Los tres bancos públicos más importantes del país presentaron sus líneas de créditos hipotecarios a 30 años ajustados por inflación. Los préstamos para adquisición, refacción y ampliación de una vivienda apuntan a familias con ingresos desde 18.500 pesos. Los préstamos indexados por el sistema de UVA existen desde el año pasado y ayer Banco Nación, Banco Provincia y Banco Ciudad ampliaron los plazos máximos disponibles. “Estamos trasladando la baja del riesgo argentino que logramos con la salida del cepo y el acuerdo con los holdouts hacia los individuos y las pymes”, celebró ayer el anfitrión y ministro de Finanzas, Luis Caputo. “Construir un país normal con inflación declinante, sin distorsiones en el mercado cambiario y con acceso al crédito permite atender problemas como el déficit habitacional”, sumó el ministro de Economía bonaerense al anunciar que la provincia y la Ciudad impulsarán rebajas en la alícuota de Ingresos Brutos que pagan esos créditos al 1,5 por ciento. El presidente del BNA, Javier González Fraga, fue todavía más optimista y consideró que el acceso al crédito hipotecario permitirá mitigar problemas de “alcoholismo, adicciones y abusos” en las familias beneficiarias.
“No solo es un crédito que reactiva la economía y genera trabajo sino que es una herramienta fundamental para luchar contra la pobreza. Hay familias que no funcionan bien por problemas de adicción, alcoholismo o abusos y eso tiene algo que ver con la vivienda. Los préstamos hipotecarios reúnen condiciones para generar crecimiento y luchar contra la pobreza”, aseguró González Fraga al referirse a las bondades del financiamiento ofrecido por los bancos Nación, Ciudad y Provincia. “Un matrimonio de una empleada doméstica y un albañil está logrando su casa, por el mismo costo del alquiler”, expresó el funcionario. Como los beneficiarios elegidos por González Fraga para su ejemplo se desempeñan en las dos actividades urbanas con los mayores niveles de informalidad laboral del país (entre 68,6 y 74,8 por ciento), PáginaI12 le consultó si esa situación limitaría el acceso a los créditos de esas familias. “Van a querer estar en blanco para acceder a los préstamos. Me alegro porque los créditos van a ser un factor de formalización”, sostuvo el banquero al reproducir la explicación donde los trabajadores eligen trabajar en condiciones precarias e ilegales.
Con los créditos hipotecarios ajustados por UVA la tasa es fija, entre 3,5 y 7,7 por ciento, pero el costo total del crédito se actualiza de acuerdo a la inflación. Las cuotas iniciales oscilan entre 4600 y 6000 pesos para créditos de un millón de pesos, pero el mecanismo de las UVA no permite que el beneficiario conozca el monto total a cancelar que estará sujeto a la dinámica de precios. Los préstamos que, con otras condiciones, también son ofrecidos por algunos bancos privados utilizan el mismo mecanismo de ajuste que la nueva versión del Procrear. A diferencia del relanzado programa, las líneas propias de los bancos no requieren que los interesados dispongan de un ahorro inicial y tampoco ofrecen subsidios.
Las entidades financiarán entre el 75 y 85 por ciento del valor de los inmuebles. Los préstamos llegarán hasta 3,1 millones de pesos en el Banco Nación y el monto máximo será de 2,7 millones de pesos en el Banco Provincia. En el caso del Banco Ciudad el crédito más elevado será de 2 millones de pesos pero, cuando se trate de la adquisición de una vivienda, no habrá topes para el valor del inmueble. Con esos parámetros, el titular del Ciudad, Javier Ortiz Batalla, explicó que los créditos están dirigidos a la clase media. Los banqueros dijeron que el público podrá empezar a pedir los préstamos desde la próxima semana.
“A todos nos encantaría garantizar tasa fija pero solo alcanza para los 5000 primeros y millones de argentinos se quedan afuera”, consideró el titular del Provincia, Juan Curuchet. “La gente que tenga miedo puede optar por las líneas a tasa fija del banco que fue muy exitosa el año pasado”, expresó González Fraga al referirse a los créditos hipotecarios con tasa fija del 14,5 por ciento que el BNA mantendrá a disposición de sus clientes. Al comienzo del período pactado, las cuotas con el sistema UVA son inferiores que las pagadas con un crédito a tasa fija pero no permiten que los beneficiarios conozcan cuánto gastarán en total ya que el capital a cancelar se irá actualizando con la inflación.
Las autoridades de Ciudad y Provincia anunciaron que, para bajar los costos de los créditos, enviarán la próxima semana proyectos de ley para reducir las alícuotas de ingresos brutos. Cuando se aprueben esas iniciativas, el impuesto a pagar por los créditos hipotecarios pasará de 8 a 1,5 por ciento en el territorio bonaerense y del 7 al 1,5 por ciento en CABA. El beneficio alcanzará a los préstamos hipotecarios otorgados por cualquier banco. De hecho, los créditos del Bapro se encuentran eximidos de esas obligaciones.