La Universidad Católica de Salta (Ucasal) habilitó los exámenes presenciales desde ayer y hasta el 31 de julio para el tercer y cuarto llamado del año según consta en el calendario académico. Sin embargo, un importante número de estudiantes inscriptos no puede llegar a rendir debido a que no fueron habilitados para el uso del transporte público. Las autoridades universitarias aseguraron que realizaron este pedido ante el Comité de Emergencia de Salta, pero que las normas de la empresa Saeta, que garantiza el transporte público en la Capital, son otras.
“Nos proponen ir a rendir con un protocolo de distanciamiento, pero los estudiantes no estamos llegando a rendir", contó a Salta/12 Virginia Herrera, de quinto año de veterinaria. "Para cada uno de los casos tenemos que mandar un mail a nuestras facultades que nos dan un permiso para el uso del transporte público, pero que no sabemos si sirve o no”, alertó.
En tanto, la vicerrectora académica de la Ucasal, Constanza Diedrich, dijo a este medio que “en mayo le presentaron al COE (Comité de Emergencia de Salta) la solicitud de la vuelta a los turnos ordinarios en forma presencial”. Ayer se inició el tercer llamado rendi exámenes, que va del 22 al 30 de junio. El cuarto llamado será entre el 13 al 31 de julio. “Lo que hicimos para guardar la distancia fue que las dos semanas que estaban pensadas para el receso se las tomara para los exámenes”, aseguró la autoridad universitaria.
Según Diedrich , desde la Universidad “se puso el tema del transporte y ahí estaba planteado dar al alumno una certificación especial con código URL”. La autoridad dijo que el COE había aprobado esa inclusión, pero “hicimos la presentación a la empresa y al parecer, eso va por otros canales porque Saeta dice que tienen que tener otra normativa”, advirtió.
No obstante, de acuerdo a los comunicados oficiales y a los correos electrónicos que les llegaron a los estudiantes, tras no obtener respuestas positivas desde Saeta, desde la Universidad “se apela a la caridad de las personas que tengan movilidad para pasar a buscar compañeros para rendir”, dijo Herrera. En ese sentido, manifestó que “apelar el tema de la solidaridad universitaria parece ridículo porque la gran mayoría no tiene vehículo”.
Para la estudiante esto es contradictorio porque “nos plantean un protocolo dentro del campus, pero romperíamos el distanciamiento social cuando tratemos de llegar porque un determinado grupo de personas va dentro de un auto”, aseguró. Contó que son muchos los estudiantes que no cuentan con movilidad propia y que para llegar a la universidad deben hacer uso del transporte público. “Tienen que ver cómo llegan o mandar un mail con muchas horas de anticipación para ver si pueden rendir desde sus casas”, relató la estudiante.
Ante esta situación, Diedrich afirmó que “se está atendiendo cada uno de los casos y se está viendo alguna solución”. De igual manera, no descartó que “de pronto el transporte se autorice”. También aclaró que todas las gestiones que realizó la Universidad solo se vincularon a la toma de exámenes porque “no se está realizando otro tipo de actividad”.
Por su parte, el presidente de Saeta, Claudio Mohr, dijo a Salta/12 que el uso del transporte público por parte de los estudiantes de la Ucasal “por el momento, no se pudo aplicar”. Afirmó que las autoridades universitarias “lo que presentaron fue el pedido de autorización del protocolo para tomar exámenes y la Provincia los autorizó, pero no autorizó que hicieran uso del transporte público”.
En ese sentido, aclaró que el COE habilita distintas actividades, pero el uso del servicio de colectivos solo está garantizado para las tareas esenciales. “Hasta el momento se habilitaron 55 actividades esenciales y después hay otras actividades como el esparcimiento o la pesca y en ese mismo sentido, están los alumnos que deberían rendir”, sostuvo el presidente de Saeta. No obstante, aseveró que “no significa (que las actuales disposiciones) puedan modificarse”.
Nada de la nueva normalidad
Herrera dijo que si se hubiera pensado desde un primer momento la toma de exámenes virtuales la situación habría sido “más cómoda”. “Ellos abren la nueva normalidad, pero cada uno de nosotros vuelve a esa normalidad como puede o en todo caso, pierde la mesa”, lamentó.
Explicó que existen estudiantes que toman dos colectivos o que incluso, algunos debieron retornar a sus localidades fuera de la Capital de Salta. “Muchos quieren volver a rendir, pero se ven imposibilitados de hacerlo”, destacó.
En su caso, tuvo que mandar un mail con 96 horas hábiles de anticipación para solicitar rendir de forma virtual. Sin embargo, la estudiante manifestó que otra dificultad que afrontaron durante la cuarentena y ahora el distanciamiento, es la escasa conectividad que tienen los estudiantes sumada a la falla de la misma plataforma de la Universidad. “Ese es otro factor más porque el ingreso masivo de estudiantes hace que la plataforma colapse. Se tilda la plataforma, perdés el tiempo y desaprobás”, afirmó.
Según Herrera, la toma de exámenes fue muy cercana con los últimos parciales que rindieron. Basada en su experiencia, la estudiante dio un último parcial el jueves pasado y ayer ya tenía el tercer llamado, por lo que no tuvo tiempo de preparar el examen y perdió la mesa.
Si bien, las fechas de exámenes no se modificaron según el calendario académico, lo que sí sufrió modificación fue el dictado de las clases. “Hasta que los profesores se organizaron con la plataforma, nos dimos a último minuto con los exámenes”, problematizó.
En cuanto a la toma de exámenes de ayer, Diedrich contó que estaban anotados 450 alumnos. Otro de los días el número puede ascender a 700 inscriptos y “si vos lo dividís por la cantidad de aulas se logra una distribución que permite mantener las normas de seguridad”, aclaró.
El protocolo establecido dentro del campus va desde la toma de temperatura, uso de alcohol en gel y la distancia física dentro de las aulas. “Tenemos marcadas las aulas”, destacó. La Universidad cuenta con 90 aulas y se asignaron cinco franjas horarias de toma de exámenes por día. Ayer se contabilizó que en una de las franjas usaron 25 de las 90 aulas, lo que constituyó la mayor concentración de estudiantes.
“Para nosotros es importante haber iniciado este principio de normalidad que era requerido por los docentes y los alumnos para volver concretamente con la dimensión evaluativa”, finalizó.