El registro de las decisiones y medidas sanitarias que adoptan los gobiernos, y de las formas en que los ciudadanos responden frente a la pandemia del coronavirus, permitirá a las futuras generaciones comprender el alcance y el impacto de la crisis mundial. Ante esta situación, se convierte en fundamental el rol de las instituciones de la memoria, como archivos, bibliotecas y museos, educativas y de investigación.
Para el director del Archivo General de la Nación (AGN), Marcos Schiavi, este tipo de instituciones no sólo son “un actor central en la gestión documental de la administración pública”, sino también “una herramienta para garantizar el acceso a información pública. Por ende, una pieza clave en la construcción de un Estado fuerte, transparente y eficaz”. En conversación con el Suplemento Universidad, Schiavi aseguró que “los archivos universitarios tienen mucho para aportar”, tanto para “reconstruir” sus historias como para “mejorar y transparentar la gestión universitaria”.
A través del Programa Memoria del Mundo, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) lanzó la iniciativa “Convirtiendo la amenaza del COVID-19 en una oportunidad para un mayor apoyo al patrimonio documental”. La propuesta busca asistir los estados miembros que “deseen preservar los registros oficiales” de la emergencia sanitaria más grave de la historia moderna.
En consonancia con los lineamientos de la Unesco, el AGN comenzó a “resguardar los materiales de comunicación emitidos por la administración nacional”. “Nuestro objetivo es resguardar la ‘campaña COVID-19’ completa”, expresó Schiavi y dijo que ya empezaron a articular con Jefatura de Gabinete. Desde el AGN también convocaron a otras instituciones de memoria, como la Red de Archivos de Universidades Nacionales de Argentina (AUNAR), a sumarse al proyecto.
Acciones concretas
Todo archivo posee una triple función social: es memoria de la institución, insumo para la investigación y garante de derechos. En otras palabras, los documentos de archivos son “el testigo de las acciones y las decisiones de nuestras universidades”, afirmó la directora del Archivo Histórico de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Laura Casareto, en diálogo con este suplemento.
Hasta el momento, el Archivo Histórico reunió “protocolos, resoluciones, disposiciones, normas, recomendaciones, investigaciones, planes de continuidad pedagógica, flyers, fotografías, material de TV universidad, documentos del área de salud y aportes de la Mesa de Trabajo de Personas Mayores”. Casareto indicó que los materiales son “recabados” para “garantizar la existencia de un registro completo” con el fin de “reunir, catalogar y difundir información fiable sobre acciones concretas acerca de la pandemia que realizó nuestra Universidad”.
“Estos documentos serán estructurados y descriptos en nuestro cuadro de clasificación documental y podrán ser accesibles a través de una publicación que está en proceso de edición, a la que se irán sumando los documentos en la medida en que sean creados y reunidos”, señaló la directora de la institución y expresó: “La pandemia nos impulsa a seguir pensando en archivos accesibles desde diferentes ópticas”.
También el Archivo Histórico y Documental de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) se incorporó a la convocatoria de la Unesco. Su directora, Sonia Riveros, consideró que las instituciones de memoria, y en particular aquellas del ámbito universitario, “tienen la enorme responsabilidad de producir conocimiento sobre la pandemia, reunirlo, organizarlo, clasificarlo y, sobre todo, conservarlo”. “Los archivos son espacios de memoria y cumplen la función social de la transmisión para que las generaciones venideras comprendan el alcance que tuvo la pandemia y su impacto en la sociedad y en la región”, remarcó Riveros a este suplemento.
En ese sentido, recordó que distintas áreas de la UNSL encararon “actividades y producciones, como la fabricación de alcohol en gel, pastillas de jabón, máscaras de protección y respiradores”.
Mientras las universidades aportan sus conocimientos y recursos para contrarrestar la crisis sanitaria actual, se abre una oportunidad para visibilizar el papel de los archivos en el resguardo de un tiempo que interpela a la sociedad.