Desde hoy en el Malba se puede recorrer Tiempo partido, la primera exposición en el país del colectivo de artistas canadienses General Idea, producida en conjunto por el museo argentino y la Fundación Jumex Arte Contemporáneo, de la ciudad de México. De allí proviene esta muestra retrospectiva que reúne publicaciones, instalaciones, fotografías y videos. General Idea fue creado en 1967 en Ontario por AA Bronson (1946), Felix Partz (1945-1994) y Jorge Zontal (1944-1994). En veinticinco años de carrera, el grupo se destacó por su amalgama entre activismo y vanguardia estética, subversión crítica y apropiación del lenguaje de los medios masivos de comunicación para instilar dosis de veneno en la burguesía. Ayer, en una entrevista pública con el curador de la muestra, AA Bronson repasó la historia del grupo, que incluyó participaciones en la Bienal de Venecia y en la Documenta de Kassel, y su influencia en varios artistas y grupos de la actualidad.
“Queríamos ser famosos, glamorosos y ricos. Es decir, queríamos ser artistas, y sabíamos que si éramos famosos y glamorosos, podíamos decir que éramos artistas y lo seríamos”, se lee en “Glamour Manifiesto”, texto reproducido en el catálogo con que el Malba acompaña la muestra. La autoconciencia, el humor bufo y la recuperación artística de situaciones trágicas (como el apartheid o la epidemia del sida, que no tardó en llevarse a dos de los tres integrantes del grupo en los aciagos años noventa) son algunas de las claves para apreciar la obra de General Idea.
“La idea del tiempo es la clave de esta exposición -señala Agustín Pérez Rubio. El tiempo está en lo performativo, en las fechas que ponen en los títulos. En las pastillas, por ejemplo, de Un día de AZT o Un año de AZT. Están presentes la idea de lo sincrónico y lo diacrónico, lo histórico, lo arqueológico, el tiempo futuro, el tiempo imposible de aprehender. Hablé con AA Bronson sobre esta idea y le gustó mucho porque no habían hecho una muestra con ese eje hasta el momento.” Años atrás, el director artístico del Malba había cuidado una exposición con los proyectos de ediciones, objetos y el merchandising de GI hecho en colaboración con otros artistas.
Hasta hoy, Brasil había sido el único país de América Latina en presentar una instalación de General Idea, en la Bienal de San Pablo de 1998. Ahora, Fin de Siècle se podrá ver en la Sala 3 del Malba. Las sátiras de GI sobre la información como virus, la viralización de las imágenes como mercancías y el virus del VIH como signo de los tiempos rinden cuenta del carácter político del proyecto. En Leche nazi, a un niño rubio que toma su merienda se le dibuja en los labios un bigote a lo Adolf Hiltler. “Nunca hubo un solo show de General Ideal en América Latina y ésta es una gran oportunidad para darlos a conocer -dice Pérez Rubio. Hay que recordar que uno de sus integrantes, Jorge Zontal, se crió desde pequeño hasta los dieciocho años en Venezuela. En la exposición hay obras que tienen que ver con la mixtura, el gesto poscolonial y la convivencia.”
¿Cuál es la vigencia del arte de los GI en la Argentina? Responde el curador: “Me interesa que el trabajo le llegue al público general porque General Idea tiene un concepto visual que llega rápidamente a la gente y a la vez es un trabajo muy comprometido. Sobre todo por sus contenidos, además de que tienen obras que han sido muy innovadoras. Trabajaron en los años 60 con la moda, los medios masivos, los derechos de las imágenes y el sida. Es un mensaje de una época muy determinada pero que sigue teniendo importancia hoy. Volver sobre temáticas como la raza, la pluralidad de géneros, la diversidad sexual, la enfermedad y la imaginación por medio de arte como herramienta es fundamental.”
Si se acepta que General Idea parodió la sigla militar GI (referida a todo lo vinculado con el ejército de Estados Unidos), es posible afirmar que el grupo batalló con estilo desde mediados de los años 60 por los derechos de las minorías: indígenas, mujeres, gays, lesbianas y trans, presos políticos e inmigrantes. Tiempo partido, que se podrá ver hasta el 26 de junio, representa un homenaje y la donación de un legado conceptual vivo.