Científicos de la Universidad de Florida crearon "flores artificiales" a partir de una bebida energética que consumen miles de deportistas en el mundo para salvar a la Cyclargus thomasi bethunebakeri, la mariposa conocida como "Miami blue", uno de los insectos más amenazados y escasos de Estados Unidos.
El director del centro McGuire para lepidópteros y biodiversidad del Museo de Historia Natural de Florida, Jared Daniels, explicó a Efe que gracias a las "flores" hechas de Gatorade "han aumentado la reproducción de estos insectos en cautividad".
Las "flores" no son otra cosa que bastoncillos de algodón impregnados en la bebida, los cuales atraen a las "Miami Blue" por su color y olor como si fueran rosas, claveles o narcisos, aunque a estos bellos insectos con alas de un bello tono de azul "no todos los sabores les van", dice Daniels.
Las flores de Gatorade acortan el "tiempo en el que los científicos tienen que dedicarse a alimentar a las mariposas y proporcionan libertad para que se alimenten cuando tienen hambre. Así, se minimiza el estrés y al limitar el contacto con humanos viven durante más tiempo y se reproducen más", señaló Daniels.
Los biólogos dieron con esta técnica mientras buscaban alternativas a la de cultivar plantas de néctar para alimentar a los ejemplares en cautividad. Esto "permite que la especie se reproduzca de forma masiva y abarata los costes de los laboratorios", asevera.
Las mariposas Miami Blue eran una especie común en el sur de Florida en los años 70, pero después su población comenzó a decrecer e incluso se pensó que se habían extinguido tras el paso del huracán Andrew en 1992.
Sin embargo, no fue así. Una población remanente de menos de 100 mariposas fue descubierta en los Cayos de Florida y desde entonces la ciencia está empeñada en salvar la especie, para lo cual las cría en cautividad para luego soltarlas en la naturaleza.
Más de tres décadas en peligro
La pequeña colonia de Miami Blue hallada en el parque natural de Bahía Honda, en los Cayos, después de Andrew acabó extinguiéndose en 2010 por culpa de las condiciones climáticas y de las invasivas iguanas verdes, aunque para entonces ya se había localizado otro grupo de ejemplares en Cayo Largo.
Aunque Daniels reconoció que "hay una gran variedad de factores que entran en juego" como el uso de químicos en contra de los mosquitos, la razón principal de su desaparición fue el desarrollo costero que "fragmentó o hizo desaparecer el hábitat natural de estos insectos".
"Si nos retrotraemos a la mitad del siglo XX, esta mariposa se encontraba en lugares como Merrit Island (costa este) o San Petersburgo (costa oeste). Sin embargo, a medida que el desarrollo costero fue produciéndose, gran parte de su ecosistema se fue convirtiendo en hoteles, casas o condominios", indicó el director del museo.
Los últimos esfuerzos del Museo de Historia Natural de Florida para repoblar la especie comenzaron en 2018, cuando se comenzó a experimentar para aumentar el número de ejemplares e investigar la mejor forma para liberarlos en la naturaleza.
Desde entonces, los biólogos han liberado más de 10.000 ejemplares criados en cautividad y han tenido niveles diferentes de éxito dependiendo del lugar. Hasta el momento, el enclave de Bahía Honda es el más adecuado.
Especie clave
La Cyclargus thomasi bethunebakeri, que fue incluida en la lista de especies amenazadas del Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos (USFWS) en 2012, no solo es importante por su rareza, sino porque también "forma parte de la red de alimentación para otros organismos del ecosistema de Florida".
"Como insecto es la fuente de alimentación para muchas otras especies como pájaros, lagartos, arañas, hormigas y otros insectos, pero, además, actúan como polinizadores naturales de las flores", reiteró Daniels.
Además, para el director salvar a esta "icónica" especie tendría otra consecuencia positiva ya que podría "ser un altavoz" para preservar a muchas otras especies de Florida que también se encuentran en peligro de extinción.
Sin embargo, los expertos aseguraron que, "aunque todavía hay mucho trabajo por hacer", la idea es empezar a expandir a la Miami Blue a la zona continental de Florida para 2021, ya que si aumentan en número y en distribución geográfica "habrá muchas menos probabilidades de que un desastre natural las haga desaparecer".