Distintos referentes de movimientos sociales que ocupan cargos dentro del Estado destacaron, en diálogo con Página/12, la importancia de que exista ese tipo de representación y explicaron cómo sus trayectorias vinculadas a los movimientos populares influyen y le dan sentido a sus gestiones. Es el caso de María Castillo, referente del MTE Lomas de Zamora y ahora directora nacional de Reciclado; Miguel Gómez, militante del Movimiento Nacional Campesino Indígena y ahora secretario de Agricultura Familiar, y Daniel Menéndez, referente de Barrios de Pie y ahora subsecretario de Promoción de la Economía Social y el Desarrollo Local. “Los que gobiernan tienen que ser más parecidos a los gobernados y creo que nosotros cumplimos ese rol”, asegura Gómez.
“Es importante que haya una representante de los cartoneros en el Estado porque una sabe qué necesidades hay en el sector, porque las vivimos. De esa forma podemos ir organizado programas para resolver todas las demandas que cuesta solucionar individualmente”, explica Castillo, que hasta diciembre de 2019 trabajaba como recicladora urbana. “Arranqué a cartonear en 2001 cuando mi marido se quedó sin trabajo. Entré en el sistema de la Ciudad de Buenos Aires y de ahí, con un grupo de compañeros, armamos una cooperativa en Lomas De Zamora, donde estuve trabajando hasta la primera semana de diciembre”, relata.
Para Castillo, cuya dirección forma parte del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, su experiencia como cartonera le da otra visión para gestionar desde el Estado. "Si hay alguien en ese cargo que no entiende el trabajo que hacemos, es muy difícil. Cuando me siento con un compañero y hablo de par a par, es más fácil entender su problema y ayudarlo porque me conoce y porque también lo viví", resalta. Uno de los proyectos más importantes que lleva adelante la directora en la actualidad, es la creación de un sistema de reciclado que permitirá a los cartoneros trabajar de forma más digna, con los cuidados y herramientas necesarias.
Algo similar le ocurre a Gómez, quien se define como “un militante social de toda la vida”. “Vengo de los movimientos de desocupados, pero comencé a militar a los 17 años en la década del ‘80 con los curas tercermundistas”, cuenta. El ahora secretario de Agricultura Familiar -dependiente del Ministerio de Agricultura- nació en Esteban Echeverría y, según sus palabras, es hijo “de gente que vino a la ciudad desde el campo con el sueño del progreso que fue inconcluso”. En los 90 comenzó a militar en el Movimiento Campesino e Indígena de Santiago del Estero (MOCASE) y desde 2011lo hizo en Movimiento Evita, donde fue coordinador del frente agrario de la agrupación.
Gómez indica que desde la secretaría que conduce están trabajando para “visibilizar el sector y romper con la idea de que los pequeños productores somos emprendedores. Hay que mostrar que somos productores de alimento y de alimento sano, sin agroquímicos”. En ese sentido, también adelanta que están armando el Instituto de Tierra y Comunidad "para facilitar el acceso a la tierra", y un programa llamado Volvamos a la Tierra que, según el secretario, "tendrá que ver con generar comunidades agroecológicas para la producción de alimento en pequeños pueblos".
Menéndez, por su parte, señala que la organización popular en su conjunto históricamente "dio respuestas donde el Estado no llegaba y a veces no llega, o le cuesta llegar”. En ese sentido, remarca que “los movimientos ponen un plato de comida donde hay hambre y realizan centros comunitarios donde cuidan a los chicos cuando no hay espacio para dejarlos y poder salir a trabajar”. “Los movimientos sociales construyen comunidad. Eso es importante y me parece fundamental que toda esa construcción ahora también pueda ser impulsada desde políticas públicas”, puntualiza el subsecretario.
Con respecto al rol que ahora ocupa en el Estado, Gómez expresa: “creo que somos fruto de un acumulado histórico y si hoy referentes de los movimientos sociales estamos en roles de conducción, tiene que ver con ese pasado de lucha”. “Creemos que la política es generar condiciones de vida dignas para el pueblo y, que hoy los movimientos tengan un rol protagónico en el Estado, es una victoria colectiva. No estamos acá porque hicimos una campaña de marketing, somos otra cosa y tenemos la enorme responsabilidad de demostrarlo”, afirma.
Según el funcionario “sabemos que tenemos que trabajar con todos para generar una sinergia que nos permita poder optimizar los recursos que tenemos, que son escasos. En eso hay un saber hacer de los movimientos que siempre hemos sabido administrar en la escasés". Además, Gómez resalta que están llevando adelante "una gestión de puertas abiertas”.
En esa línea, Castillo comenta que se maneja con una idea similar desde su gestión: “Nadie me tiene que pedir una reunión. Si un laburante quiere verme, viene directamente. Esas cosas son las que cambiaron desde que estamos nosotros. No me gusta que me digan directora, para todos soy Mary”, explica. Luego precisa que mantiene un canal de comunicación constante mediante un grupo de WhatsApp con los cartoneros: "todos los días les pregunto cómo están, si necesitan algo". "Eso no existía y la diferencia con el gobierno anterior es que para mi ellos son compañeros y laburantes como yo. La mayoría del tiempo no vienen a mi oficina, yo voy al lado de ellos y me siento a ver qué están haciendo, qué necesitan", cuenta. También señala que "hay muchos compañeros de la economía popular que ahora están trabajando en distintas áreas del ministerio" y que todos lo hacen con la misma dinámica.
“Los que gobiernan tienen que ser más parecidos a los gobernados y nosotros cumplimos ese rol”, asegura Gómez. “Tratamos a los que vienen acá como personas, porque antes los trataban como un objeto. El Ministerio de Agricultura, además, es muy complejo porque históricamente estuvo sobre representada la oligarquía. Durante la gestión anterior, por ejemplo, les decían a los empleados que no podían levantar la mirada y no los saludaban”, asegura.
Con respecto a él y todos sus compañeros de los movimientos populares que ahora ocupan cargos, resalta que “también se nos presenta como desafío el conocer al Estado porque tiene sus propias dinámicas. Nosotros estamos acostumbrados al territorio, pero este es otro territorio que también está disputa. Tenemos que aprender y saber cómo movernos para que los sueños que traemos de las organizaciones, que son de todo un pueblo, los podamos ir concretando”. “Que las organizaciones sociales sean parte del Estado y de la gestión, es democratizar la política”, sintetiza.
Informe: Melisa Molina.