¿Se puede convertir la sensación de encierro en algo creativo y, a la vez, solidario? La respuesta es sí: el jueves 2 de julio a las 20 se estrenará Murciélagos, la película filmada y producida íntegramente en cuarentena con el objetivo solidario de recaudar fondos durante la pandemia del coronavirus. La productora Masses Content y la agencia Alegría, en asociación con Amnistía Internacional, realizaron este proyecto colectivo. El film cuenta con un gran elenco compuesto por Oscar Martínez, Peto Menahem, Julieta Vallina, Luis Ziembrowski y su hija Clara, Carlos Belloso, Moro Anghileri, Juan Pablo Geretto, Marcelo D’Andrea, Maida Andrenacci, Héctor Díaz y Azul Lombardía. Tanto actores y actrices como directores y directoras, productores y el personal involucrado en esta realización donaron su trabajo para colaborar en este difícil momento.
La noche del estreno, el público podrá acceder al link www.amnistia.org.ar/autocine . El valor de la entrada virtual es a voluntad. El dinero recaudado será donado en su totalidad a Banco de Alimentos a través de Amnistía internacional. Con las donaciones recolectadas, Banco de Alimentos continuará con su misión -la de “ayudar al que sufre hambre”- distribuyendo entre más de 1190 organizaciones sociales alimentos que recibe en donación por parte de empresas de la industria, supermercados y productores agropecuarios.
“Como sociedad en este momento debemos estar más unidos que nunca para afrontar estos días tan difíciles. Por eso nos parece crucial, a través de este innovador proyecto, colaborar con las personas más necesitadas. A través de la exhibición vía web de la película Murciélagos recolectaremos voluntariamente entre la audiencia donaciones que haremos llegar al Banco de Alimentos”, señala Mariela Belski, Directora Ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.
“Está claro que el mundo necesita ayuda y esa ayuda puede tener miles de formas. Nosotros hicimos una película porque es lo que sabemos hacer y nos llena el alma como profesionales y artistas”, comenta Luigi Ghidotti, fundador de Alegría y productor de Murciélagos. “Nos ilusiona que la gente vea historias que ocurren en la misma realidad que estamos viviendo todas y todos hace ya varios meses. Todavía no hay ficción que tenga como escenario este contexto. Además, que el objetivo sea ayudar al que sufre hambre, le da sentido a este enorme esfuerzo de realizar una película en cuarentena”, indica Bárbara Factorovich, productora de la película y fundadora de Masses Content.
El proyecto
El guion estuvo a cargo de Virginia Martínez (a excepción de Separado) y narra situaciones vinculadas con la familia, los afectos y las problemáticas que surgen en este momento tan particular. Se trata de ocho historias dirigidas por Hernán Guerschuny (El desacato), Paula Hernández (Separado), Daniel Rosenfeld (El médico), Tamae Garateguy (El golpe), Diego Fried y Martin Neuburger (El balcón), Connie Martín (Los satélites), Azul Lombardía (Bebé chino) y Baltazar Tokman (Todo por amor), quien también es el director general del proyecto.
Para Baltazar Tokman dirigir a distancia no es algo nuevo. “Hice Planetario, una película que empecé en los comienzos de YouTube en la Argentina, antes de los teléfonos inteligentes. Era ver a diferentes familias del mundo, contactarme y generar un trabajo a distancia documental sobre la paternidad. En todas mis obras hay algo de eso y con nuestra productora Masses Content tenemos una aplicación que la gente genera contenido en sus celulares y nos lo manda”, señala. Sabiendo todo esto, Luigi Ghidotti, de la agencia Alegría, lo llamó y le dijo que le parecía que era el momento de que hiciera la primera ficción generada a distancia. “Me quedó dando vueltas y entre sueños, y pensé en Magnolia y las microhistorias chiquitas. Y en vez de que lluevan sapos hay una pandemia mundial”, cuenta Tokman, comparando con la película de Paul Thomas Anderson.
“Se escribieron historias de universos individuales, personales y todas atraviesan la situación de pandemia”, relata Tokman. “Más allá de hacer la convocatoria a directores/as y actores y actrices, primero hubo un trabajo para que no fueran cortos aislados. Hay un trabajo al inicio, entre corto y corto, y al final, que los vincula y los convierte en una película”, explica Tokman. Como director general también tuvo que poder responder al interrogante de los directores que le decían cómo hacer para dirigir si ellos no estaban presentes. “Fue un diseño con el que fui proveyendo las herramientas para poder hacerlo porque es lo que vengo trabajando hace mucho tiempo en la dirección a distancia”, cuenta Tokman. “Y lo de Amnistía Internacional surgió porque cuando pensamos en esta idea de poder ayudar necesitábamos de un organismo que tenga todo el peso suficiente para darle el sello de honestidad, de claridad y eso nos lo dio Amnistía. Los llamamos y así fue que los tenemos de aliados”, explica Tokman, que también dirigió una de las historias, Todo por amor, que agrupa a todo el resto. “Protagonizada por Peto Menahem y Sergio Pángaro, el corto relata la historia de un hombre que está recién operado y postrado en su cama. Todo transcurre en tiempo real. Recibe una visita extraña que lo espía, lo juzga y de la cual se tiene que deshacer y vamos a darnos cuenta al final cuál es esa visita”, anticipa Tokman.
La convivencia
El guión de Separado, de Paula Hernández, lo escribió su pareja, el actor Luis Ziembrowski, que a su vez, es el protagonista junto a la hija de ambos, Clara Ziembrowski. “En principio, surgió como una idea para pasar el tiempo y hacer algo que tuviera que ver con lo que somos. Y pensar alguna situación que contara esos días de cuarentena que, ya a esta altura, me parece que pasó mucho más del tiempo del que realmente pasó", relata Hernández. "Coincidieron estas dos cosas y entonces decidimos sumarnos al proyecto. Como era el único corto que no se iba a filmar a distancia decidimos seguir los parámetros de que casi no se sintiera mucho la puesta, trabajar con la luz natural o con la que hubiera en la casa, que se sintiera esa textura de celular, no tratar de emular otra cosa para que no quedara tan despegado del resto de las historias”, comenta la directora de Herencia y Los sonámbulos.
Separado cuenta los días de un padre separado de una manera compleja con una madre que decide hacer otra vida. El está en un momento de crisis no sólo personal sino también laboral y habitacional. Le prestan un departamento, un monoambiente, y le toca convivir esos días de cuarentena con su hija de siete años, con la que tiene una relación algo distante. La historia se cuenta en un par de días de convivencia. Es una decisión que no se le hace fácil de resolver. “De alguna manera, quedan planteadas dos formas de ver el mundo. Una manera es la de su hija y una madre que no está, omnisciente, y otra de un tipo que pertenece a otro universo. Es como una dificultad que tiene este personaje de producir un cambio. Y está contado a partir de la forma de conectarse con su hija. Es alguien que no está pudiendo ver lo que tiene adelante y que está más atado a una forma de pensar la vida que, quizás, hay que replantear”, explica la directora.
El personaje que interpreta Ziembrowski no encuentra la forma de vincularse y dentro de eso, a veces, aparecen ciertos aspectos violentos. “Esto no es algo que lo pensamos cuando lo escribimos pero sí es algo muy evidente que ocurre con todo el proceso de la pandemia y la cuarentena, que ponen de manifiesto muchas situaciones preexistentes en todos los ámbitos: en las situaciones de violencia en los hogares, la violencia hacia las mujeres, en la pobreza, en el deterioro de los sistema de salud. Todo eso está pero en una situación tan extrema emerge con muchísima fuerza. Entonces, hay algo de eso que queda contado en la película”, afirma Hernández.
Un amor muy particular
Hernán Guerschuny, director de El crítico y Una noche de amor -también uno de los fundadores de la revista Haciendo Cine-, reconoce que cuando leyó el guión de El desacato, tenía la posibilidad de elegir entre otros, pero ese le gustó inmediatamente. Aborda la historia de una mujer (Moro Anghileri), que vive sola en su casa y que tiene problemas con una cañería que le tapó la pileta de la cocina. Recurre a un ferretero (Carlos Belloso) por WhatsApp y éste trata de darle un tutorial de cómo destaparla. Por supuesto que es un fracaso y en esas conversaciones empieza una suerte de relación que solamente tiene el sentido de acompañarse mutuamente porque están los dos bastante solos. “Ella en una soledad más literal, y él por ahí, en una soledad más emocional”, define el director. El contexto es la cuarentena. Por eso él no puede solucionarle el problema y ella no puede ir a la ferretería.
“Me pareció un lindo ejemplo de historia de amor solapada, de esas historias de amor que, a veces, son más internas, más propias, que cuentan un poco el proceso interior de los personajes y que podrían terminar en una historia de amor o no. Tiene más que ver con cómo dos almas solitarias, a veces, confluyen por una circunstancia, por un contexto y cómo es el encuentro entre dos soledades, más que un encuentro en sí mismo. Eso me parecía interesante de filmar, inspeccionar los pequeños gestos, las pequeñas respuestas. Ese pequeño universo me resultaba más atractivo que una gran trama o una gran historia de amor”, define Guerschuny.
Respecto de cómo fue filmar en cuarentena, el director reconoce que para todos “fue un ejercicio de mucho aprendizaje y de adaptación”. Y también “de recuperar lo más básico de nuestras herramientas como directores, sin la estructura a la que venimos acostumbrados, sin camiones, sin generador, sin un montón de técnicos con los cuales se divide el trabajo”, explica. “Acá, yo les daba las indicaciones por zoom a los actores, ellos desde sus propias casas estaban tratando de colocar el celular de tal manera que genere un encuadre interesante. Fue mucho ensayo y error, pero la verdad es que es fascinante porque volvés a lo más esencial, a lo único que importa: contar un cuento, tratar de transmitir una emoción y te das cuenta de que para eso no se necesitan grandes estructuras”, entiende el cineasta y periodista.
La discriminación
Daniel Rosenfeld es el director de El médico, protagonizado por Oscar Martínez. “El cine, a veces, tiene que ir en contra de las situaciones que pueden ser abarcadas por el periodismo, en el sentido de lo cotidiano, pero en este caso el contexto de todos los proyectos era un poco como una pequeña aventura experimento de ver cómo se puede hacer algo a la distancia. El caso de El médico justo toca un tema que pasa bastante: el hostigamiento a los médicos que trabajan y que después tienen que volver a sus casas, con el peligro de contagio. En este caso, este guion, que escribió Virginia Martínez, cuenta lo que siente el protagonista, que lo interpreta Oscar Martínez, en esa situación en donde se teje una relación familiar y algo secreto que se revela al final”, anticipa Rosenfeld, director de películas como Cornelia frente al espejo y La quimera de los héroes.
Reconoce que Oscar Martínez “es uno de los más grandes actores que hay. No por casualidad ganó la Copa Volpi en el Festival de Venecia”, menciona en referencia al galardón que obtuvo por El ciudadano ilustre. “Como dice Bresson, hay que dirigir a los otros y no dirigirse a uno mismo. En este caso, era llevar eso al extremo ya que yo podía hacer indicaciones a distancia, mandar un bosquejo de cómo filmar. Pero parte de la aventura tiene que ver con hacer algo conjunto y no tiene que ver con el control, pero sí con las charlas que se pueden hacer con respecto al personaje, y cómo contar en un tiempo tan breve. El cortometraje no es un formato que a mí me apasione en sí mismo, pero en este caso era muy rico poder trabajar con un actor que tiene tantos matices”, explica Rosenfeld.
La violencia
Tamae Garateguy es la directora de El golpe. El título no es metafórico. Refiere a una mujer (Julieta Vallina), que es víctima de violencia de género de su pareja (Marcelo D’Andrea). Si se tiene en cuenta que aumentaron tanto los casos como los llamados a la línea contra la violencia de género en cuarentena, “lamentablemente la historia es muy actual”, afirma Garateguy. “Tuve la suerte de leer el guión cuando empezaban a producirlo, así que, al leerlo, fue la historia que más me llamó la atención. Hablando con Baltazar Tokman, le dije que me encantaría hacer El golpe”, comenta la directora de Las furias y Pompeya. Y así fue. Claro que es contada con lo que mejor sabe hacer Garateguy: “Una historia que habla sobre violencia de género contada en clave de cine de género. Está narrada como un thriller y hasta podría ser un tratamiento de película de terror”, sostiene la cineasta.
Garateguy entiende que filmar en cuarentena “es diferente”. Y lo argumenta así: “Es muy exigente porque, en mi caso, no teníamos la tecnología para que yo estuviera en el momento viendo los planos. Teníamos que ponernos muy de acuerdo de antemano respecto de cuáles eran los planos que se iban a hacer. Tuvimos muchas reuniones por zoom, leímos, hubo un guion técnico. Y los actores se prepararon mucho. Pero de mi corto lo más desafiante era lograr que parezca que estas dos personas están conviviendo. Es una historia que trata el problema de la violencia de género pero teníamos que simular que Marcelo D'Andrea y Julieta Vallina están compartiendo un mismo espacio, conviviendo, y no era así. Entonces, trabajamos mucho en ver cómo podíamos crear esa sensación a través de la magia del cine”, concluye Garateguy.