Brasil –líder absoluto de las  Eliminatorias e invicto bajo la conducción de Tite– se paseó anoche por el mítico Centenario de Montevideo y vapuleó 4-1 a Uruguay. Edinson Cavani abrió la cuenta de penal, pero Paulinho en tres oportunidades y Neymar dieron vuelta el trámite. La Canarinha lleva ganados siete partidos consecutivos y cada vez juega mejor. El duro Uruguay aguantó hasta donde pudo.

Desde la llegada de Tite, en junio del año pasado, Brasil parece recuperar el jogo bonito que caracterizó al Scratch en sus mejores tiempos. Tiene en Neymar a un verdadero estandarte, un arquero muy sólido, un Coutinho de muy buen pie y a un volante goleador como Paulinho, que hace jugar simple a su equipo y es un verdadero equilibrista junto a Casemiro. Y eso que  no contó con Douglas Costa ni con Gabriel Jesús, ambos lesionados. Del otro lado, el Maestro Tabárez intentaba disimular la ausencia por suspensión del delantero Luis Suárez. Todo un portento atlético, la Celeste transpiraba la camiseta con poca claridad, aplicaba su conocida garra charrúa, corría y corría, pero no siempre encontraba la pelota.

De entrada, Neymar arrancó desde el mediocampo y armó una jugada bárbara que Firmino acabó mal. Enseguida, Cavani entró al área y Alisson le cometió una falta que Patricio Loustau no dudó en pitar penal. Cavani, goleador de la clasificatoria con 9 tantos, tampoco dudó: 1-0 para Uruguay.

Eso pareció encender a la visita. Una mala entrega del ex River Carlos Sánchez permitió que Neymar frotara la lámpara y metiera un pase profundo que Paulinho capitalizó desde fuera del área con un zapatazo, dejando sin chances al arquero Martín Silva, el reemplazante del suspendido Muslera. Enseguida, Coutinho armó un desparramo por la derecha y cedió para Firmino, que marcado por Coates giró adentro del área y sacó un latigazo que Silva logró rechazar, pero en el rebote el oportuno Paulinho clavó el segundo. Brasil daba cátedra.

Ya en el complemento, el ingresado Stuani, solo frente al arco, rompió la premisa de que dos cabezazos en el área es gol. Y tras un pelotazo de Miranda, Neymar definió de emboquillada ante la salida de Silva. El telón lo bajó Paulinho, tras centro de Dani Alves. Brasil mete miedo, juega de manera admirable y es el solitario puntero de la clasificatoria.