El Tribunal Oral Federal de Bahía Blanca reanudará este jueves las audiencias del juicio que se sigue por los delitos de lesa humanidad cometidos en esa ciudad por integrantes de la patota parapolicial Triple A, antes del golpe del 24 de marzo de 1976. Será el primer juicio que retoma su ritmo de manera mixta durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio ordenado hace más de tres meses para hacer frente a la pandemia de coronavirus. Así, parte del Tribunal, querellantes y defensores acudirán a la Universidad Nacional del Sur para participar de la primera audiencia post cuarentena.
Las vueltas que tiene la vida son curiosas. El lugar que el TOF bahiense eligió para retomar el ritmo del demorado juicio por los crímenes de la Triple A en la ciudad, el aula magna de la Universidad Nacional del Sur, no solo es el indicado por permitir la presencia de las partes en cumplimiento del distanciamiento social necesario para evitar contagios de coronavirus. También es escenario de los hechos, sucedidos hace poco menos de medio siglo. De ese edificio, a bordo del auto de su empleador, el interventor universitario Remus Tetu, partieron Raúl Aceituno, Juan Carlos Curzio, Héctor Forcelli y Osvaldo Pallero hacia el ala de Ingeniería en donde asesinaron a David Cilleruelo. Los acusados, además, deberán responder por violaciones a los derechos humanos a otra veintena de personas que desarrollaban actividades gremiales y políticas en Bahía Blanca.
Sus defensas rechazaron, en vano, el plan que los jueces Roberto Amábile, Marcos Aguerrido y Pablo Diaz Lacaba habían presentado a principios de mes para retomar el debate en el que deben responder ante la Justicia, y por pedido de la querella de H.I.J.O.S. Bahía Blanca. A principios de semana, los magistrados confirmaron las condiciones que habían planteado y fijaron para este jueves el inicio del juicio, que apenas había comenzado cuando la pandemia del coronavirus obligó a las autoridades nacionales a tomar medidas de distanciamiento y aislamiento social que impidieron continuarlas.
“Las dimensiones de la sala aseguran el cumplimiento de la distancia social recomendada por la autoridad administrativa entre los concurrentes y se pondrá a disposición de la defensa una sala separada en caso de que solicite reunirse de forma privada con sus acusados, cuyas dimensiones, claro está, permite respetar la distancia mínima. La concurrencia desde su domicilio hasta la sala y el regreso, no genera un aumento de riesgo para su salud si se cumple con las medidas sanitarias fijadas por las autoridades”, respondieron en la resolución confirmatoria los jueces.
Desde la Unidad Fiscal de Asistencia para Causas por Violaciones a los Derechos Humanos durante el Terrorismo de Estado, a cargo de Miguel Angel Palazzani, celebraron que finalmente recomience el juicio. No solo porque “es uno de los de los más retrasados en la ciudad”, sino sobre todo porque “estamos en un momento de mucha urgencia, con un riesgo grande de que se pierda para siempre la posibilidad de hacer Justicia en manos de la impunidad biológica”, advirtió el fiscal auxiliar, Pablo Fermento, que trabaja junto a Palazzani y José Nebbia.
Se tratará, así, del primer juicio por delitos de lesa humanidad que se retomará con participación presencial de la mayoría de las partes partes: el presidente del tribunal, Amábile, el único con base en la ciudad --Aguerrido y Díaz Lacaba, jueces del Tribunal oral Federal de Santa Rosa, La Pampa, participarán desde allí vía videoconferencia--, las querellas, la Fiscalía, los abogados defensores y todos los testigos que declararán mañana. “Porque así lo pidieron”, aclaró Fermento.
Aquellas personas que lo pidan y que integran la población de riesgo frente a la pandemia, como la totalidad de los acusados, contarán con la posibilidad de aportar al debate mediante videoconferencia. Estaban prevista la transmisión de las audiencias a través del canal de Youtube de la Corte Suprema, pero debieron suspendierse desde Buenos Aires por haber vuelto a la fase 1 de la cuarentena. Bahía Blanca, en cambio, se encuentra en la fase 4 del aislamiento social, preventivo y obligatorio, con permiso para realizar actividad física al aire libre a diario y reuniones esporádicas de número limitado de personas.
Otras causas que avanzan
Esta semana, en tanto, continúan en los Tribunales de San Martín dos juicios que retomaron su ritmo a fines del mes pasado: la megacausa de Campo de Mayo, en la que se investigan crímenes perpetrados entre 1976 y 1978 en perjuicio de 323 víctimas que fueron secuestradas en el área represiva denominada como Zona de Defensa IV, y el debate sobre los crímenes cometidos contra los participantes de la Contraofensiva de Montoneros. Ambos se desarrollan en su totalidad por la vía remota. Del mismo modo continuará mañana, el megajuicio que en Tucumán repasa crímenes de lesa humanidad contra 366 víctimas durante la última dictadura cívico militar.