Antes de desembarcar en la función pública, Juan José Aranguren desempeñó toda su vida laboral en la petrolera Shell. Fueron 37 años en la firma y 12 como presidente hasta su retiro de la compañía en junio de 2015. En 2005 adquirió notoriedad cuando cuestionó la política de control de precios y el entonces presidente Néstor Kirchner llamó a boicotear a su compañía. Desde entonces mantuvo una relación tensa con el kirchnerismo y se ganó una fama de duro que le abrió las puertas a la política de la mano de Mauricio Macri, quien lo designó ministro de Energía en diciembre de 2015, puesto desde el que llevó adelante un brutal ajuste de tarifas, luego de 12 años de congelamiento, hasta que el entonces presidente lo despidió en junio de 2018.
No sólo generó polémica su política de tarifazos permanentes sino también la decisión de mantener los ahorros de toda su vida en el exterior mientras trabaja de convencer a los inversores para que confiaran en el país. En marzo de 2018 llegó aseguró que no había repatriado su dinero. “Tiene que ver con la confianza que hemos perdido en Argentina”, aseguró este ingeniero nacido en Beccar y recibido en la Universidad de Buenos Aires.
“Casi todo ese ahorro que tengo afuera fue producto de una bonificación que recibía de mi anterior empleador (Shell) en acciones de esa empresa, que obviamente estaban en el exterior. Y era un momento en que Argentina, durante 3 o 4 años, tenía un cepo cambiario. Entonces, ¿para qué iba a traerlo?”, agregó. En aquel momento le recordaron que Macri había levantado el cepo, pero él seguía manteniendo su plata afuera. “Hay un dicho: el que se quemó con leche, ve una vaca y llora”, concluyó.