Axel Kicillof dijo ayer durante el anuncio de la extensión de cuarentena, que la de Buenos Aires “es la provincia más grande de la Argentina si no contamos la Antártida” y generó una catarata de comentarios en Twitter. Hubo quienes se burlaron del gobernador bonaerense e interpretaron erróneamente sus dichos. De todas formas, técnicamente, la porción argentina del continente blanco tiene rango de provincia como parte de la jurisdicción de Tierra del Fuego.
A la cabeza de la confusión estuvo el economista neoliberal Manuel Adorni, que manifestó ignorar que la Antártida está comprendida como parte de la jurisdicción de la provincia más austral de la Argentina.
El 26 de abril de 1990, el Congreso Nacional sancionó la ley 23.775, por la cual Tierra del Fuego dejaba de ser territorio nacional y pasaba a ser una provincia más, con derechos políticos para todos sus habitantes, que en 1991 pudieron votar a su gobernador. La norma aprobada hace 30 años definió a la 23ª provincia de la Argentina así: Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Se reconoce de esa manera la soberanía sobre la Antártida Argentina y sobre los archipiélagos de las Malvinas, Sandwich y Georgias del Sur. El gobernador en Ushuaia es la máxima autoridad.
Si se suman las superficies de Tierra del Fuego, la Antártida Argentina y las islas del Atlántico Sur, se trata, efectivamente, de la provincia argentina más extensa, con algo más de un millón de kilómetros cuadrados, por delante de los algo más de 300 mil kilómetros de la provincia de Buenos Aires. Son territorios fuera del continente. La porción antártica suma 965 mil kilómetros cuadrados, si bien no es apta para vivir.