Los pueblos originarios de Colonia Aborigen, en el Chaco, entraron en alerta. Allí, la aparición de tres casos de covid en la última semana, alarmó a la población que inmediatamente implementó una campaña para advertir sobre lo ocurrido y prevenir futuros contagios. Los pobladores también encontraron una oportunidad para exponer sus condiciones de vida ante una sociedad que, a nivel nacional, desconoce la existencia de “la Colonia” --como le dicen--, y en general subestima la existencia de las culturas originarias en la actualidad.
“Da bronca porque nosotros nos cuidamos, cumplimos, pero algunos pensaban que éramos inmunes y el virus entró, y entró por el hospital”, advierte Mateo Vucko, presidente de la cooperadora de una de las 14 escuelas primarias del lugar. “El caso uno fue un médico, por eso tuvimos que aislarnos los que fuimos sus contactos cercanos”, explica Vanesa Barrientos, enfermera del hospital local. Hoy se hacen hisopados y las personas guardan aislamiento en sus casas, como indica el protocolo, y sin tener que abandonar el lugar, algo que también generó temor en la comunidad al iniciarse el período de contagios.
Colonia Aborigen abarca una superficie de 22.000 hectáreas en la que viven unas ocho mil personas, en su mayoría de los pueblos qom y moqoit (conocido popularmente como mocoví). “La aparición de los casos generó temor y es entendible”, define el intendente de Machagai, Juan Manuel “Juanchi” García, municipio al que responde Colonia Aborigen que nació en los años 40 como zona reservada para la Asociación Civil Colonia Chaco.
Sucede que aún con la asistencia sanitaria de Machagai, y aunque el sistema de salud es provincial y no municipal, el virus causa temor. Y hay lugares cercanos afectados con mayor cantidad de casos. Tal como detalla García a Página/12, ciudades como Sáenz Peña, a pocos kilómetros de Colonia Aborigen, se encuentra en un estado más crítico. “Y en la zona de El Impenetrable hay un foco en Sauzalito --cuenta--, allí se hacen testeos masivos y si alguien tiene que salir de urgencia para una terapia, no hay rutas ni conexión rápida, solo una pista de aterrizaje que podría permitir el traslado por vía aérea”.
En Colonia Aborigen, por su cercanía con la Ruta Nacional Nº16, esto no es un riesgo. “Como tampoco la densidad demográfica que sí presentan lugares como el barrio Toba, en Resistencia, donde viven unas 5000 personas. Muchos de ellos migraron desde la zona de la Colonia a la ciudad por cuestiones económicas”, explica García.
Colonia Aborigen se encuentra a una hora de Resistencia, alineada entre los municipios de Quitilipi y Machagai. Tiene un solo hospital inaugurado en 2015 e ingresa al mapa de la pandemia a partir de un personal de salud. Un médico de Machagai que también trabaja en el hospital de Colonia Aborigen. Y según fuentes consultadas respondía a los “anticuarentena”: no usaba barbijo ni guardaba la distancia correspondiente.
“El caso uno fue un médico y después se contagió un paciente del médico”, detalla Vucko. Vanesa Barrientos agrega: “Hoy tenemos muchas personas con síntomas, es entendible el temor”. Ella es licenciada en enfermería y estudia medicina en Sáenz Peña. “Soy de familia numerosa, nací en la comunidad y pertenezco al pueblo qom. Quiero dedicarme a la medicina indígena, pero tengo que entrar por la medicina criolla”, explica. Su hermana también es enfermera y está en aislamiento. Forman parte de la comunidad y reafirman su identidad cultural en una zona donde conviven criollos y familias de pueblo originarios.
En el lugar, en 2015 se inauguró una escuela secundaria con albergue, un jardín de infantes, se construye un acueducto y se completan las primeras redes de agua potable y electricidad rural.