A mediados de los años ´90 y siendo estudiantes de Sociología en la UBA, un colega le consultó a un eminente sociólogo y profesor sobre el fútbol como objeto de investigación; la respuesta fue peyorativa, desestimándolo, pese a que los estudios sociales sobre el deporte –y el fútbol– se desarrollaban en diversos lugares del mundo desde ya tiempo.
Quizás precisamente por el peso concreto y simbólico del fútbol en Argentina, y cierto desdén peyorativo ad hoc, la academia demoró hasta hace no tanto tiempo en incorporar al deporte y la actividad física en su entramado. Los trabajos pioneros y solitarios de Eduardo Archetti, el grupo encabezado por Pablo Alabarces y María Graciela Rodríguez en Comunicación Social de la UBA, núcleos de trabajo o encuentros en Filosofía y Letras de la UBA o de CLACSO o las investigaciones de Julio Frydenberg en historia social, surgieron hacia fines del siglo pasado y dieron paso a la futura consolidación de grupos de investigación también en La Plata –relacionados más al cuerpo y la educación física– o el Centro de Estudios del Deporte (EPG-UNSAM) en 2004. Luego, investigadores más jóvenes fueron consolidando el campo y abriendo otras líneas de investigación, generándose nuevas instancias como diplomaturas en política y gestión deportiva o asociaciones civiles (UNSAM, UNTREF), una licenciatura y un posgrado en actividad física y deporte (UNDAV), así como también algunas líneas de investigación y ciertos núcleos en universidades de algunas provincias.
Todo este proceso permitió comenzar a investigar más allá de la lógica que hasta el momento había hegemonizado el campo, que era la del periodismo, y hacerlo por fuera de visiones apocalípticas del estilo Sebreli, o del tipo románticas, acríticas y edulcoradas. A la vez se inició un diálogo tenso y fructífero con diversas corrientes de la comunicación social y el periodismo, las que –como en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de La Plata– incorporaron docentes provenientes de otras ciencias sociales. De manera más esporádica, investigadores se relacionaron con distintos ámbitos del Estado y las políticas públicas, como en una fallida participación en seguridad en el fútbol en la gestión de Javier Castrilli, un profundo documento elaborado tiempo después sobra las violencias en el fútbol, o la participación de quien esto escribe en la redacción de las leyes 27.201 y 27.202 (de creación del ENADED y de actualización de la ley del Deporte) en 2015.
En la actualidad el campo se encuentra más consolidado desde la diversificación de temas, con la existencia de un seminario permanente de jóvenes investigadores de distintos ámbitos universitarios que incluso interrelacionan –en muchos casos– con otros espacios del deporte participando de medios periodísticos, de asociaciones de hinchas y socios de clubes o de los clubes mismos.
Pese a que no existe aún un espacio académico dedicado de forma íntegra a la formación, investigación y docencia en deporte y actividad física, podemos afirmar que nuestras instituciones deportivas, la historia social y política del deporte, las dimensiones de género, de gestión, de ocio y tiempo libre, los medios de comunicación, las violencias en el deporte, entre otras temáticas y afortunadamente más allá del fútbol, son parte de la agenda de hoy en las universidades nacionales y públicas.