El ex director de Contrainteligencia de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Diego Dalmau Pereyra, admitió que armó el grupo de espías conocido como Super Mario Bros pero que no tuvo nada que ver con el espionaje ilegal a políticos, dirigentes gremiales, periodistas y religiosos. En su declaración ante la Comisión Bicameral de Seguimiento de los Organismos de Inteligencia, tácitamente dio a entender que el jefe directo de Super Mario Bros, Alan Ruiz, se manejó solo, relacionado con Gustavo Arribas. Es que Dalmau señaló que Arribas estaba disconforme con que la labor de Contrainteligencia fuera sólo de inteligencia criminal y que no tuviera más seguimiento de lo político, por lo cual --supuestamente-- Arribas lo alejó del cargo y lo mandó a Chile.
Las versiones, ya poco creíbles hasta ahí, naufragaron seriamente cuando habló del viaje a Paraguay para detener al narco Ibar Pérez Corradi. Dalmau dijo que únicamente fue a darle un respaldo institucional al apresamiento, pero los legisladores le exhibieron un informe en el que se demuestra que viajó a Paraguay en el mismo avión y en asientos contiguos con los abogados de Pérez Corradi. En fuentes de la AFI siempre se dijo que Dalmau participó del acuerdo pero luego fracasó porque el pacto era que Pérez Corradi iba a acusar a Aníbal Fernández de vínculos con el narcotráfico. Pérez Corradi no pudo sostener con pruebas lo que le pedían y toda la operación fracasó. Por eso a Dalmau lo habrían mandado a Chile y no porque se negó a hacer espionaje político.
Dalmau Pereyra fue un declarante muy distinto de los policías de la Ciudad que estuvieron en días anteriores en la comisión Bicameral. Fue oficial del Ejército y luego profesor de la Escuela Nacional de Inteligencia, de manera que exhibió otro profesionalismo para responder las preguntas de la comisión que preside Leopoldo Moreau. De todas maneras, una realidad que no pudo eludir es el armado del grupo de espías que siguieron a políticos de la oposición al macrismo y también a políticos del propio macrismo, asi como a protagonistas tan distintos como Pablo y Hugo Moyano , el obispo Jorge Lugones y hasta la hermana de Mauricio Macri, Florencia . El ex director de la AFI admitió que él reclutó a los integrantes de Super Mario Bros, incluyendo a Alan Ruiz, aunque dijo que Ruiz tenía fuerte relación con Patricia Bullrich.
El lunes por la noche, el juez Federico Villena ordenó el allanamiento de la casa de Dalmau Pereyra , en Escobar, porque en todos los celulares de los espías de Super Mario Bros --Leandro Araque, Jorge Sáez, el abogado Facundo Melo-- aparecían chats y llamadas con el jefe de Contrainteligencia. De manera que en la causa judicial de Lomas de Zamora está claro el vínculo de Dalmau con el grupo que realizaban los seguimientos y espionaje ilegal. Un par de horas antes del allanamiento en Escobar parece que alguien le avisó a Dalmau lo que se venía. El ex funcionario dejó su casa y se llevó su celular.
La declaración de Dalmau en la Bicameral fue muy resbalosa, con afirmaciones a medias y eludiendo los artículos del Código Penal. Por lo tanto dijo que no sabía de las operaciones ilegales de Super Mario Bros, que en todo caso las órdenes las dio Ruiz, y le echó la culpa directamente a Arribas. Su argumento central fue que Arribas lo desplazó del cargo y que después de eso el grupo se lanzó al espionaje político. Contrainteligencia es una dirección de la máxima importancia: le reportaban unos 300 agentes.
La operación Pérez Corradi
Más allá de las dudas que crearon sus dichos, el ex funcionario de la AFI naufragó cuando habló de la detención de Pérez Corradi en Paraguay, una operación que constituyó una grotesca maniobra política. El acuerdo consistía en que el narco, al que vincularon con el triple crimen de General Rodríguez y sobre todo con el tráfico de efedrina, debía involucrar al ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández. A cambio obtendría un lugar de detención menos rígido e incluso aspiraba a que le permitan viajar a Estados Unidos.
En el acuerdo intervinieron Pablo Nocetti, el hombre de Patricia Bullrich, y Darío Biorsi y Dalmau Pereyra por el lado de la AFI. Por parte de Pérez Corradi negociaron sus dos abogados, Carlos Broitman y Juan José Ribelli. En su declaración del martes, Dalmau dijo que él sólo fue a darle solidez institucional a la detención de Pérez Corradi y que no tuvo intervención directa. Los legisladores le mostraron el informe de Migraciones en el que figura que viajó a Paraguay junto con Broitman y Ribelli, en los asientos contiguos. Es más, su gestión fue tan irregular, que el viaje no figura oficialmente ni siquiera en la AFI.
La versión más extendida es que Dalmau Pereyra pagó los platos rotos de la operación fallida del acuerdo con Pérez Corradi. El narco declaró ante la jueza María Servini y sólo alcanzó a decir que uno de los muertos en el triple crimen, Sebastián Forza, le contó que Aníbal era La Morsa, el que tuvo que ver con la efedrina y los asesinatos. No pudo aportar una sola prueba y Servini ni siquiera llamó a declarar a Fernández, pese a la insólita campaña mediática que se había armado. Lo que se dice es que la debacle de la operación obligó a Dalmau a dejar su poderoso cargo y terminó en Chile como agregado de Inteligencia. Este martes Dalmau dio otra versión, poco sostenible, pero tarde o temprano tendrá que declarar ante el juez. Y allí puede ser distinto.