Le duró poco la unidad conquistada al ala dura con Vicentin, donde parecían haberse unificado todas las posiciones de Juntos por el Cambio en contra del Gobierno. Con la nueva fase de la cuarentena, que vuelve a endurecer el aislamiento ante el aumento de casos, otra vez las posiciones se dividieron. Desde la Coalición Cívica, le reclamaron al Gobierno porteño que se trate del "último gran esfuerzo" de verdad. Si bien aprovecharon para criticar al Gobierno nacional y al bonaerense, ni siquiera en los sectores más duros de la UCR y del PRO se animaron a decir que no corresponde una fase más estricta de la cuarentena. Sí reclamaron más testeos, sobre todo en el territorio bonaerense.
El banderazo del 20 de junio había dejado en estado de efervescencia al ala dura del PRO, luego de unos días en el que el "je suis Vicentin" había cerrado filas entre quienes buscan tener un perfil menos confrontativo (como Larreta, María Eugenia Vidal, Emilio Monzó) y los que buscan acicatear la polarización, con el ex presidente Mauricio Macri a la cabeza y la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, como brazo ejecutor. El ex mandatario, incluso, salió de su estudiado silencio no para dar explicaciones sobre el espionaje ilegal sino para agitar una bandera por Vicentin:
Pero con la decisión del Gobierno de desactivar --de momento-- ese foco de conflicto y la nueva semana, en la que la agenda viró hacia la nueva fase de la cuarentena, la tan ansiada unidad de todos contra el Gobierno que había obtenido el ala dura del PRO se fue licuando. De hecho, el primero en hacerla estallar en pedazos fue el presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, quien lo acusó a Larreta de ser llevado de las narices
por el Gobierno nacional. "Si bien (Larreta) está en esa nube cultural, tendrá que hacerse cargo si está en un error", le marcó el ex gobernador de Mendoza. Desde la Ciudad, evitaron contestarle, pero opinan que sale con esas declaraciones porque su provincia no está viviendo la realidad del AMBA con el COVID-19. Además, se sabe: Larreta y Cornejo podrían terminar compitiendo por la presidencia en 2023 y ya desde ahora se sacan chispas.
Cornejo no fue el único en presionar a Larreta. El ala dura del PRO lo viene haciendo desde el comienzo de la cuarentena. Y a esto se sumaron empresarios que lo llamaron luego de que el viernes anterior, en una conferencia conjunta con Axel Kicillof, el jefe de Gobierno comenzó a dar señales de que iba a sumarse al endurecimiento de la cuarentena. Los empresarios le plantearon la idea contraria: que no ceda.
Lo cierto es que Larreta terminó entregando dos de las banderas que no quería bajar: los runners --algo más simbólico-- y los 70 mil comercios no esenciales que volverán a cerrar, lo que tiene consecuencias bien concretas. No solo para los distintos sectores de la economía que se ven afectados, sino también para la recaudación porteña, que viene en baja (60 por ciento de mora en Patentes, 15 por ciento de caída de Ingresos Brutos). Quizás por eso, en las reuniones con el presidente Alberto Fernández y con Kicillof, Larreta argumentó hasta último momento contra el "cierre total" que proponía el gobernador bonaerense. Pero finalmente tuvo que ceder, no del todo convencido.
Y comenzó a recibir el fuego amigo. Cornejo fue uno de los primeros en caerle a esa decisión, aunque concentró las críticas en el Gobierno nacional y, por esta vez, lo dejó afuera: "Luego de 100 días de cuarentena, el anuncio de la nueva extensión en el área metropolitana es el esperable fruto de los errores del Gobierno nacional. Estos errores se están pagando caro en múltiples frentes y, lamentablemente, marcarán los próximos años de la vida del país", aseguró el titular de la UCR, quien --no obstante-- admitió: "En el AMBA, restringir nuevamente parece ser necesario. Sin embargo, si el Gobierno no reconoce su error y cambia, será insuficiente. Y sin las medidas complementarias de testeo, rastreo y aislamiento, el resultado será una cuarentena eterna".
Carrió con reclamos
Desde la Coalición Cívica salieron con críticas similares, algunas sí destinadas al Gobierno de Larreta, a quien Elisa Carrió había defendido ante los primeros embates del ala dura del PRO cuando comenzó la cuarentena. “Vemos con preocupación la falta de testeos y las políticas tardías e ineficientes en los lugares más afectados de la Provincia de Buenos Aires”, remarcaron desde la Coalición Cívica, que hoy conduce Maximiliano Ferraro, un incondicional de Carrió. “Luego de 100 días de encierro vemos que el plan Detectar, así como las políticas de aislamiento y prevención, llegan tarde y esto afecta a toda la región del AMBA en particular y al país en general”, plantearon en un comunicado firmado por Ferraro y por Paula Oliveto, titular de la CC-ARI porteña.
Para Larreta, hubo algunas advertencias sutiles, vestidas en el ropaje del apoyo al jefe de Gobierno: “La Ciudad de Buenos Aires viene trabajando y tomando decisiones con
prudencia, seriedad, datos y evidencia. En ese sentido, pedimos a las
autoridades de la Ciudad que este sea un último gran esfuerzo para
permitirnos programar y garantizar una salida definitiva en forma
ordenada con objetivos muy claros de cuidado colectivo”. “No es justo ni sanitariamente estratégico que la Ciudad tenga que atar su plan de salida ante la ineficiencia en la aplicación de políticas públicas de salud y seguridad que todos observamos en la gestión de la pandemia por parte de Axel Kicillof”, le marcaron la cancha a Larreta. Se trata de un claro llamado a diferenciarse del gobernador bonaerense.
Y también volvieron sobre la línea económica: “Debemos cuidar la salud de todos los argentinos pero también cuidar
la economía. Debemos garantizar el derecho al trabajo de nuestros
comerciantes y la continuidad laboral de las empresas y sus
trabajadores". En el comunicado, también le plantearon al Gobierno porteño específicamente que vaya pensando en una “salida ordenada y previsible que permita contener las demandas de un pueblo que quiere cuidar su salud, trabajar y construir un futuro. Es hora de dar un paso más”. También consideraron que "los porteños hemos tenido que soportar descalificaciones y agravios en medio de la pandemia, lo que demuestra una utilización política de esta tragedia por parte del kirchnerismo”.
Desde el ala dura del PRO, ni Bullrich ni ningún otro salió hasta ahora a hablar de las nuevas medidas, aunque el expresidente sigue poniendo el eje en las consecuencias económicas. Y en que la "salida argentina" no es la mejor, como lo planteó también Federico Pinedo:
Sobre la nueva fase, el ex presidente provisional del Senado dijo a este diario: "Creo que es una tragedia, pero que no hay otro remedio. Claramente, tienen que testear mucho más de lo que están testeando, especialmente la provincia de Buenos Aires, porque sino vamos a seguir en cuarentena eterna". "La Ciudad lo que tiene que hacer es hacer más de lo que ya está haciendo. Y cuando baje el índice de contagio de uno, va a poder abrir", interpretó.