Corría 2005 y de la mano de Gustavo Alfaro, Quilmes afrontaba una histórica participación en la Copa Libertadores. Para reforzar al plantel llegó Matías Almeyda, que en un partido como local ante el San Pablo de Rogerio Ceni y Diego Lugano posó con dos bebés en sus brazos: eran los mellizos Luka y Tobias Romero, hijos del ex jugador del club Diego Romero y nietos de Pepe, histórico referente de las divisiones inferiores cerveceras.
Quince años después, Tobías es arquero en un equipo regional en Formentera, mientras que Luka es la portada de todos los diarios deportivos de España: con los 10 minutos que disputó ante el Real Madrid con la camiseta del Mallorca se transformó en el jugador más joven ingresar a un partido de la Liga española, gracias a un permiso especial ya que hasta los 16 años no puede firmar contrato, más allá de que el club le paga el departamento donde vive y espera blindarlo al menos hasta 2023.
Las casualidades del destino y el derrotero futbolístico de su padre determinó que Luka y Tobías nacieran en México, cuando Diego jugaba para Alacranes de Durango en el ascenso azteca. Tras debutar en Quilmes y jugar en Atlético Rafaela, casualmente bajo el ala de Gustavo Alfaro, Romero había tenido una experiencia en Eslovenia y siguió su carrera por Ecuador, antes de radicarse definitivamente en España tras recalar en el CD Villanueva. En Ligas regionales, Romero padre sigue despuntando el vicio en clubes como Formentera, Saint Jordi, Santanyi y Son Verí, su último equipo.
En Formentera crecieron los mellizos, con una pelota en los pies como mandato familiar, ya que la historia de Diego y Pepe hay que sumarle que sus tíos Leonel y Gustavo también pasaron por las divisiones juveniles de Quilmes. Y de la rama materna, su abuelo Alfredo Bezzana también fue futbolista profesional en el Cervercero, mientras que sus tíos Alfredo y Flavio hicieron inferiores en el club antes de seguir su trayectoria en otros equipos de ascenso.
La primera referencia del talento de Luka se remonta a 2012, cuando lo "descubrió" Dani Alves y, sin quererlo, lo rebautizó con un apodo que a la familia lo incomoda: "el nuevo Messi". El crack brasileño, tal vez uno de los mejores socios que haya tenido el astro rosarino, estaba de vacaciones en las playas de Formentera cuando vio a un nene de ocho años que no paraba de hacer jueguitos. Cuando los paparazzis lo descubrieron, Alves tuvo una reacción que podría quedar en la historia: "No me saquen fotos a mí, sáquenle al chaval que es el nuevo Messi".
Nacido en México, con nacionalidad española y de padres argentinos, Romero tiene la opción de jugar por cualquiera de los tres países. "Mi sueño es jugar para Argentina", dijo desde muy chico y, a pesar de los intentos de seducirlo por parte de las dos federaciones, el juvenil ya se calzó la camiseta albiceleste en la Selección Sub 15 que salió subcampeona en el Sudamericano de la categoría a fines del año pasado.
Para ello mucho tuvo que ver Alejandro Saggese, el entrenador del equipo, bajo la supervisión del coordinador de las selecciones juveniles, Bernardo Romeo. En 2018 contactaron al chico que ya daba que hablar en España y organizaron entrenamientos durante una semana completa, para justificar el viaje. La experiencia se repitió un par de veces más, hasta que llegó el momento de citarlo formalmente para el Sudamericano de Paraguay donde Argentina perdió en la final ante Brasil. Aunque todavía no llegó a dirigirlo, Romero es pieza fija para Pablo Aimar en las próximas citaciones de la Sub 17.
Zurdo, rápido, muy hábil y goleador, las comparaciones con Messi son inevitables. Aunque no quiera cargarle de presión, el propio Saggese lo admite. "Es un zurdo rápido, reúne características que si lo pensás bien... Tiene una forma parecida de querer driblear todo el tiempo, de querer salir... Tiene una forma parecida a cuando Messi arrancó, pero...", le dijo el entrenador al diario Olé.
En Mallorca, el entrenador Vicente Moreno sabe que tiene una joya a la que hay que pulirla. "Más que decirle cosas a nivel táctico, intenté tranquilizarlo. Le puse la mano en el corazón y le iba a 2.000 revoluciones", contó el técnico tras el debut ante el Real Madrid. "Estamos hablando de un chico que tiene 15 años. Es un chico que si le hemos metido ahí a jugar es porque pensamos que lo merecía y que tiene condiciones. En los entrenamientos le estamos dando estímulos y los va cogiendo y siendo mejor cada día. Era cuestión de buscar un momento de debutar y a ver el futuro, porque es un gran jugador", remarcó Moreno.
En el cuerpo técnico de Moreno también hay un eslabón clave en la formación de Romero, con acento argentino. Se trata de su ayudante de campo, Daniel Pendín, un rosarino de 45 años que llegó a lugar en las divisiones inferiores de Newell's y debutó en primera en Central Córdoba, donde anotó siete goles en 14 partidos. Luego siguió su carrera por el Oviedo y varios equipos de ascenso de España hasta recalar en el Xerez, donde se retiró pero comenzó a dirigir sus equipos juveniles. Desde allí lo convocó Moreno, para que sea su mano derecha desde 2018.
Con la confianza de Pendín y el técnico Moreno, el pibe se adaptó muy rápido a las exigencias de un plantel de primera división y se fue ganando un espacio. Estuvo en el banco de suplentes ante el Villarreal, no pudo hacerlo ante el Barcelona, hasta que finalmente vio sus primeros minutos en el fútbol profesional un 24 de junio, el día del cumpleaños de Messi en un estadio que se llama Alfredo Di Stéfano. El tiempo dirá si se trató de una simple casualidad o de una marca del destino.