A veces los invitados no cumplen a pie juntillas el rol que les adjudican los anfitriones. Algo así ocurrió con Beatriz Sarlo, convocada a opinar sobre la marcha a favor de la concursada Vicentin en el programa Living in America, conducido por Débora Plager y Alejandro Fantino.
La cadena de medios opositores se encargó de poner en el centro de la agenda informativa a la protesta del sábado pasado en rechazo a la intervención de la fallida cerealera. Como ocurre desde que empezó el aislamiento social, su alcance resultó difícil de precisar. En todo caso, la movilización más importante se registró en el pueblo de Avellaneda, Santa Fe, donde está ubicado el cuartel general de la empresa. También se reunieron algunos cientos de personas en Córdoba capital y otras tantas junto al Monumento a la Bandera, en Rosario, y en el Obelisco, en Capital. A los pocos manifestantes de a pie, los acompañaron un número indeterminado de motorizados, seguramente varios miles, que los periodistas interesados decodificaron como una manifestación "masiva", "multitudinaria" o "histórica".
Agotados los adjetivos, llegó el turno de las interpretaciones sobre lo ocurrido, por lo que los distintos productores radiales y televisivos empezaron a convocar a los pensadores que consideran "amigos". Seguramente con ese criterio, el programa "Living in América", llamó a Beatriz Sarlo para pedirle su opinión sobre lo sucedido.
Pero algo falló. La intelectual no siguió el libreto esperado y Débora Plager perdió la paciencia. Como Beatriz Sarlo no es fácil de intimidar, la incomodidad de la periodista quedó completamente expuesta.
--La primera pregunta que te hacemos es quiénes marcharon, quiénes estaban ahí en ese mapa diverso en las distintas provincias argentinas --arrancó segura Plager.
--La marcha es muy diversa, como dijiste, y uno no puede pensar que todos ellos eran accionistas de Vicentin, o sea que fue una movilización con un caracter más bien político, como en el momento de la 125, cuando miles de personas que no se veían afectadas en absoluto se movilizaron para que esa disposición fuera derogada, En este caso se juega algo que en realidad tiene que ver con la propiedad. De alguna manera ese gente fantaseó que lo de Vicentin podía llegar a terminar en que le sacaran un departamento de 70 metros cuadrados, lo cual es completamente inverosímil. Así que la movilización tenía que ver con la propiedad, y así se veía en los carteles y en la composición social de la gente que se movilizaba, No eran accionistas de una importantísima sociedad anónima que vende cereales, era gente que protestaba por el destino de sus pequeños ahorros, de su pequeña propiedad, de 20 hectáreas que compró alguna vez en alguna provincia...
--Sí, también se escuchaba algo vinculado a la independencia de poderes, los valores de la república, que las decisiones del Ejecutivo no pasen por encima de las decisiones de la justicia --la interrumpió la periodista--. ¿A vos te parece inverosímil que la gente pensara que "van por lo mío", por la propiedad privada?
--Me parece completamente inverosímil --la decepcionó Sarlo--. ¿A vos te parece verosímil que este gobierno piense en expropiaciones que afecten a las pequeñas propiedades?
--No, un departamento de 70 metros cuadrados de un vecino de la Capital, no. Me parece que si vemos la película un poco más amplia, ahora se viene una catarata de concursos y quiebras y con muchas empresas en una situación difícil... que no sea esto un modus operandi. Que no sea solo el caso Vicentin sino una puerta que se abre --insistió Plager sin ganas de darse por vencida.
--Yo creo que el caso Vicentin es muy especial. Si una ve en La Nación, que no es un diario marxista leninista, la historia de los créditos que recibió diariamente Vicentin del Banco Nación en la época de González Fraga, uno ve que es un caso muy especial, que fue muy favorecida. La gente que marchó, si quiere pedir un crédito hipotecario tiene que llenar más papeles que si quiere cambiar de nacionalidad y hacerse china --cerró Sarlo.
En ese punto, el intercambio se concentró en el papel que jugaron los periodistas en generar esa confusión en la gente, con Plager a la defensiva. Tuvo que acudir en su rescate Alejandro Fantino, que recurrió a citar la contratapa del domingo de José Pablo Feinmann en Página/12 para llevar la conversación al terreno de la grieta que divide, o no, a la sociedad argentina desde hace décadas.