Desde Río de Janeiro.Aunque esperada, no deja de sorprender la autocrítica de la derecha brasileña, en la voz de Pedro Cafardo, editor ejecutivo de Valor, el periódico de la gran comunidad empresarial brasileña. Causa furor porque la élite brasileña, responsable de las desgracias que vive el país, nunca asumió sus responsabilidades.
Afirma que la clase dominante de Brasil fue responsable por la elección de Jair Bolsonaro y necesita hacer un mea culpa por su elección. Critica a empresarios, políticos y periodistas influyentes que aún no se han disculpado por la elección de Bolsonaro y que, según él, eluden sus responsabilidades. “Los políticos influyentes fueron omisos en la campaña electoral y dieron un aire de ‘joder el país’”, escribió Cafardo.
“Los empresarios sólo pensaron en sus propios intereses y comenzaron a aceptar a ‘cualquiera’, siempre que no fuera del Partido de los Trabajadores (PT). Está claro que la elección del presidente fue responsabilidad de las élites brasileñas, desde los agronegocios hasta la industria, evidentemente pasando por el sector financiero. No hay cliché de izquierda en el uso la palabra ‘élites’ en esta declaración. Eran, sí, los más ricos y teóricamente bien informados quienes lo han elegido, o habían trabajado con las manos y la mente para hacer elegir al presidente actual. Ahora necesitan hacer mea culpa ”, dice.
Luego afirma que los elegidos sabían que Bolsonaro adoptaría una política conservadora, hostil a China y que no daría ninguna importancia a causas ambientales, entre otras cuestiones. El presidente actual tiene muchos y graves defectos, pero también una cualidad: nunca mintió sobre sus intenciones autoritarias. Las élites simplemente no sabían, pero podían sospechar, que él adoptaría una política tan desastrosa en el área de la salud.
¿Cuál es el significado de este mea culpa? En primer lugar, nos damos cuenta de que es posible, incluso desde el punto de vista de las grandes empresas, darse cuenta de estas cosas, tan obvias para nosotros. Segundo, que el PT es realmente el fenómeno maldito de la derecha brasileña. Que el miedo al PT de regresar a un gobierno que privilegia los derechos de todos, la distribución del ingreso, es el fantasma que enloquece a toda la derecha. Eso, a pesar de que sabían quién era Bolsonaro, empresarios, medios de comunicación y políticos, lo preferían al PT, sabiendo los valores que representa y las posiciones que tiene.
Quienes tienen que criticarse a sí mismos son los que han fracasado, los que han llevado a Brasil a la peor crisis de su historia. Y no el PT, porque sus gobiernos han resultado exitosos, hasta el punto de que sólo con un golpe fue posible interrumpir ese círculo virtuoso de la historia de Brasil. Ahora el armadillo está arriba del árbol. No subió solo. Alguien lo puso allí: empresarios, periodistas, políticos. Y Cafardo no mencionó al Poder Judicial. Todos tendrían que hacer autocrítica, pero la autocrítica no es un ejercicio teórico, sino que debe ser una autocrítica práctica.
¿Qué significa hoy la autocrítica práctica? Sólo puede significar la anulación de la lista Bolsonaro-Mourao y convocar a nuevas elecciones. Un proceso en el cual, se supone, quien hace la autocrítica tendrá que desmantelar su odioso mecanismo de elegir a cualquiera, excepto al PT. Y luego reconocer el éxito de los gobiernos del PT, que producen esta ojeriza de empresarios, políticos, periodistas, jueces. Hay que permitir que Brasil supere el daño causado por su elección equivocada.