Que los entrenamientos volverían en agosto, que el fútbol se reiniciaría en octubre, que la Libertadores arrancaría antes... El calendario del fútbol argentino para lo que queda de 2020 es todavía un lienzo sin estrenar. Nunca taxi. A excepción de una fecha, claro, la de este martes, el famoso 30 de junio, cuando los contratos de más de mil futbolistas profesionales lleguen a su fin .
Mucha tinta se le ha dedicado al tema, motivando a la intervención de la AFA y Futbolistas Agremiados para parchear la situación que dejará a muchos jugadores sin trabajo en un semestre donde los clubes ajustan sus números mientras caen los ingresos. La solución fue garantizar un "máximo de cinco pagos equivalentes, cada uno de ellos,
al básico de convenio de la categoría correspondiente al último club con
el que estuvo vinculado" el o la futbolista, además de la obra social. Los montos mensuales irían de 20 mil hasta 34.500 mil pesos, según la división en la que jugaban.
Con varios nombres rutilantes a un paso de quedarse con el pase en su poder y salir a vender su fuerza de trabajo a mercados más redituables, renovar por igual o menores montos, o aventurarse al mercado laboral y no conseguir reubicarse, las negociaciones se estiran hasta la fecha límite para ver quién da el brazo a torcer. En ese sentido, ¿cuál es la situación de los principales animadores del fútbol argentino, aquellos clubes denominados "grandes"?
Boca, el último campeón nacional de la era pre pandémica, protagoniza varias novelas durante el parate. La de mayor audiencia parecía casi definida, con el anuncio del propio Carlos Tevez de que firmará por seis meses y donará su salario a una entidad benéfica. Pero desde el club se pusieron firmes con la contraoferta que le hicieron inicialmente (contrato por un año y una baja considerable de los montos), así que todavía resta un capítulo para resolverse.
La negociación por otro peso pesado, Mauro Zárate, también es incierta. La propuesta xeneize ya partió con quita salarial y la decisión final será del ex Vélez, quien tuvo muy poca acción bajo el mando de Miguel Russo (65 minutos en 5 partidos). Quedará por verse qué sucederá con Franco Soldano (titular con el DT), que estaba a préstamo desde Olympiakos de Grecia. Mientras, las no renovaciones del arquero Marcos Díaz y del zaguero paraguayo Junior Alonso (fin del préstamo con Lille de Francia) ya son cosa juzgada. En tanto, bajo contrato pero con futuro incierto están el venezolano Jan Hurtado, quien se iría a préstamo, y retornados de diversas cesiones, como Mateo Retegui y Gonzalo Maroni, que se quedarían, o Lucas Olaza (seguiría en Celta de España) y Agustín Rossi (podría emigrar al fútbol europeo).
Por el lado de River, no hay tanto misterio. Ignacio Scocco ya se despidió del club y sería presentado por Newell's en la semana. Como contraparte a la baja en el ataque, el equipo de Marcelo Gallardo se aseguró la continuidad de sus dos variantes para Franco Armani en el arco, ya que tanto Germán Lux como Enrique Bologna extendieron sus vínculos hasta fines de 2021 y aceptando un contrato menos jugoso.
Así las cosas, la atención millonaria estará puesta en el mercado de pases, ya que es pública la intención de vender a alguno de sus baluartes para mejorar sus arcas. Lucas Martínez Quarta, Gonzalo Montiel y el uruguayo Nicolás de la Cruz están en vidriera. De los que vuelven de préstamos, como Luciano Lollo, Jorge Moreira y Carlos Auzqui, no seguiría ninguno.
En Avellaneda, los dispares presentes de Independiente y Racing se reflejaron en las negociaciones de estos días. Acorde a los últimos buenos tiempos del club, la Academia cerró las continuidades de referentes como Lisandro López, Iván Pillud y Darío Cvitanich. Aunque el trato con este último dejó mucho que desear para el delantero, quien hizo público su malestar. "Quiero comunicarles que he decidido aceptar la quita impuesta por la
dirigencia para con mi contrato y seguir en el club otros seis meses. Si
bien las formas, de acuerdo a mi opinión, no fueron las adecuadas", disparó en su cuenta de Instagram. Por su parte, el arquero suplente Javier García no aceptaría la quita y se iría. Quedará por verse qué sucede con Ricardo Centurión, quien finalizó su préstamo con Vélez -cuenta con prioridad para comprarlo- y tiene intenciones de pasar a Boca, un interés que es correspondido desde la Ribera.
Como contraparte, y acorde a la reciente magra cosecha deportiva, Independiente no sólo tiene problemas para renovar a los que finalizan contrato, sino también para mantener a los otros. Los principales esfuerzos rojos estuvieron dedicados a renegociar los vínculos de Andrés Roa y Leandro Fernández. La situación con el colombiano depende de concretar la compra a Deportivo Cali esta semana. En cambio, el delantero, quien le costó en su momento casi dos millones de dólares al club, ya rechazó un par de ofertas de renovación y parece alejarse.
Mismo destino sería el de los uruguayos Martín Campaña y Gastón Silva, en conflicto con el club por deudas acumuladas -con ellos y una decena de compañeros-. En tanto, también podrían partir los Romero, Silvio y Lucas, con interés desde el fútbol brasileño. Entre los que vuelven de préstamos, se destacan Lucas Abertengo y el ecuatoriano Fernando Gaibor, de futuros inciertos.
Por último, San Lorenzo ya le dijo adiós a Gonzalo Rodríguez -optó por retirarse de la actividad- y le señaló la salida a Gerónimo Poblete y Adam Bareiro, cuyos préstamos no serían renovados. En contraposición, se aseguró la continuidad del histórico Sebastián Torrico y su relevo, Fernando Monetti para tranquilidad de Mariano Soso, quien tendría en cuenta a los retornados Gonzalo Berterame y Nahuel "Perrito" Barrios.
El DT del Ciclón, que asumió un día antes de decretarse la suspensión del torneo, lleva dirigidos más entrenamientos por Zoom que in situ. Todo un reflejo de este fútbol distópico, que tiene mucho de escritorio y poco de pelota en tiempos de pandemia. Y que este martes sumará, al menos, un poco de certidumbre.