mayoría de las niñas y niños actuarían manipulados/as y todas, o la inmensa mayoría de las mamás serían manipuladoras inescrupulosas”, advierte la declaración. Y señala que se usa el SAP para “forzar revinculaciones” con padres denunciados por ASI (abuso sexual infantojuvenil) al tiempo que “las madres de esos chicos y chicas son inescrupulosamente demonizadas”.
El posicionamiento responde a que el 9 de junio el conductor Alejandro Fantino se refirió al denominado SAP en el programa “Fantino a la tarde” que se emite por América TV y dijo que por la cuarentena por el coronavirus había más casos de Síndrome de Alienación Parental, dando crédito a esa figura que no tiene ningún fundamento científico y que suelen invocar los acusados de abuso sexual en la infancia, para invalidar los relatos de niños y niñas.
Fantino dedicó gran parte del programa al tema. Ese día hubo repudios en redes sociales hacia el conductor y se pronunció el Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional de Derechos del Niño (CASACIDN), la Asociación de Psicólogas y Psicólogos de Buenos Aires y la Asociación Argentina de Prevención del Maltrato Infanto-Juvenil (ASAPMI) para expresar su preocupación y también repudiar el abordaje periodístico.
“Muy recientemente ha vuelto a difundirse en algunos medios de comunicación el denominado Síndrome de Alienación Parental (S.A.P.), cuyo empleo ha provocado y provoca severos perjuicios a muchos chicos y chicas en sus derechos”, dice el texto que lleva el encabezado de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, y del Ministerio de Desarrollo Social. El comunicado, de dos páginas, señala que “generalmente invocan el S.A.P., en especial en ámbitos judiciales, varones adultos acusados de violencias graves y/o abusos sexuales en perjuicio de sus hijos o hijas menores de edad”.
Es la primera vez que desde el Poder Ejecutivo Nacional se impulsa un posicionamiento sobre el tema.
“Cuando el SAP inspira las pericias técnicas o las decisiones de las y los funcionarios o jueces se violenta ostensiblemente el derecho de chicos y chicas a ser escuchados, como lo prescriben la Convención Internacional de Derechos del Niño y la Ley N°26.061, se los estigmatiza como 'fabuladores', y se niega su condición de sujetos de derecho. Pero, además, se los y las priva de medidas de protección contra el abuso y las violencias, se los expone a ser revictimizados/as, y se los fuerza a revinculaciones forzosas. Consecuentemente, además, la recurrencia al SAP amplía las posibilidades de que los autores de graves delitos aseguren su impunidad. Y las madres de esos chicos y chicas son inescrupulosamente demonizadas”, advierte el pronunciamiento.
¿Quién lo inventó?
El SAP es un término acuñado por Richard Gardner, profesor de psiquiatría infantil en la Facultad de Medicina y Cirugía (College of Physicians and Surgeons) de la Universidad de Columbia, que ejerció la práctica privada en Creskill, Nueva Jersey (EE.UU.), y se dedicó hasta la fecha en que se suicidó, en 2003, a la psiquiatría infantil y forense, mayormente como perito de parte por la defensa de los agresores en casos de sospecha de abusos sexuales. Sus trabajos han sido cuestionados por colegas e investigadores debido a que sus afirmaciones no se basan en métodos de investigación estandarizados y a que no han sido sometidos a estudios empíricos, a investigación o a verificación por parte de otros especialistas. A pesar de ello, ha sido ampliamente citado en el ámbito judicial de muchos países. La difusión de sus conceptos se debe a que coinciden con los estereotipos y los prejuicios que sostienen la negación y la invisibilización de las agresiones sexuales a niños y niñas.
--¿Se sigue apelando al falso Síndrome de Alienación Parental en causas judiciales para garantizar impunidad a abusadores? –le preguntó Página/12 a la psicoanalista infanto juvenil Susana Toporosi.
--En nuestro país tuvo un auge en los años 2000 y generó un fenómeno en los juzgados donde fueron tomadas esas ideas y hoy día siguen siendo muy pregnantes. De cien denuncias penales a abusadores, cuando el vínculo es el padre, hay uno o dos que quedan condenados. Todos lo demás quedan absueltos y con esa sentencia empiezan a reclamar en lo civil la revinculación con los hijos, que en la mayoría de los casos no los quieren ver. Y muchas veces las madres son consideradas, por jueces, juezas, fiscales --hay muchas mujeres que son más defensoras del patriarcado que los varones--, como mentirosas.
Consultada por este diario, la psiquiatra infantil Virginia Berlinerblau, del Cuerpo Médico Forense, agregó:
--Se sigue usando aunque no se lo mencione como SAP. La ideología está aunque no lo digan abiertamente. Hay sentencias en causas de abuso sexual en la infancia que se caen aunque nunca te van a decir que es porque no le creyeron al niño. Esas cuestiones quedan ocultas, con subterfugios diversos que ponen en el fallo, para dejar los casos en la nada, impunes.
--¿Cómo se puede combatir su uso?
--Hay que incorporar la perspectiva de la infancia y de género en las pericias, además de que jueces y fiscales se capaciten, para lidiar con estos estereotipos que siguen vigentes. Es urgente llevar a la práctica la Ley Micaela en el ámbito judicial, que las capacitaciones se hagan no para cumplir solamente sino para cambiar las miradas y puedan entender que se trata de una cuestión de derechos humanos.
¿Hay denuncias falsas de abuso sexual en la infancia?
--Puede haber algún caso de una madre que invente una situación para perjudicar al padre. Pero esto apenas se hacen las entrevistas con el chico sale a la luz. Una buena detección permite diferenciar claramente de una situación real de una inventada –explicó a este diario Marinés Bringiotti, de ASAPMI.
Berlinerblau indagó el tema en una investigación titulada “Credibilidad de las Denuncias de Abuso Sexual Infantil e Incesto Paterno Filial”, donde estudió casos entre los años 1994 y 2000. “Contrariamente a la opinión popular y profesional mayoritaria, las denuncias de abuso sexual se encuentran sólo en el 2 por ciento de las disputas por custodia y de estas últimas, del 8 por ciento al 16,7 son falsas”, dice Berlinerblau, en su estudio.
En los últimos años, se han pronunciado en contra de su uso la Federación de Psicólogos de la República Argentina (FEPRA), la Cámara de Diputados y Senadores, incluso la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires –en la causa S. D. CONTRA D, M.N. TENENCIA DE HIJOS", con fecha 22 de junio de 2016—en un fallo en el que recordó que se trata de una figura "... nacida para explicar falsas alegaciones de abuso sexual en niños, la tesis del doctor Gardner carece de consenso científico. Tanto para la Organización Mundial de la Salud como para la Asociación Americana de Psiquiatría, el S.A.P. no posee comprobación médica y por eso las dos principales nomencladoras del diagnóstico psicopatológico profesional a escala mundial (el CIE-10 y el DSM) han rechazado hasta ahora su inclusión en la lista de síndromes. Otro tanto sucede con los pronunciamientos desfavorables a su conceptualización clínica como síndrome, realizados por la Asociación Americana de Psicología, la Asociación Médica Americana, la Asociación Americana de Psicólogos y la Asociación Española de Neuropsiquiatría".
¿Quiénes firman el pronunciamiento promovido por la SENAF?
Juan Martín Mena, secretario de Justicia de la Nación, Erika Roffler, secretaria de Articulación de Política Social del Ministerio de Desarrollo Social; Josefina Kelly, secretaria de Políticas Contra la Violencia por Razones de Género y Cecilia Merchán secretaria de Políticas de Igualdad y Diversidad, del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad; Laura Sirotsky, subsecretaria de Educación Social y Cultural, Paula Ferro, de Infancias, Juventudes, Géneros y Diversidades del ANSES y Valeria Isla, coordinadora del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, del Ministerio de Salud. También firmaron Beatríz Janin (Forum Infancias), Marisa Herrera (CONICET - UBA), Nora Schulman (Comité Argentino de Seguimiento de la Convención sobre Derechos del Niño - CASACIDN), Norberto Liwsky (CODESEDH, DNI UNIPE) - Néstor Arguiñano (Facultad de Trabajo Social UNLP); María Elena Naddeo (APDH), Alicia Inés Stolkiner (Facultad de Psicología, UBA, UNLa, Nora Pulido (Colectivo de Derechos de infancia y Adolescencia); Cielo Salviolo (Canal Pakapaka); Marcelo Clingo (Asociación de Psicólogas y Psicólogos de Buenos Aires - APBA); Diana Maffía, coordinadora del Observatorio de Género en la Justicia del Consejo de la Magistratura CABA); Eleonor Faur (IDAES y UNSAM), las periodistas Mariana Iglesias, Silvina Molina y esta cronista; Mabel Bianco (FEIM); Gustavo Galli (UNAHUR- UMET); el médico psiquiatra Enrique Stola; Dana Borzese (Doncel Asociación Civil); Mariana Incarnato (Red Latinoamericana de Egresados de Protección) entre otres referentes en la temática.