Trabajadores de los distintos sectores del Hospital Moyano realizaron este martes un "abrazo" al centro de salud, donde hay más de 600 pacientes con patologías psiquiátricas y que, en gran parte, están internados hace 25 o 30 años. "Hay que pensarlo como un gran geriátrico", señaló a Página/12 Javier Venegas, camillero del establecimiento y referente de ATE Capital. El reclamo apunta a la incorporación de personal para los servicios generales y de enfermería, y a la mejora en la calidad de los equipos de protección personal. “El riesgo de la población del Hospital es muy alto”, señaló Venegas. “No damos abasto”, advirtió.
El Hospital Moyano está dividido en 24 servicios, y tiene alrededor de 1000 trabajadores. “Hay zonas que fueron designadas como alerta amarilla, que es donde el virus ha estado circulando”, explicó Venegas. Los trabajadores de esos servicios, que estuvieron en contacto con el virus, fueron aislados, por lo que los equipos de trabajo se redujeron. “Cuando un equipo tiene que aislarse, tenemos que cubrirlos desde otros servicios, lo que fomenta mucho más la circulación del virus”, explicó Johana Méndez, enfermera del Hospital. "Estamos evaluando la posibilidad de tomar otras medidas de fuerza, como un paro de trabajadores, si no recibimos respuestas”, añadió.
Uno de los reclamos, además de la falta de personal, es por la calidad de los insumos. “Los camisolines no son hemorrepelentes, los barbijos son de fiselina y tenemos solo dos mamelucos por servicio”, señaló Méndez. En su servicio, uno de los “más chicos”, son 16 trabajadores, entre psicólogos, psiquiatras y personal de enfermería. “Estas condiciones se suman a los problemas edilicios que ya veníamos reclamando antes de la pandemia, como la falta de agua, de calefacción y de Internet”, afirmó la trabajadora del Hospital Moyano. En el lugar, detalló, “por la particularidad de las patologías, el servicio de Internet es clave en este momento para que las pacientes puedan mantener un nexo con sus familiares, que no ven hace tres meses”.
Según relató a este diario Méndez, a veces ella misma deja a disposición su celular para que las pacientes hagan videollamadas. “En algunos casos es difícil que las pacientes entiendan lo que está pasando. Incluso explicar que no hay que compartir el mate, que no pueden estar en grupos grandes en el patio o que tienen que dejarse el barbijo puesto todo el tiempo”, explicó la enfermera.
Ante los reiterados reclamos de los trabajadores del Hospital , la semana pasada se hicieron los primeros testeos dentro del establecimiento. Hasta el momento hay alrededor de 40 contagiados, entre personal de salud y pacientes. “Necesitamos que se hagan testeos cada 15 días, para poder llevar un registro y un control riguroso de la situación”, reclamó Venegas. "Para evitar los contagios entre pacientes y trabajadores, necesitamos que se contraten más enfermeros y auxiliares. Estamos rotando por los diferentes servicios, yendo de un lado para el otro constantemente”, explicó.
Con turnos de 6 horas y servicios donde hay un enfermero o enfermera para alrededor de 20 pacientes, Venegas afirmó que “no solo pedimos que se incorporen trabajadores, sino también que se dejen de hacer los contratos precarios, de tres meses, que está ofreciendo el Gobierno porteño”. Por este motivo, hay quienes prefieren no arriesgarse a tomar el trabajo: “ponen en riesgo su vida y la de su familia, y ni siquiera cuentan con obra social si se llegan a enfermar”, explicó el referente de ATE y camillero del Hospital Moyano.
“Por las patologías que tienen algunas pacientes, uno necesita sí o sí una mano para ciertas tareas, en especial cuando la paciente no entiende o no responde. Todo lleva más tiempo”, señaló Carlos Ocampo, trabajador del servicio de lavandería del Hospital. Como en otros centros de salud de la Ciudad de Buenos Aires, hay ciertos sectores del Hospital –como el de cocina o mantenimiento- que están tercerizados. “Cuando uno de los encargados de la empresa que hace el mantenimiento propuso hacer turnos rotativos y comprar insumos de protección, lo echaron”, señaló Ocampo. "Todos los trabajadores que ingresan al Hospital están poniendo en riesgo a las pacientes si no tienen los elementos que corresponden”, señaló.
"Por más que seamos profesionales, no dejamos de tener miedo de contagiarnos y contagiar a nuestras familias", admitió Méndez y señaló que "es hora de que nos escuchen, nos paguen sueldos dignos y respondan a los reclamos".
Informe: Lorena Bermejo