La Unión Industrial Argentina (UIA) descarta el inició de un proceso de recuperación económica, idea que intenta imponer el Gobierno. El Centro de Estudio de la entidad fabril publicó ayer su informe de actividad industrial, el cual arrojó en enero una caída de 2,6 por ciento en términos desestacionalizados respecto de igual mes del año pasado, cifra que se amplía a 3,4 por ciento si no se toma en cuenta el aporte del sector automotor. “A pesar que la industria desaceleró la tasa de la caída durante enero y creció 2,4 por ciento contra diciembre, los primeros datos sobre la producción industrial de febrero no permiten asegurar que la industria haya retomado la senda de crecimiento”, advierte el informe del departamento de la UIA que supo presidir el actual secretario de Industria, Martín Etchegoyen.
En las últimas semanas, desde el gobierno buscaron instaurar la idea de una recuperación, pero las cifras que proveen las cámaras empresarias dan cuenta de que el deterioro de la matriz productiva todavía está lejos de haber concluido. De acuerdo con el relevamiento de la UIA, la actividad fabril se retrajo 2,6 por ciento en enero respecto de igual mes del año pasado en términos desestacionalizados, arrastrada por el mal desempeño del rubro de metales básicos, minerales no metálicos, metalúrgico, textil, papel y cartón, alimentos y edición e impresión. La actividad automotriz amortiguó parcialmente la caída que experimentó la actividad fabril durante comienzos del año.
Si bien el informe no llegó a relevar todos los sectores para realizar su índice, adelanta algunos resultados respecto a febrero. En el segundo mes del año ya se registró una caída interanual del 29,7 por ciento en la producción automotriz, un descenso de 9,9 por ciento en la de acero, una baja de 0,8 por ciento en despacho de cemento y de 6,7 por ciento en insumos para la construcción. En base a estas cifras, la UIA no vislumbra una salida de la crisis.
En enero, la caída estuvo liderada por el sector de metales básicos, con un retroceso de 10,5 por ciento respecto de igual mes de 2016. Dentro de ese segmento, se destaca el descenso de 11,6 por ciento en la producción de acero, la cual ya acumula 17 meses de bajas interanuales. “La menor actividad estuvo asociada a la caída que experimentaron sectores que demandan acero para sus actividades, tales como la metalmecánica y la construcción”, señala la UIA. Los subproductos que experimentaron las mayores caídas fueron la producción de hierro primario, con un desplome de 16,7 por ciento interanual, seguido por laminados en caliente (-8,6), laminados en frío (-8,5). Por su parte, la producción de aluminio cayó 3,7 por ciento, mientras que la fabricación de minerales no metálicos descendió 3,6 por ciento.
Con un aumento de la demanda brasileña, la industria automotriz logró un crecimiento en enero de 50,5 por ciento. “Sin embargo, debe tomarse en cuenta la baja base de comparación: la fabricación de vehículos en enero de 2016 había sido la menor desde marzo de 2009 y las exportaciones de vehículos en enero del año pasado habían sido las más bajas desde comienzos de 2002”, detalla el informe. Por último, el sector de edición e impresión registró un descenso de su actividad del 7 por ciento en enero con respecto al mismo mes de 2016, mientras que la de papel y cartón exhibió una baja de 7,3.
La menor actividad industrial implicó que en enero las empresas utilizaran en promedio una menor porción de su capacidad. La utilización de la industria en enero fue del 60,6 por ciento, mientras que en enero de 2016 había sido del 62,9. La industria automotriz, metalúrgica y edición e impresión fueron las que registraron los mayores niveles de capacidad ociosa en enero. El informe también dio cuenta del impacto de esta situación en el empleo del sector privado, donde se perdieron 43.610 puestos en diciembre respecto del mismo mes de 2016, que representó una contracción del 3,8 por ciento. “La mayor pérdida de empleos fue mayor en la industria”, aseguró la UIA.