Junto al presidente Alberto Fernández y al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, el gobernador Axel Kicillof advirtió que "en el AMBA la enfermedad está en un estado de circulación exponencial" y pidió que la decisión de endurecer el aislamiento, con excepción para parte del sector industrial, no se viva como "una derrota, porque lo que hicimos nos permitió estar mucho más preparados".
Así el gobernador confirmó la vuelta al aislamiento social preventivo y obligatorio en el Conurbano bonaerense y destacó, después de rumores de malos entendimientos, el acuerdo alcanzado con el jefe de gobierno porteño: "Conseguimos en estos días llegar a un diagnóstico idéntico".
Actividades habilitadas
A diferencia de otros 70 municipios bonaerenses, que ya se encuentran en fase 5, en el Conurbano solo podrán circular en transporte público las personas que sean parte de las tareas esenciales habilitadas en el inicio del aislamiento, a las que se sumarán la actividad bancaria y el servicio de delivery para las casas de comida. Lo mismo correrá para los comercios. "El AMBA es una zona única, la enfermedad va y viene y hay que pararla", sostuvo el mandatario provincial.
A pesar de volver a fase 1, Kicillof señaló que se mantendrá la actividad industrial para las empresas vinculadas a actividades esenciales, aquellas habilitadas en parques industriales, las que producen con fines de exportación y aquellas en las que la detención de la producción puede poner en peligro el suministro. "Todos con transporte propio y protocolos aprobados", aclaró el gobernador, respecto del objetivo de reducir la circulación en el transporte público e intensificar los cuidados.
"Sabemos que el esfuerzo que les vamos a pedir hoy es agotador. Sabemos de la angustia, del cansancio, pero lo que vamos a hacer a partir de ahora es para evitar angustias mucho peores, para evitar la angustia de perdidas irreparables", subrayó el gobernador, quien destacó las medidas económicas tomadas por el Gobierno nacional, que mantendrá el programa ATP y el IFE para la zona metropolitana de Buenos Aires.
"No es una derrota"
Kicillof señaló que la marcha atrás en el AMBA no es exclusivo de la Argentina sino que "pasó en todos los lugares del mundo, cuando aumentaron los contagios" y convocó a la sociedad a tomar nuevamente conciencia de enfrentar una pandemia que no tiene "ni tratamiento ni vacuna".
"Hay que hacer retroceder el virus: tomar medidas más duras, vaciar las calles, volver a quedarnos en casa. Parar con las reuniones sociales, las transgresiones, el relajamiento. Porque el aumentó el aumento de casos genera saturación en la capacidad hospitalaria", advirtió.
De todas maneras, el gobernador pidió que la nueva cuarentena no fuera vista como "una derrota" porque "nos permitió estar mucho más preparados" en una provincia con 77 hospitales provinciales y 222 centros de salud municipales. En ese sentido, resaltó la apertura de nuevos centros de atención, la duplicación de camas de terapia intensiva --"hoy ya estarían casi agotadas"--, y el equipamiento para profesionales de la salud y trabajadores esenciales. También destacó la apertura de 18 centros de testeos que permiten realizar 3 mil test por día.
"Probablemente el resultado no se vea en los primeros días, pero es importante saber el resultado del esfuerzo que estaremos haciendo. Los efectos de un aislamiento más fuerte se van a observar en 10 o 15 días", adelantó el gobernador, quien aseguró que "este años se va a recordar como el año en el que todos colectivamente decidimos cuidar la vida de todos los argentinos y bonaerenses".