El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aclaró que sólo se reuniría con su par venezolano Nicolás Maduro para discutir su salida del poder, poco después de que se difundiera una entrevista en la que Trump se mostraba abierto a un encuentro. Trump reaccionó de esa forma a la entrevista publicada el domingo por el diario digital Axios en la que se manifestó abierto a reunirse con Maduro, una posibilidad que también barajó durante la Asamblea General de la ONU de 2018, aunque nunca llegó a producirse. En la misma nota, Trump sembró dudas sobre su apoyo hacia el autoproclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó, una afirmación que va en línea con lo expresado por el exasesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, en su esperado libro de memorias.
Los fragmentos de una entrevista del portal Axios a Trump difundidos el domingo por la noche planteaban un giro de 180 grados en su política de fuerte presión y bloqueo hacia Venezuela, abriendo la puerta a un encuentro con Maduro, a quien Washington aún no reconoce como presidente. Pero en la mañana del lunes, Trump aclaró los tantos en su cuenta de Twitter y precisó que solo se reuniría con Maduro para "discutir una cosa: una salida pacífica del poder". El presidente también se desmarcó de los demócratas, al asegurar que "Al contrario de la izquierda radical, yo SIEMPRE estaré en contra del socialismo y con el pueblo de Venezuela. ¡Mi Gobierno siempre ha estado del lado de la LIBERTAD y contra el régimen opresor de Maduro!".
"Quizá sí pensaría en ello. A Maduro le gustaría reunirse conmigo. Y yo nunca me opongo a reunirme, muy pocas veces me opongo", había respondido Trump a la pregunta de si se entrevistaría con el presidente venezolano durante la entrevista con Axios. "Siempre digo que se pierde muy poco con las reuniones. Pero por ahora, les he dicho que no", agregó el mandatario.
La postura oficial del gobierno estadounidense siempre fue la de rechazar cualquier diálogo directo con Maduro hasta que, de acuerdo a sus palabras, se "restaure la democracia" en el Estado caribeño. Sin embargo, el propio Trump había dejado abierta la puerta a esa posibilidad al menos en una ocasión en público, durante la Asamblea General de la ONU de septiembre de 2018, cuando ambos coincidieron en Nueva York. La Casa Blanca descartó esa chance apenas unas horas más tarde. Desde la otra vereda, Maduro solicitó en dos ocasiones reunirse con el presidente estadounidense, aunque la Casa Blanca rechazó ambas propuestas.
El ninguneo a Guaidó
En la entrevista, Trump fue más allá y planteó su desconfianza hacia el autoproclamado presidente Juan Guaidó, quien recibió el respaldo expreso de la Casa Blanca para intentar derrocar el gobierno de Maduro, una movida que alcanzó su pico de tensión durante el Aid Live Venezuela organizado en febrero de 2019 . En una escalada de presiones, Washington inculpó en marzo a Maduro por "narcoterrorismo", y ofreció hasta 15 millones de dólares por información que permitiera su arresto. En mayo pasado, Trump llegó incluso a hablar de una invasión militar .
En tanto, el respaldo del gobierno estadounidense a Guaidó comenzó en enero de 2019, cuando lo reconoció como presidente encargado de Venezuela, cargo resuelto en enero de 2019 por la Asamblea Nacional que domina la oposición al chavismo. Además, Estados Unidos se encargó de alinear a unos 50 países detrás de esa postura. El polémico reconocimiento contó con el apoyo del expresidente Mauricio Macri y otros líderes de países latinoamericanos reunidos en el Grupo de Lima.
La campaña a favor de Guaidó no cesó durante 2020 . Fue recibido con honores por Trump en la Casa Blanca en febrero. Además fue ovacionado tanto por republicanos como demócratas durante el discurso anual del mandatario sobre el estado de la Unión en el Capitolio, en el que prometió que "aplastaría la tiranía" de Maduro. Sin embargo en la nota publicada por Axios, Trump señaló que no fue suya la decisión de reconocer a Guaidó como presidente encargado.
"A Guaidó lo eligieron. Yo creo que no estaba necesariamente a favor: a alguna gente le gustaba, a otra gente no. A mí me parecía bien. No creo que fuera muy significativo en ningún sentido", aseguró Trump. "Podría haber vivido con ello o sin ello, pero estaba muy firmemente en contra de lo que está pasando en Venezuela", agregó.
Sus declaraciones coinciden con el relato del exasesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, quien en su libro de memorias señaló que Trump se arrepentía de seguir su consejo y reconocer a Guaidó, sin dejar de pensar en Venezuela como parte del patio trasero norteamericano. Bolton fue incluso más allá al confesar que el presidente quiso retirarle su apoyo a Guaidó sólo 30 horas después de reconocerlo como presidente interino de Venezuela, por considerar que proyectaba una imagen de "niño" frente a la "dureza" de Maduro.
El tema Venezuela es particularmente importante en la campaña presidencial estadounidense ya que puede incidir en el voto en Florida, un estado clave para asegurar la reelección de Trump. Allí reside una importante población de latinos y venezolanos sensibles a todo lo que rodea al país caribeño.
Estados Unidos lidera una campaña internacional para sacar del poder a Maduro, a quien le atribuye una corrupción generalizada y abusos a los derechos humanos, así como la debacle económica de la potencia petrolera. A pesar de una batería de sanciones y un embargo de facto a las exportaciones de crudo, el presidente sigue resistiendo al mando de Venezuela.